La cetrería: una forma vocacional de esclavitud

Manuel Diego Pareja-Obregón practica a diario el arte de cazar y volar aves de presa en su finca cartayera Altos de Mogaya · Tiene más de un centenar de rapaces

1. Manuel Diego Pareja-Obregón ondea  un señuelo al aire para atraer hasta él una de las decenas de aves rapaces que tiene en su finca de Cartaya. 2. Ha logrado reproducir con éxito total un total de catorce especies distintas de aves rapaces entre ellas el buho real. 3. El centrero andaluz con tres de su espléndidas aves, entre las que destacan los azores y los halones peregrinos, capaces de alcanzar los 300 kilómentros por hora cuando se lanzan en picado.
1. Manuel Diego Pareja-Obregón ondea un señuelo al aire para atraer hasta él una de las decenas de aves rapaces que tiene en su finca de Cartaya. 2. Ha logrado reproducir con éxito total un total de catorce especies distintas de aves rapaces entre ellas el buho real. 3. El centrero andaluz con tres de su espléndidas aves, entre las que destacan los azores y los halones peregrinos, capaces de alcanzar los 300 kilómentros por hora cuando se lanzan en picado.
Jordi Landero / Cartaya

24 de abril 2011 - 05:01

Sin duda, uno de los espectáculos más impresionantes del reino animal es presenciar el vuelo picado de un halcón peregrino (Falco peregrinus) cuando, a la friolera de entre 300 y 400 kilómetros por hora, se lanza literalmente en picado sobre una presa.

Y es que, aunque ayudado por la gravedad de la tierra, sin duda se trata del animal más veloz del planeta, seguido a mucha distancia por otras dos aves, el rabitojo mongol (Hirundapus caudacutus), que alcanza los 170 km/h, y el vencejo común (Apus apus) que llega a los 160. A mayor distancia le sigue el animal terrestre más rápido, el Guepardo (Acinonyx jabatus), que puede alcanzar los 120; y el marino, el pez vela (Istiophorus platypterus), que llega a los 109.

Los 300 o 400 kilómetros por hora del vuelo picado del peregrino no dejan indiferente a nadie. Su sonido al cortar el aire, su estilizada y aerodinámica posición, y sobre todo la velocidad en sí misma, que lo hacen descender en pocos segundos de los 400 ó 500 metros de altura hasta el suelo, contra el que de forma increíble no se estrella en un prodigioso alarde de habilidad, dejan con la boca abierta a todo aquel que tiene la suerte de presenciarlo in situ.

En los cielos de nuestra provincia, sobre todo en las amplias llanuras que se extienden entre los términos municipales de Cartaya y Gibraleón, no resulta extraño ver a este animal realizar esta increíble demostración de destreza gracias a uno de los más reconocidos cetreros españoles.

Se trata indudablemente de Manuel Diego Pareja-Obregón de los Reyes, que desde su cuartel general en la finca cartayera 'Altos de Mogaya', donde reside en mitad de un frondoso pinar, sale prácticamente todos los días a 'volar' sus aves, haciendo realidad la famosa frase con que el conocido escritor vallisoletano Miguel Delibes describió el arte de cazar y volar aves de presa, o cetrería, a la que definió como "una forma vocacional de esclavitud". Y es que este sevillano de 54 años adoptado por Cartaya no concibe un día sin un halcón en el puño y sin salir por la mañana a volar sus pájaros. Actividad que viene realizando desde hace ya más de tres décadas, poseyendo en su finca más de un centenar de aves rapaces de distintas especies. Del mismo modo, Pareja-Obregón tiene ya a sus espaldas más de 14 años de experiencia en la cría en cautividad de rapaces.

En 1988 creó el primer centro privado de cría en cautividad de aves de presa autorizado por la Junta de Andalucía, donde ha logrado desde entonces reproducir con éxito un total de 14 especies distintas. Entre ellas destacan azores (Accipiter gentilis), gavilanes (Accipiter nisus), halcones peregrinos (Falco peregrinus), halcones lanarios (Falco feldegii), milanos negros (Milvus migrans), ratoneros -o busardos- moros (Buteo rufinus), águilas calzadas (Hieraetus pennatus), búhos reales (Bubo bubo), buteos de espalda roja (Buteo polyosoma), cernícalos comunes (Falco tinunculus) o águilas de harris (Parabuteo unicinctus), importadas por él mismo desde EEUU en 1989, reproduciéndolas en cautividad por primera vez en España, y poniéndolas de moda como ave de bajo vuelo entre el colectivo de cetreros de nuestro país. No obstante, según confiesa el cetrero, "mis preferidos son indudablemente los halcones".

En este sentido, ese mismo año se interesa por la introducción de halcones urbanos en edificios públicos, viajando a la ciudad norteamericana de Lago Salado (Utah), donde asimiló las técnicas de un revolucionario método de reintroducción en ciudad del peregrino.

Tal es el amor de Pareja-Obregón por la cetrería, que pese a provenir de una conocida familia de artistas sevillanos y contar con excelentes cualidades creativas para la composición musical, reconoce que "sin haber dejado del todo dicha actividad para realizar esporádicamente algunos encargos, el mundo de la música ya no deja dinero, siendo la cetrería mi verdadera pasión".

Tal es así que se trata del único cetrero andaluz, y uno de los pocos de nuestro país, que ha escrito libros específicos sobre esta actividad, uno de ellos incluso traducido al inglés. Así, en 1985 publicó su primera obra editorial, un monográfico sobre el azor titulado, 'Azor, Dios lo hizo eterno', uno de cuyos capítulos se centra en la experiencia del propio autor con esta ave rapaz en los extensos pinares cartayeros y considerado por muchos como uno de los pocos manuales clásicos de la cetrería española. En 1997 publica un monográfico sobre el gavilán: Cetrería y aves de presa. Un duende de nombre gavilán. Seis años más tarde edita su tercer monográfico: La leyenda del águila de harris.

Igualmente, ha publicado más de un centenar de artículos sobre cetrería en numerosas revistas especializadas y periódicos, entre ellas este diario, así como ha ofrecido medio centenar de conferencias e infinitos espectáculos de cetrería y educación ambiental en distintos colegios, universidades y eventos relacionados con la caza en toda la geografía nacional.

Manuel Diego Pareja-Obregón es actualmente el delegado nacional de Cetrería de la Real Federación Española de Caza (RFEC); miembro de la Asociación Española de Cetrería desde su fundación en 1978; vicepresidente del Club de Halconeros del Estrecho; miembro de honor de las asociaciones alicantina y castellano manchega de cetrería; delegado provincial de la Asociación de Cetreros del Sur, y socio de la Asociación Española de Cetrería y Conservación de Aves de Presa (AECCA).

En 1991 introduce en España las competiciones deportivas de cetrería, desarrollando la normativa del Sky Trial o Campeonato de España de Altanería, que con cerca de 20 ediciones está considerada como una de las pruebas de cetrería más prestigiosas de toda Europa. También ha colaborado en la redacción de las normativas de la RFEC sobre bajo vuelo y altanería a perdiz con perro de muestra y es profesor de la Escuela Española de Caza para la formación de jueces de cetrería.

Entre los numerosos premios y reconocimientos a su labor por fomentar la cetrería, destaca el subcampeonato del mundo de bajo vuelo obtenido en 1998, o un primer puesto en las Jornadas Internacionales de Cetrería celebradas en Castilla y León. Ha dirigido la mesa de trabajo de la RFEC en la Junta de Castilla La Mancha para la derogación de la ley que prohibía la cetrería en dicha comunidad.

En el año 2002 la Delegación Provincial de la Consejería de Medio Ambiente en Huelva le aprueba un proyecto destinado a la realización de un estudio sobre la biología del azor y su incidencia en las especies cinegéticas en el sur de esta provincia, concretamente en los pinares de Cartaya; en 2003 se le concede en Madrid el titulo de Halconero de Mérito de la Casa Real por el Real Gremio de Halconeros, del que es Patrono Mayor, S.M.D. Juan Carlos I, Rey de España; ha compuesto los himnos oficiales de la RFEC y del Real Gremio de Halconeros; y desde el año 2002 edita un anuario de cetrería a nivel nacional de gran repercusión.

Es por todo ello por lo que Pareja-Obregón se considera, además de cetrero, un gran amante de la naturaleza ya que según sus propias palabras "mientras existan cetreros, existirán halcones". Y es que para este "enamorado" de lo que hace, la cetrería es "sencilla y llanamente la actividad cinegética más natural del mundo, la cual se pierde por su antigüedad en los confines de la historia". En este sentido recuerda que hay vestigios de la misma con unos 4.000 años de antigüedad en Persia o Siria "donde ya se aprecia un guerrero sirio portando a un halcón en su mano izquierda en los bajorrelieves de Korsabbad, datados por los expertos en el año 2000 A.C.

Según Pareja-Obregón, en sus orígenes, la cetrería era un medio alternativo de subsistencia basado en la captura de presas medianas, rápidas y difíciles de abatir con piedras, dardos o trampas. Con el paso de los siglos se convertiría en un arte que alcanzaría su máximo esplendor en la Edad Media y que ha llegado hasta nuestros días.

Una trayectoria histórica que ha desembocado en que el pasado 16 de noviembre de 2010, junto al flamenco, la Unesco declarase la cetrería como Patrimonio de la Humanidad gracias a la candidatura multinacional presentada por países como Arabia Saudí, Bélgica, República Checa, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos, Francia, Marruecos, Mongolia, Qatar, Siria y España, donde contó para ello tan sólo con el respaldo de la Junta de Castilla y León.

En este sentido, el conocido cetrero andaluz ha lamentado la "escasa atención" que ha prestado la Junta de Andalucía a este milenario arte frente a la declaración del flamenco. Para Pareja-Obregón, los cetreros "hemos pasado desapercibidos", lamentando que la Junta de Andalucía "nos tendría que haber tenido más en cuenta, y no sólo al flamenco, que aunque también es un arte, es muchísimo más reciente que la cetrería, dando la sensación de que en nuestra Comunidad Autónoma sólo ha habido flamenco". Finalmente y pese a sus orígenes familiares directamente ligados al flamenco, Pareja-Obregón ha puntualizado que la cetrería "tuvo la mala suerte de ser declarada Patrimonio de la Humanidad el mismo día que el flamenco".

Al objeto de ratificar dicha declaración, Pareja-Obregón viajó recientemente a Bruselas, donde visitó el Parlamento Europeo representando a nuestro país junto con una delegación de 33 halconeros de 14 países pertenecientes a la Federación Internacional de Asociaciones de Caza -FACE- y a la Asociación Internacional de Halconería -IAF-

Este apasionado de la cetrería, actividad que practican actualmente en España más de 1.500 personas, asegura que trabaja sólo "por y para fomentar este arte milenario, así como por transmitir a los demás su amor por la naturaleza".

En este sentido, manifiesta que en estos momentos lo que más le gustaría sería "difundir" su experiencia en torno a este patrimonio cultural entre los más pequeños en los colegios, así como que las distintas administraciones con competencias en la materia aprovechasen su "amplia experiencia y conocimientos como criador de aves rapaces para los distintos programas de reintroducción de especies amenazadas que se están desarrollando actualmente, así como para aquellos otros que pudieran plantearse de cara al futuro".

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