Pilar Bogado, en el corazón del flamenco

La joven cantaora moguereña, ganadora de multitud de premios, protagoniza para la pantalla la vida de la Pantoja en la miniserie que en los próximos días emitirá Antena 3

La pequeña Pilar Bogado.
La pequeña Pilar Bogado.
Paco Guerrero / Moguer

30 de mayo 2011 - 05:01

Moguer tiene la luz. Entre sus calles sigue vigente la presencia de ese jondo y popular cante flamenco. El aire y la esencia que lo enmarca todo está presente en las voces de esa gente que ha hecho y sigue haciendo el flamenco desde las más hondas raíces. La tradición pisa fuerte en el ánimo de quien se atreva a ponerse en medio de cualquier audiencia. El juicio es severo y contundente.

A Pilar Bogado no le asusta nada de eso porque se le sale el cante por esos ojillos negros que miran con cara de chiquilla espabilá. Se le sale el cante con el desparpajo propio de quien disfruta cantando. No iba para eso, pero las circunstancias de la vida le abrieron a un ambiente donde todo el mundo marca un compás unánime a la hora de definirla como una de las grandes realidades del flamenco que está por llegar.

Poca razón le puede faltar a quien así la defina, porque esta pequeña cantaora pisa sobre el escenario un sitio difícil con su voz. Ese sitio, donde indiscutiblemente el flamenco embiste directamente al corazón y a los sentidos de quien lo escucha y fragua en un torrente impresionante de armonía y fuerza a la vez.

Pilar mira desde esa natural alegría de niña. Es niña. Con sus amigas, con sus juegos entre las calles de su pueblo y las compañeras de clase. Mira desde esa mirada limpia y transparente que tienen los niños y la que cuida y mima un fenomenal ambiente como el que le brindan sus padres, su hermano, las gentes que le quieren y que no explotan para nada el talento con el que pisa las tablas cuando se sube al escenario.

Es ahí, donde desaparece por un rato, esa imagen que le presta el pijamilla rosa de la hellokitty, y las zapatillas de andar por casa y surge la personalidad que es capaz de echarse a las espaldas toda la responsabilidad de un grupo y el miedo escénico de un escenario que ya la conoce por sus repetidas apariciones ante la audiencia televisiva de Canal Sur.

A los seis años sorprendió a los suyos camino de un Rocío. Ahora a los once sigue siendo alguien a quien el cante le sigue brotando del alma. Y en ese recorrido el recuerdo hacia Amparo Correa sigue emocionado y siempre presente. "me decía que yo sería su próxima estrellita".

En esa fundación de la recordada Amparo surgieron las primeras clases.

Ahora, con el tiempo transcurrido a su alrededor, es Gonzalo Clavero quien le pone en orden las claves y los secretos del flamenco, repartidos en esas dos sesiones donde la joven artista anda y desanda cada semana el camino que une Calañas y Moguer.

Antonio Vargas Heredia, flor de la raza calé..... La voz de Pilar y las gentes del grupo no se detiene. Cortes, vuelta al principio y vuelta de nuevo. Hay que afinar, ajustar temas, y todo porque para mañana, pasado, el otro y el otro también, hay propuestas de escenario. "Las decisiones de ir las toma ella. Es una niña y nadie va a quemarla por ganar unos duros de mas o de menos, lo importante es que disfrute haciendo lo que más le gusta, que es cantar pero sin perder su ambiente".

Quien así habla es su madre, la otra Pilar de la casa a quien no le asusta ajustar palmas al compas de la voz de su hija si surge la necesidad.

Acaba de ganar el certamen nacional de flamenco de Carmona. A finales de año surgirá el primer disco en solitario. Nada de apuestas fáciles o concesiones a la galería. Flamenco en toda la pureza de sus distintos palos para mostrarse al público.

Y en cartelera, su próxima aparición en la miniserie de dos capítulos de Antena 3 Televisión donde bajo el título de Hoy quiero confesar, encarna para la pantalla la niñez de Isabel Pantoja.

Practica casi todos los palos del flamenco. La seguidilla, la soleá y el fandango -llegará a decir la protagonista de esta historia- son las que más le gustan y aunque algunos dicen que es pronto para esperar cosas de ella, son sin embargo otros muchos los que están de acuerdo de que en la joven moguereña hay futuro bueno para el cante .

Uno no sabe de dónde sale toda esa garra que encierra la voz y la expresión de esta chiquilla que a la luz de las estrellas derrama desde cualquier balcón una saeta con la que Pilar le regala una plegaria a cualquier Cristo.

Mas por encima de cualquier cosa, Pilar sigue siendo una niña feliz por cantar y eso es lo que importa.

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