Proporcionar una vivienda digna fideliza el trabajo de los temporeros en Huelva

La empresa Surexport proporciona unas residencias modélicas a sus empleados eventuales

Sus responsables creen que es la única manera de lograr que quieran volver

Uno de los poblados donde se alojan los temporeros en Almonte. / Jordi Landero
Jordi Landero

21 de julio 2019 - 06:10

Almonte/Con el principal objeto de fidelizar a sus trabajadores ante la cada vez mayor escasez de mano de obra en los cultivos intensivos de berriesberries, las empresas agrícolas onubenses están poco a poco cambiando su filosofía, incorporando para ello entre sus principales conceptos el bienestar de sus empleados. En ello es de suma importancia facilitar a estos, durante los meses de campaña, un alojamiento digno que les haga decantarse por la misma empresa donde trabajaron el año anterior.

Así de claro lo tiene la empresa onubense con sede en Almonte Surexport, cuyo director de los departamentos de Recursos Humanos y Desarrollo Estratégico, Jesús Calvo, indicó a Huelva Información que dada la actual globalización un trabajador “puede llegar a tener varias ofertas de empleo al mismo tiempo, todas accesibles en tiempo real gracias a los actuales sistemas on-line, siendo finalmente ellos los que se decantan por una u otra”. “Uno de los factores más importantes a la hora de elegir –añade– es sentirse bien tratado. Se fideliza”.

Por ello esta empresa agrícola lleva ya años desarrollando el concepto de la fidelización: “la única manera de que en Huelva sigamos teniendo mano de obra en los cultivos intensivos de berries es tratando bien al personal. Ese es nuestro objetivo estratégico número uno”, apunta Calvo, para quien “hay agricultores que aún no se han dado cuenta de este cambio de paradigma y piensan que esto sigue igual que hace 10 años, cuando ya no es así”.

Varias de las trabajadoras en el tendido de la ropa. / Jordi Landero

Jesús Calvo fue hasta septiembre del año pasado inspector de Trabajo y Seguridad Social, cargo que desempeñó durante 25 años en la provincia de Huelva, la cual conoce por tanto a la perfección, especialmente su sector agrícola, y se muestra totalmente convencido de que “quien tenga esto claro tendrá futuro, y quien no quiera verlo no lo tendrá, porque no podemos estar supeditados exclusivamente al contingente anual procedente de Marruecos”.

Por todo ello para Surexport la vivienda es “fundamental”. Una materia en la que lleva ya trabajando varios años y en la que ha apostado por la construcción de poblados lo mejor equipados posible junto a sus explotaciones agrícolas. En este sentido dispone en la actualidad de unas 700 viviendas repartidas por toda la provincia, con capacidad para alojar dignamente a los aproximadamente a 3.000 de los casi 4.000 trabajadores que requieren sus fincas durante los periodos álgidos de la campaña. Tal es el convencimiento de Surexport en esta materia “que cuando en los picos más fuertes de la campaña no es suficiente el número de viviendas del que disponemos, alquilamos inmuebles en las playas, o donde los haya”, apunta Calvo.

Los temporeros se ocupan de las tareas diarias. / Jordi Landero

En base a todo lo anterior, la empresa con sede en Almonte dispone en la actualidad de un total de siete poblados. El más grande, Tayola, se encuentra ubicado en El Rocío (Almonte) y dispone de alojamiento para 1.048 personas. Artana tiene capacidad para 800 personas y es el segundo en tamaño. Se encuentra en Villanueva de los Castillejos y fue reinaugurado el pasado mes de junio tras las importantes obras que la empresa ha acometido en el mismo. El año que viene está prevista su ampliación para acoger a medio millar más de trabajadores gracias a la expansión de que está siendo objeto la finca que la empresa posee en dicha localidad andevaleña. El resto de poblados, ya de menor tamaño, se reparten por varios puntos del término municipal de Almonte.

Según detalla Calvo, en el caso de los más grandes están dotados con una serie de servicios comunes “que los hacen atractivos para el personal: sala multiusos, gimnasio, salones de televisión, de juegos, conexión wifi gratuita, aulas de formación, botiquín y hasta economato, gestionado por un conocido centro especial de empleo de Huelva”. El modelo de alojamiento más habitual son viviendas para cuatro trabajadores con dos habitaciones dobles, un baño, un salón y una cocina, totalmente equipada con muebles y electrodomésticos.

Además, detalla, los poblados están organizados “en función de los países de origen de los trabajadores: Rumanía (50%), Bulgaria (30%) y Marruecos (20%), y son gestionados por un equipo integrado por una docena de personas de dichas nacionalidades, dedicadas expresamente a tal fin”.

Los trabajadores tienen a sus propios responsables para la solución de cualquier problema. / Jordi Landero

El equipo de poblados, como se conoce en la empresa a este grupo de personas, “se encarga de toda la atención personal de quienes viven en ellos durante 24 horas y siete días a la semana”, precisa Calvo, quien añade que “su labor empieza cuando los trabajadores concluyen su jornada laboral, encargándose de sus necesidades sanitarias, bancarias, de compras, burocráticas o de ocio, además de la resolución de conflictos que se puedan dar entre ellos”.

También con el objetivo del bienestar de sus trabajadores, Surexport cuida otros aspectos como la prevención del acoso, lo cual “está entre nuestras prioridades, y para lo que hemos implantado un protocolo de prevención del acoso e implementado sistemas de denuncia y comunicación con un equipo especializado”.

Trabajadoras en la entrada de sus viviendas. / Jordi Landero

También en el marco de este “empeño por fidelizar a nuestros trabajadores, sometemos a nuestros equipos, sistemas e instalaciones, a varios tipos de auditorías sociales. Unas son internas y otras externas, a cargo de organismos de certificación acreditados –SGS- del protocolo social SMETA, y finalmente por nuestros propios clientes, que nos revisan en base a sus propios protocolos”.

En dichas auditorías se revisan aspectos como cumplimiento de los Derechos Universales; sistemas de gestión e implementación de códigos; empleo de libre elección; respeto de la libertad de asociación y derecho a la negociación colectiva; seguridad e higiene de las condiciones de trabajo; no permisión del trabajo infantil; pago de salarios dignos; cumplimiento de horarios laborales; no discriminación; empleo regular; cumplimiento del derecho al trabajo e inmigración; o condiciones de habitabilidad de los alojamientos.

Veselin Salinoov: alcalde de un pueblo de 4.000 habitantes

Veselin Stalinoov, de origen búlgaro aunque lleva ya 15 años residiendo en España, 12 de ellos trabajando en Surexport, es el máximo responsable del denominado ‘equipo de poblados’. De él dependen, en los momentos de mayor actividad de la campaña agrícola, casi 4.000 trabajadores repartidos en un total de siete poblados por distintos puntos de la geografía provincial: más personas de las que tienen muchos municipios onubenses. Podría decirse por tanto que es una especie de alcalde –de hecho así lo consideran muchos de los que viven en los poblados-, sobre todo por dedicarse a atender sus necesidades durante 24 horas al día y siete días a la semana.

El propio Veselin reconoce que su trabajo se centra en “resolver problemas o incidencias, así como en atender todo tipo de necesidades, para lo que tienes que estar disponible a cualquier hora”. Resolver problemas laborales, domésticos, de cobro, sanitarios, de suministro o atender quejas son algunas de las cuestiones a las que tiene que hacer frente a diario.

Otro asunto que se ve obligado a abordar es la resolución de “conflictos de convivencia”. “Son muchas personas, de distintas culturas e idiomas, y aunque no están mezclados porque los agrupamos por nacionalidades, sí son vecinos, y por tanto surgen problemas como en cualquier comunidad de vecinos, por ruidos, limpieza…”. Como todo alcalde, Veselin cuenta con su equipo de ‘concejales’: la docena de miembros que integran su equipo, los cuales se reparten a partes iguales por nacionalidades; y como buen ‘alcalde’ su filosofía se centra en la resolución de conflictos mediante el “diálogo y la empatía”. “Los resolvemos todo hablando mucho con ellos –explica– y haciendo que dialoguen mucho entre ellos con el objetivo de que sean ellos mismos quienes finalmente pongan fin a la situación de conflicto o tensión”.

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