Carmen Manzano Gómez, polifacética extremeña pero puntaumbrieña de corazón

Gente de aquí y allá

Punta Umbría, Don Benito y Escocia son los lugares que Carmen lleva en el alma

Gente de aquí y allá: Ramón Llanes Rodríguez, señor de la poesía

Carmen Manzano / M.G.
Fernando Barranco Molina

01 de julio 2024 - 12:41

Don Benito, importante pueblo fundado por el hijo del Conde de Medellín, fue el lugar donde nació Carmen Manzano, la menor de cinco hermanos de una familia de gran arraigo en tan bonita y bien cuidada localidad de la provincia de Badajoz, que cuenta con uno de los términos municipales más grandes de España, con 56.000 hectáreas, incluso mayor que el de Barcelona. Para que puedan los lectores hacer una comparativa, Punta Umbría tiene 3.600 hectáreas y Barcelona algo más de 10.000.

Su padre, don José Manzano Reglado, médico ginecólogo y forense; y su madre, Remedios Gómez Fernández, que estudió Magisterio, pero que nunca llegó a ejercer. Él ejerció la medicina en Huelva, tanto en la casa de socorro, situada en el centro de la ciudad, como en el Ambulatorio Virgen de la Cinta, así como en su consulta particular que tenía en su propia casa. Siempre veraneaban en su playa preferida, Punta Umbría, por eso Carmen, que era la menor, se enamoró de este paraíso y hoy, desde hace ya algún tiempo, vive en un apartamento en la punta de la Canaleta.

Yo he tenido siempre una gran amistad con su hermana Guadalupe, que era la eficiente secretaria del presidente de la Caja Rural, don José Luis García Palacios, además de una persona encantadora, igual que Carmen y también Remedios, procuradora de los tribunales y vecina mía durante muchos años. A sus otros hermanos no los conozco.

El abuelo paterno de Carmen, don José Manzano, fue un maestro y alcalde de Don Benito, muy querido y recordado, fue un gran hombre y muy bueno para todos sus vecinos y para Don Benito en general y por supuesto dejó una huella muy profunda en la vida de Carmen. Él murió siendo ella muy pequeña y guarda como si de un tesoro se tratara, una carta que le escribió antes de fallecer

Carmen estudió en el Colegio del Santo Ángel de Huelva, donde estuvo hasta terminar el bachiller. Después se fue a Madrid a estudiar Periodismo en la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense y, como era una chica muy estudiosa, posteriormente estudió Derecho en la Universidad del País Vasco, en San Sebastián. Más tarde se vino a Sevilla e hizo un Máster en Dirección de Empresa en el Instituto Internacional de San Telmo. Y siguió estudiando, pero no se trata de escribir aquí el currículo de nadie y, como siempre digo, no me gusta cansar a los pacientes lectores. Me agrada más escribir sobre asuntos personales y emotivos de las personas a las que les dedico unas letras, como por ejemplo que Carmen me cuenta maravillas de sus dos hijos, Martín y María, a los que quiere con locura.

Ella ha vivido en muchos países europeos. En Francia estuvo algunos años, después se marchó a Suiza, donde vivió cuatro años en Ginebra, Luego volvió a España y, a todo esto, cada vez que tenía algún tiempo libre se daba una vuelta por Punta Umbría, lo que le servía para descansar y relajarse paseando horas y horas por las arenas mojadas de la bajamar. En España trabajó como gestora de cuentas en la banca privada y luego, otra vez fuera, ahora a Escocia, no se le cayeron los anillos a pesar de tener tantos estudios y trabajó de camarera, hasta que la fichó la cadena de hoteles Tryp como adjunta de dirección. En Escocia vivió cuatro años en la tercera ciudad más importante de el país, Aberdeen, de la que guarda un gran recuerdo y sus vivencias se les quedaron grabadas a fuego en el corazón Escocia forma parte de su vida y de su forma de ser.

Por supuesto, domina varios idiomas y trabajó de redactora en los diarios Odiel, Huelva Información, ABC de Madrid y otros, con lo cual mató el gusanillo de haber sido “plumilla”, que para eso había estudiado. También trabajó en otros muchos puestos de diferentes especialidades y siempre estaba muy preparada.

Yo, a pesar ser muy amigo de sus hermanas Guadalupe y Remedios, a ella no tenía el gusto de conocerla. Pero nuestra amistad surgió de forma inesperada porque un día mi gran amigo Juan González, librero por excelencia de Punta Umbría, me preguntó si yo tenía un mapa de la provincia de Huelva. Y efectivamente, le dije que tenía el mejor, el Conjunto Provincial realizado por el Instituto Geográfico Nacional. Me contó que una buena amiga y clienta de la librería lo necesitaba y él no tenía, pero le dijo que no se preocupase que él sabía quién tenía. Al contármelo le dije que se lo llevaría y que con mucho gusto se lo regalaba a su amiga, que resultó que era Carmen y me la presentó un día. Ella quedó muy agradecida y por ese detalle me cogió un gran cariño, el mismo que yo a ella, y por eso, al cabo de los años, le quiero dedicar estas letras, porque ahora vive en Punta Umbría y es vecina mía.

Dice que Punta siempre actuó en ella como un imán. Que estuviese donde estuviese era atraída por esta luz, por esta playa, por este clima, en definitiva, por toda esta naturaleza llena de sol, de paz, de pinares, de marismas, de ría y de mar. Asegura que no hay nada mejor que despertarse todas las mañanas escuchando a los pajaritos. Por eso, con ese imán que supone este pueblo, se quedó pegada a él y no hay nada ni nadie que la separe. Punta Umbría es su vida y es la que le da vida.

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