El cartón triplica los costes del embalaje actual de los frutos rojos onubenses
La crisis del transporte así como la energética redundan en una subida de los precios
Los productores de frutos rojos afrontan la transformación del embalaje con un horizonte libre de plásticos o en el mejor de los casos con un uso marginal del mismo. “Nos han dicho que dentro de cuatro años debemos tener plástico cero en la fruta, pero desde enero de 2023 ya es obligatorio comenzar la transición si quieres llegar a tiempo”, señala Antonio Jesús Pérez, productor de La Teja ubicada entre Rociana, Almonte y Bonares. La suya es una plantación media en la provincia de Huelva con una superficie aproximada de 22 hectáreas en las que hay 800.000 plantas de fresa (520.000 kilos) y 250.000 de frambuesas (60.000 kilos) que destina al año alrededor de 215.000 euros en embalajes. De estos, el 40% es plástico actualmente. “Tenemos un doble problema ahora mismo. Nos exigen que cambiemos del plástico al cartón al mismo tiempo que el propio plástico se encarece por los problemas de transporte y de la crisis energética. Al final estamos asumiendo un doble incremento: el plástico es más caro y la alternativa también”.
Algunos proveedores ya comienzan incluso a imponer como criterios de marca envases sostenibles dentro de su política de marketing. Es una realidad del mercado. La Teja por ejemplo ha abierto “una línea gourmet con un mayorista que exige que todo vaya en cartón y sin plástico. Son peticiones concretas que asumen los sobrecostes, pero que nos apuntan hacia donde caminamos en un futuro cercano”.
Francisco Alfaro, de Pilonar Berries, cifra el coste del futuro envasado en alrededor del triple de lo que supone actualmente. “Un millar de tarrinas de plástico para 125 gramos de arándanos o frambuesas nos cuestan 13 euros, mientras que la misma cantidad pero en cartón se dispara hasta los 44 euros”. Unas cantidades que “al final repercutirán en los márgenes de beneficio del productor”.
El incremento en los gastos no solo se refleja en la transformación hacia embalajes de cartón, sino que hay elementos propios de la producción o el riego sin alternativa que ven como los precios suben por esos mismos motivos. “Este año he gastado 3.000 euros más en cintas de riego y son exactamente los mismos metros”, lamenta Antonio Jesús Pérez. Muchos proveedores, alertados por la crisis del transporte y los riesgos de desabastecimiento prefieren “darnos precios semana a semana en lugar de hacer un presupuesto para toda la campaña porque no se fían de lo inestable que es en estos momentos el mercado”.
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