El buitre negro remonta el vuelo en Huelva
Medio Ambiente
La colonia del ave en la provincia alcanza su máximo desde que hay registros
El alza de 2019 no resta fuerza a las peticiones de conservación de su hábitat
Nuevo paso adelante para la colonia de buitre negro en la provincia de Huelva. Por primera vez se supera la barrera de las 130 parejas en proceso reproductivo. El dato de las 134 de este año pasado es el máximo histórico onubense, que deja atrás el retroceso durante 2018. Todavía queda muchísimo por hacer pero el rey de los cielos europeos remonta el vuelo en Huelva.
El último informe del Proyecto Buitre Negro, elaborado cada año por la Fundación Bios y la asociación Ándalus, registra un aumento entre la población nidificante del 12% con respecto a 2018, cuando el número onubense descendió un 6% hasta las 120 parejas.
La colonia del paraje natural Sierra Pelada y Rivera del Aserrador, en los términos de Aroche, Rosal de la Frontera, Almonaster la Real y Cortegana, es la de mayor seguimiento continuado en el mundo, con un detallado estudio ininterrumpido en los últimos 37 años, centrado, sobre todo, en las parejas que realizan la puesta de huevos cada temporada para la conservación de la especie, en grave riesgo de extinción hasta 2001.
Sólo un año antes, en 2000, el número de parejas nidificantes fue de 70. Dos décadas después, la cifra casi se ha duplicado, colocando a la onubense como la principal colonia en Andalucía, después de que muchos años atrás fuera la principal de España.
El informe al que ha tenido acceso este periódico refleja datos tan importantes como que de las 134 parejas nidificantes de 2019, 18 ocuparon nuevos nidos, 16 de ellos en Sierra Pelada y Rivera del Aserrador y los otros dos fuera de este espacio protegido. Trece de estas nuevas puestas, además, se produjeron sobre pinos y cinco sobre alcornoques y encinas, que son las principales masas forestales sobre las que nidifica el buitre negro en la colonia onubense.
El Paraje Natural de Sierra Pelada y Rivera del Aserrador sigue siendo la zona preferida por este ave carroñera para nidificar. Tres de cada cuatro lo hicieron allí, 99 frente a 35 fuera de este espacio, después de que la Sierra de la Contienda, en Santa Bárbara de Casa, se haya perdido hace años como la otra gran casa del buitre negro.
Muy parecida es la proporción que se da entre nidos utilizados sobre pinos y sobre quercus (alcornoques y encinas), 100 y 34, respectivamente. Y con este dato alertan desde Fundación Bios y Ándalus sobre la “importantísima degradación” del hábitat onubense, con la progresiva desaparición de quercus en el paraje natural “causada por la especie humana”.
En el resto de Andalucía, los nidos se sitúan, casi sin excepción, sobre encinas y alcornoques, sin necesidad de que el buitre deba buscar otra arboleda alternativa, como ocurre aquí con los pinos.
Ambas organizaciones onubenses denuncian que después de 20 años siguen “sin ver en Sierra Pelada ningún proyecto destinado a la recuperación de su deteriorado hábitat, asentado principalmente sobre montes públicos gestionados por la Junta de Andalucía”. “Ni siquiera la Junta ha recuperado la zona quemada en el año 2003 durante el peor incendio de Andalucía esa temporada”.
En el informe se observa también la falta de aplicación de “la mayoría de los acuerdos alcanzados en la Comisión de Seguimiento del Buitre Negro en Huelva, el comité que debía gestionar esta colonia”.
Se defiende, además, que este tipo de actuaciones reclamadas para el monte tiene un claro componente de empleo local frente a otros trabajos forestales ya realizados, por lo que se insiste en la necesidad de realizar trabajos de conservación en la zona “con el doble objetivo de sostenibilidad ambiental y laboral”.
Durante el año 2019, el éxito reproductivo de la colonia onubense fue del 76%. Dicho de otra forma: sólo perdieron la puesta o el pollo una de cada cuatro parejas. Estos fracasos se debieron al derrumbe del nido, en el 13% de los casos, mientras el resto fue por causas desconocidas, entre las que cabe señalar la existencia de los envenenamientos en número no cuantificable.
En este sentido se explica en el informe cómo dos de los seis pollos muertos en 2019 presentaban ya un desarrollo avanzado. Además, un año antes, en octubre de 2018, se encontró muerto un ejemplar joven envenenado con metiocarb, un insecticida del grupo de los carbamatos, detallan, que interfiere en la transmisión de los impulsos nerviosos al inhibir la enzima colinesterasa.
El Proyecto Buitre Negro señala también como posible indicativo de la incidencia de los venenos en la población onubense la existencia de parejas de edad mixta, formada por un ave adulta y otra subadulta. La relación establecida indica que la mortalidad adulta causada principalmente por el veneno hace que los adultos solteros puedan llegar a ser insuficientes para cubrir las bajas de los adultos emparejados. El año pasado una cuarta parte de las parejas en las que se consiguió determinar la edad fueron mixtas.
El informe, en cualquier caso, destaca el “importante y valioso” trabajo realizado por el Departamento de Geodiversidad y Biodiversidad de la Delegación Territorial de Medio Ambiente en Huelva, por el Plan de Recuperación y Conservación de Aves Necrófagas de la Junta de Andalucía y por los agentes de Medio Ambiente.
Del mismo modo se señala que por segundo año consecutivo se ha limitado el paso en caminos que discurren muy cerca de nidos, lo que ha permitido reducir las molestias sobre las parejas nidificantes debido a la proximidad de vehículos y personas.
El núcleo de Las Bájenas repitió el año pasado como la zona con el hábitat más próximo al óptimo por sus características, entre las más prósperas colonias de España, aunque próximo a su saturación. El 28% de las parejas se concentran en este área, donde el éxito reproductivo en 2019 fue del 84%.
Por contra, las cifras más bajas se dieron en los pinares de Dehesa del Carmen y en Bájena de Tafisa, una finca de Ence donde anidan en matorrales entre eucaliptos.
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