La casa consejo o el resurgir del Fénix

La Universidad de Huelva como propietaria del inmueble pretende recuperarlo para llevar a cabo actividades culturales y de investigación · Su construcción acabó en 1880 y se concibió como vivienda

Fachadas del ala sur de la Casa Consejo de Minas de Riotinto, que se está rehabilitando.
Fachadas del ala sur de la Casa Consejo de Minas de Riotinto, que se está rehabilitando.

27 de marzo 2011 - 05:01

Existen hoy día pocos edificios tan emblemáticos en toda la geografía onubense como el denominado The General Manager´s House del barrio británico de Bellavista, sito en la localidad andevaleña de Minas de Riotinto. Este viejo anglicismo, no obstante, puede desorientar al lector, quien, a buen seguro, puede conocer tal edificación con el genérico y españolizado nombre de Casa Consejo, que sería adjudicado una vez que dicha construcción dejó de albergar a los sucesivos directores generales de la Rio Tinto Company Limited, detentadora de numerosas propiedades en la zona y explotadora de las minas riotinteñas desde el año 1873 hasta el 1954.

En realidad, el origen edilicio de tal vivienda debe retrotraerse al año 1880, esto es, el momento elegido por la R.T.C.L. desde el cual sus directores generales residirían próximos a las explotaciones y no en Huelva, siendo Charles Prebble el primer huésped que habitaría en la Casa Consejo, tras la dimisión de su antecesor, el también director general Mark Carr.

Es, si cabe, la construcción que alberga un mayor número de miradas de los visitantes que acuden diariamente al barrio inglés, hecho éste que resulta perfectamente comprensible tras apreciar su gigantesco volumen, carácter solemne y su amplio espacio natural circundante. En efecto, muchas han sido las voces que hablan, al referirse a la Casa Consejo, como una "Mansión del Gobernador", adscribiéndose tal denominación quizás con la finalidad de infundir un atávico miedo o respeto para sus insignes moradores o, muy por el contrario, empleada por los más acérrimos detractores de la compañía británica, quienes, secularmente, buscaron desprestigiar y erosionar el poder económico extranjero; enmarcándose este hecho como una manifestación añadida que resulta propia de un contexto de huelgas y reivindicaciones sociales, muy conocidas en la historia sociolaboral de Riotinto desde el siglo XIX hasta fechas recientes, pero que muy en especial se acentuarían durante la dilatada presencia económica foránea en las tierras onubenses.

Centrándonos ahora en las características más destacables de tal edificación, es posible concluir que se trata de un edificio de planta casi cuadrada, con cuatro accesos o puertas de entrada, estando una de ellas destinada exclusivamente para el personal de servicio. Asimismo, posee un patio central culminado por un alto torreón a cuatro aguas, cuyos amplios ventanales iluminan todo el interior. Por su parte, en todas las alas se abren distintas estancias y una bella escalera es la encargada de comunicar con la planta alta, donde se sitúan las habitaciones, rodeadas por una galería con una barandilla de hierro con motivos bellamente entrelazados. Igualmente, cabe añadir que la planta baja de esta casa se destinaba a cocina, comedor y estancias o salones con chimeneas de madera lacada, y la planta alta para el descanso, manifestándose con la existencia de amplios dormitorios.

La edificación sufrió diversas remodelaciones a lo largo de su existencia, siendo la más destacada la efectuada por el arquitecto londinense Alan Brace en 1928. Brace, quien fue antiguo combatiente de la I Guerra Mundial y ostentó el grado de Mayor, nació en 1886 en Londres y entró a formar parte de la R.T.C.L. a mediados de la década de los años veinte del siglo pasado, iniciando también la construcción de más viviendas residenciales en el barrio, claramente diferenciadas en su tipología de las ya existentes; así como también le erección de otros solemnes edificios en el pueblo riotinteño, tales como la Dirección, la casa de huéspedes, la plaza de abastos, la posada o la primigenia escuela.

Una vez se desestimó seguir empleando la enorme edificación como residencia para los directores generales británicos, las amplias estancias de la Casa Consejo se utilizarían para albergar las reuniones directivas de las empresas explotadoras de las minas, desde la originaria británica hasta las sucesivas de capital español. No obstante, el declive de la actividad minera en la zona, muy especialmente desde los albores del siglo XXI, llevó parejo el abandono de sus instalaciones, incluida la otrora imponente The General Manager´s House, que sucumbió al saqueo y al pillaje de todos sus bienes durante varios años, unos años en los que ya su funcionalidad quedaría reducida a la nada. Ni siquiera el rodaje de la película El Corazón de la Tierra, en 2006, que tomó como centro operativo dicha edificación, pudo hacer resurgir la vivienda, pese a haber sido restauradas algunas estancias para el rodaje de ciertos planos cinematográficos.

Así las cosas, y siendo propiedad la vivienda de Endesa, se firmaría un contrato de compraventa entre la Universidad de Huelva y la antedicha entidad en el mes de abril del pasado año, por el cual los derechos de propiedad serían ahora de la institución universitaria. Llegado este punto, resulta notorio el manifiesto interés expresado por la Universidad onubense de poner en valor un edificio no sólo rehabilitando su decrépito estado actual, sino también albergando en sus dependencias futuras actividades de índole cultural, docente o investigadora.

En conclusión, estamos ante el inicio de una nueva etapa en la dilatada historia de la Casa Consejo, una época que cierra otras de esplendor para la economía foránea, y que recuerdan a episodios propios del colonialismo decimonónico; una época que cierra otras en las que las más trascendentales decisiones operativas y estratégicas mineras eran tomadas en los cálidos salones de la Casa, una época que cierra otras en las que la destrucción y el pillaje se apoderó de una mansión abandonada y, en fin, una época que presupone el inicio de una actividad para la noble vivienda muy diferente a todas las efectuadas hasta ahora en su interior, y que, cual ave Fénix, hará resurgir no sólo la arquitectura de un edificio emblemático para la localidad, sino la gran actividad cultural que albergará en su interior, y que tan necesaria resulta hoy día en una zona tan deprimida en todos los órdenes como es la del Andévalo onubense.

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