Viernes de Dolores en Aroche, Cortegana, El Cerro de Andévalo y Zalamea la Real

En Aroche, Nuestra Señora de los Dolores, obra de Benito de Hita y Castillo datada en 1768, que iba estrenando la restauración de la corona de salida, desfiló por las calles de la localidad serrana saliendo desde la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, luciendo como todos los Viernes de Dolores el palio, bambalinas, respiraderos y faldones en burdeos, acompañada por la Banda Municipal de Aroche Juan Fernández Vázquez.

En Cortegana, la imagen de la Virgen de los Dolores, obra de Rafael Barbero Medina (1950), que procesiona sola desde 2015, abría la Semana Santa corteganesa aportando un singular aroma cofrade, portando pecherín de plata de ley con los siete puñales de María, del siglo XVIII. Tras la misa de los Dolores, inició su recorrido por las calles de la localidad serrana donde el cortejo estuvo formado por mujeres de mantilla negra, y acompañada musicalmente por la Banda de Música de Higuera de la Sierra.

La Virgen del Mayor Dolor del El Cerro de Andévalo, obra de Antonio Castillo Lastrucci de 1938, procesionó portada a hombros por las calles cerreñas acompañada por la Banda de Música de El Cerro de Andévalo. La Virgen lucía una corona radiante y doce estrellas, rematada en cruz latina sobre el mundo. Entre sus manos portaba una corona de espinas y en su pecho lleva un corazón y un puñal.

El Solemne Vía Crucis de Nuestro Padre Jesús Nazareno como Cautivo iniciaba la Semana Santa de Zalamea la Real realizando su recorrido por las calles céntricas de la localidad, un acto que se instauró el año pasado debido a su gran y multitudinaria acogida, al igual que ha ocurrido en esta ocasión.