Rocío Espinosa recupera para el PSOE la Alcaldía de Almonte
Constitución de los ayuntamientos
Un acuerdo firmado horas antes de la investidura con Mesa de Convergencia la ratifica como primera alcaldesa del municipio.
Cuatro años después de que un pacto PP-IU desalojase al PSOE de una de sus alcaldías señeras, Rocío Espinosa recuperaba ayer Almonte para la nómina socialista. El camino estaba trazado desde hace días: los dos concejales de Mesa de Convergencia, la marca blanca de Podemos, habían asegurado su abstención si la socialista se comprometía con una lista de peticiones. Horas antes de la sesión de investidura se firmaba el acuerdo entre ambas formaciones.
Las elecciones del pasado 24 de mayo volvieron a dar la victoria al PSOE, que quedó con 10 concejales, para 8 del PP, 2 de Mesa de Convergencia y 1 de IU. Ante ese panorama, la única opción para desbancar de nuevo a los socialistas de la Alcaldía era un tripartito que se antojaba imposible. El PP daba por perdida la plaza.
El PSOE se esforzó por garantizarse una investidura tranquila. Los podemitas pusieron sus cartas sobre la mesa: Rocío Espinosa se ha comprometido a evitar más desahucios de primera vivienda, garantizar la luz y el agua a aquellas familias que acrediten que no pueden hacer frente al pago, realizar una auditoría económica del estado de las arcas públicas, el mantenimiento de la plantilla fija del Ayuntamiento, la eliminación de todos los cargos de confianza, habilitar una web del contratante para brindar transparencia y la democratización de los medios públicos, "con la eliminación de los responsables políticos de los consejos de administración". El PSOE hizo valer su posición de fuerza y obligó a los podemitas a recular en una de sus exigencias iniciales, rebajar el número de liberados, que pasa de seis a ocho, manteniéndose, eso sí, la remuneración de 3 veces el salario mínimo interprofesional.
Con el pacto sobre la mesa, la investidura estaba garantizada. En línea con las reivindicaciones de Podemos, Espinosa prometía ayer "ser más receptiva que nunca a las demandas que surgen de la sociedad civil". En ese sentido, recordó, su candidatura ha asumido un código ético que incluye el compromiso firmado ante notario de que no permanecerá en el cargo por más de dos mandatos.
El aumento de la participación ciudadana, las políticas sociales o el fomento del emprendimiento no podían faltar en un discurso en el que resumió su programa de gobierno en tres ejes: "Ética política y buen gobierno, la mejora financiera del Ayuntamiento y actuaciones en el ámbito económico, fomento del empleo, infraestructuras o servicios sociales". Le queda por delante un mandato en minoría, ante lo que aseguró que buscará la gobernabilidad "sin caer en el error de que ceder es claudicar".
Por su parte, el alcalde saliente, José Antonio Domínguez, prometió una oposición constructiva, "vamos a dejar gobernar", porque "una cosa es fiscalizar y otra poner trabas y de eso puedo poner muchos ejemplos por experiencia".
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