Muerte del anciano en Rociana del Condado: Cruce de versiones de las dos familias implicadas
Lo que para unos es una "venganza" para otros es un hecho "no intencionado provocado por un menor alterado psicológicamente"
Un menor de 17 años entra en un centro de menores por la paliza que le dio al hombre que asesinó a su padre de un disparo hacía cuatro años
Un joven de 17 años de Rociana del Condado permanece internado en un centro de menores por dar una paliza mortal a un hombre de 75 años que falleció hace unos días, semanas después del ataque. Además, se da la circunstancia de que la víctima mortal había sido condenada a 15 años de cárcel por el asesinato del padre del referido menor en mayo de 2020.
La víctima fue condenada hace un año por la Audiencia de Huelva por un delito de asesinato con la atenuante analógica de confesión, después de que disparara a una persona -al padre del menor- a la que sorprendió en su huerto y de la que sospechaba era la autora de diferentes sustracciones de las que había sido objeto en el mismo. El hombre, según explica su hijo, quedó exento de cumplir la pena de prisión por los problemas médicos que presentaba, si bien tenía que acudir a firmar al cuartel de la Guardia Civil todos los lunes.
La agresión, según fuentes de la Guardia Civil, se produjo a finales de febrero en las inmediaciones de una farmacia de la calle Hinojos de la localidad y, días después, el menor fue detenido y puesto a disposición de la Fiscalía de Menores acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa, decretándose su ingreso en el centro.
Semanas después del brutal ataque, el hombre de avanzada edad falleció, un hecho que ya se ha comunicado a la autoridad judicial por parte de la Guardia Civil. Ahora, se tendrá que determinar si la muerte del anciano se ha producido o no como consecuencia de las heridas que sufrió en la agresión.
Este trágico suceso en Rociana del Condado ha provocado un cruce de versiones entre ambas familias. Lo que para unos es una "acción vengativa" para otros responde a "un hecho no intencionado provocado por un menor con un estado psicológico alterado", según subrayan a esta redacción unos y otros.
Para el hijo del anciano, José García, "era una crónica de una muerte anunciada" porque, sostiene, "mi familia lleva recibiendo amenazas directas desde hace cuatro años, así que o moría yo o moría mi padre. Querían venganza". Tanto es así que este vecino de la localidad asegura vivir con miedo desde hace cuatro años y, por ello, "estoy muy vigilante, aunque es algo con lo que ya estoy acostumbrado a vivir".
Unas amenazas que rechazan desde la familia del menor, según explica a este diario el portavoz de la familia y también presidente de la Asociación para la Defensa del Preso, José Castro, quien apunta que "la familia estaba dolorida por el asesinato de 2020, pero en ningún momento hubo amenazas".
Respecto a la agresión, el hijo de la víctima explica que, de acuerdo a lo que dicen los testigos, "el ataque tuvo lugar en una farmacia en la que coincidieron el menor y su madre con el ahora fallecido". "Mi padre, que padece de alzhéimer, se le escapó a mi hermana y fue a la farmacia, donde se encontró con el menor que estaba en el mostrador comprando medicamentos. Este se abalanzó rápidamente sobre él y nadie de los presentes pudo separarlos a tiempo".
El portavoz de la familia del menor, por su parte, escuda la reacción del joven en "su estado psicológico, claramente afectado después de ver en primera persona cómo a su padre le disparaban en un campo". Por ello, añade Castro, "cuando vio al hombre mayor entrar en la farmacia, se vio amenazado y perdió el control". "No fue intencionado, de hecho, se derrumbó al enterarse de que finalmente murió", asegura.
Sobre el caso de 2020, cabe recordar que hace un año la Audiencia Provincial de Huelva condenó a 15 años de cárcel a este hombre acusado de asesinar de un disparo de escopeta al padre del joven en un huerto de su propiedad ubicado en Rociana del Condado al “sospechar” que el fallecido había entrado en dicho lugar a robar, todo ello tras el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular en relación a unos hechos ocurridos en el mes de mayo de 2020.
De conformidad a los términos del veredicto emitido por el jurado popular, se declaraba probado que los hechos tuvieron lugar sobre las 14:30 del día 5 de mayo de 2020, cuando el acusado se encontraba “escondido y armado con una escopeta” en un paraje tenía el huerto de su propiedad". En este sentido, el condenado “tenía sospechas de que el autor de las sustracciones” era el finalmente fallecido y de que “algunos días se acercaba sobre esa hora a la parcela”, por lo que “se apostó escondido y armado con una escopeta en las inmediaciones de su parcela”, según recoge la sentencia, que ha sido recurrida en apelación por la defensa del acusado ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
Sobre la hora referida, el acusado, con licencia de armas tipo E, comprobó que la víctima había accedido al interior de la parcela en compañía de otra persona y que “arrancaba algunas vainas de habas sembradas”, de forma que “se dirigió sin ser visto desde el exterior de la valla” al fallecido y, “tras mediar unas breves palabras con éste, a sabiendas de la probabilidad de que pudiera causarse la muerte o al menos consciente de que ponía en peligro su vida y aceptaba ese resultado”, efectuó de frente un disparo a una distancia de entre tres y cinco metros que impactó en la cara de la víctima mientras su acompañante huía del lugar a la carrera.
El hijo del anciano sostiene que en reiteradas ocasiones trató de armar el relato con su padre, "pero su alzhéimer hace que no se acuerde de nada, solo del breve segundo del disparo". Una teoría que el portavoz de la familia del menor asegura "no creer" porque "no entendemos cómo una persona con esa enfermedad le está esperando con una escopeta, o cómo puede conducir o ir solo a la farmacia".
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