En restauración una de las joyas del patrimonio histórico de Zalamea la Real
El alcalde visita las obras de conservación de las Ordenanzas Municipales de 1535
Zalamea la Real/El alcalde de Zalamea la Real, Diego Rodríguez, y el archivero municipal, José Manuel Vázquez, han visitado el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) donde se ha mostrado el avance de los trabajos de conservación y restauración de una de las joyas documentales del patrimonio histórico local: Las Ordenanzas Municipales de 1535.
Desde el Ayuntamiento indican que "la profesionalidad del equipo de restauración y conservación queda patente en el trabajo expuesto en el día de hoy, donde hemos podido comprobar los detalles de su importante labor para consolidar esta singular obra del siglo XVI".
Este Libro de Privilegios (1579-1592) contiene la documentación que generó el proceso de desmembración y enajenación de la villa de Zalamea la Real y todo su término de la jurisdicción eclesiástica que desde 1280 había ostentado el Arzobispado de Sevilla, y convertirse en villa de realengo con todos sus derechos y privilegios bajo el reinado de Felipe II. Aunque no es el documento más antiguo, sí es el más relevante de la localidad para la historia del municipio junto con el Libro de Ordenanzas municipales de 1535.
A solicitud del Ayuntamiento de Zalamea la Real, el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico redactó el Proyecto de Conservación en 2017 a partir de los datos recabados durante la visita realizada a las dependencias del Ayuntamiento, a través del examen organoléptico y tomas fotográficas del estado de conservación y de las principales alteraciones que presentaba. El objetivo primordial es la conservación del bien patrimonial para su perdurabilidad en el tiempo en las mejores condiciones posibles. Para garantizar dicho objetivo es necesario actuar desde el conocimiento exhaustivo del bien en lo que respecta a sus características técnicas y estado de conservación.
Se trata de un libro en pergamino manuscrito que tiene un valor incalculable y que refleja cómo era la vida de Zalamea la Real tras el final de la Edad Media, un pueblo que pretendía autoabastecerse y, por tanto, dictaba unas normas que protegían su economía local.
Su lectura permite conocer y valorar fundamentalmente los aspectos económicos de la población, sin embargo, entre sus líneas salen a la luz costumbres y usos de la época y especialmente un aspecto que por aquel entonces tenía un enorme valor para los habitantes del pueblo zalameño, aspecto que hoy se ha definido como ecológico, y que no era otro que la necesidad de conservar los recursos naturales por razones estrictas de supervivencia.
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