Un herido grave por arma de calibre pequeño tras un tiroteo en Isla Cristina

Una reyerta entre dos grupos termina en un tiroteo · Los hechos se registraron en la habitación de una residencia turística · La víctima, de 36 años, permanece ingresada en el Hospital Infanta Elena

La zona de la residencia Brisamar, acordonada por efectivos de la Guadia Civil.
La zona de la residencia Brisamar, acordonada por efectivos de la Guadia Civil.
J. Landero · A. Vives / Isla Cristina

03 de octubre 2011 - 05:01

Salieron alertados por el ruido "en seco" de "al menos dos disparos". Dejaron sus casas "sobresaltados" y pudieron incluso ver cómo huían del edificio del que procedían los disparos "varias personas", en "diferentes coches y direcciones". Son los primeros testimonios de los vecinos de Isla Cristina, donde ayer resultó herida de gravedad una persona (de la que no se ha querido facilitar dato alguno) tras recibir el impacto de una bala de calibre pequeño, en el transcurso de una disputa entre do grupos de jóvenes, según ha podido confirmar este periódico.

El herido, un varón de 36 años, fue trasladado al Hospital Infanta Elena de la capital, donde fue intervenido y donde quedó ingresado. A última hora de anoche, permanecía estable, aunque su estado era grave.

Pasaban las once de la mañana cuando en el interior de la habitación de la residencia turística Brisamar del municipio costero se produjo un tiroteo entre los miembros de dos grupos de personas, uno de ellos de Isla Cristina (al que pertenecía el herido), y otro de origen desconocido. Al parecer, se enzarzaron en una reyerta en el interior de la habitación donde se alojaba uno de ellos que finalmente concluyó con los disparos.

Tras el tiroteo, hubo un gran revuelo en la zona y los vecinos pudieron ver incluso cómo "había individuos que salieron de la residencia descolgándose por uno de sus balcones".

El establecimiento turístico se ubica en un edificio de dos plantas de nueva construcción, situado en una zona céntrica de Isla Cristina, concretamente en la esquina entre las calles Alfonso XIII y Nuestra Señora de los Ángeles, en cuya planta baja reside la propietaria de la misma, la cual también regenta el hotel que con el mismo nombre, Brisamar, se encuentra a tan sólo a unos metros de ésta. En la primera planta de la residencia se sitúan las habitaciones que se ofrecen en régimen de alquiler, en una de las cuales se registraron los hechos.

La zona fue acordonada por la Guardia Civil, acudiendo además al lugar de los hechos miembros de las policías científica y judicial. Durante horas, estuvieron procesando el lugar en busca de pruebas hasta bien entrada la tarde, si bien poco ha podido trascender tras decretarse el secreto de sumario; aunque todo apunta a que puede tratarse de un ajuste de cuentas por algún tema relacionado con las drogas.

Algunos de los huéspedes que se alojaban en la residencia, cuya puerta principal de acceso permaneció custodiada durante todo el día por la Guardia Civil, pudieron acceder a sus habitaciones para poder retirar sus pertenencias, aunque no se les permitió permanecer en ellas durante el tiempo en el que se llevaron a cabo las labores de investigación.

Al cierre de la edición de este periódico las fuerzas de seguridad no habían detenido a ninguna persona relacionada con los hechos.

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