Minas de Riotinto inaugura un monolito en homenaje a Julia Rufo con motivo del Día de la Memoria Histórica

Desde el pasado viernes, frente al Restaurante Época, la casa de su bisnieto Carmelo, Hijo Adoptivo de Minas de Riotinto, luce un monolito en memoria de Julia Rufo, un ejemplo de filantropía, altruismo y honradez para quienes aman la Cuenca Minera.

Una mujer de novela, nunca mejor dicho, que andaba a escondidas en plena Guerra Civil española para atender a los moribundos, víctimas de la barbarie, para amenizar su sufrimiento y tenderles la mano. Sus actos siempre se distinguieron por el amor a sus semejantes, así como su obra de bien en la comunidad y la diligencia en procurar el bien ajeno a costa del propio.

Hasta su muerte, nunca faltaron flores donde las tropas nacionales fusilaron a cientos de vecinos y vecinas en el camino que conduce al cementerio de Nerva. Carmelo Rufo, su bisnieto, autor del libro Nunca faltaron flores, recuperó en 2018 la memoria de una mujer acostumbrada a batallar contra las adversidades.

Un espejo al que mirarse en esta lucha en pro del respeto, la justicia, los derechos humanos, la dignidad y la verdad al que han querido rendirle tributo con este monolito que perpetuará su entrega y pundonor. Desde ya, en Minas de Riotinto, se podrá uno cruzar con su sombra, con su recuerdo, con su fragancia a compromiso social y defensa de la vida.

"Un beso al cielo. A Julia. Y el deseo de que se cierren heridas y se puedan llevar flores a todas y cada una de las víctimas que fueron arrojadas sin compasión a las fosas comunes del Cementerio Municipal de Riotinto. Ella también se lo merece", han destacado desde el Ayuntamiento de la localidad.