Una cata a ciegas elige las mejores variedades de mandarina tardía
agricultura | avance en la calidad de cítricos y frutos rojos
Alrededor de cien productores participan en una prueba para analizar y probar en Cartaya nuevas especies sobre las que se investiga desde hace 20 años Las cinco mejores se estudiarán en cultivo
El aspecto general del fruto, las fisiopatías en la piel, la facilidad del pelado, la textura de la pulpa, el residuo del gajo, el sabor del jugo o la presencia o no de semillas, han sido algunos de los parámetros que un centenar de productores de cítricos de la provincia de Huelva han tenido que puntuar este miércoles en la sede de la Asociación de Citricultores de la Provincia de Huelva (ACPH), situada en Cartaya, durante la primera cata a ciegas de nuevas variedades de mandarinas tardías, sin semillas y de calidad que se lleva a cabo en España con los propios productores como protagonistas.
Una iniciativa organizada por la Asociación de Viveristas de Agrios (Avasa), con sede en Valencia, que la semana que viene se repetirá igualmente en la Comunidad Valenciana, y en la que se han evaluado una decena de nuevas variedades tardías obtenidas tras dos décadas de trabajo e investigación y más de 3.000 cruces o híbridos entre distintas variedades.
Una labor investigadora que se ha desarrollado en al marco de un programa entre la propia Avasa y el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), dependiente de la Generalitat Valenciana.
Según explicó a Huelva Información el director técnico de Avasa, Francisco Llatser, esta "novedosa" cata va a servir "para obtener conclusiones muy interesantes" de cara al sector citrícola onubense, ya que "mientras para los investigadores se trata de buenas variedades, eso hay que contrastarlo con los productores y hay que conocer si también lo son buenas para ellos".
En este sentido, y según Llatser, después de conocer la opinión de los cien productores onubenses que han participado en la cata, "esperamos poder quedarnos aproximadamente con la mitad de las variedades catadas, unas cuatro o cinco, cuyo comportamiento de cultivo tendremos que probar en Huelva antes de lanzarlas definitivamente al mercado ya que por el momento solo se ha probado en Valencia". No obstante, "después de nuestra experiencia con otras variedades de mandarina en Huelva, las expectativas son buenas".
Las diez variedades catadas en Cartaya tienen en común su gran calidad organoléptica, que no producen semillas y que son de primera calidad, al margen de que se trata de variedades tardías (para iniciar su producción después de la recolección de las clementinas), siendo las más tempranas a partir de enero y las más tardías, entre los meses de marzo y abril.
Por su parte, el presidente de la ACPH, Lorenzo Reyes, subraya en primer lugar que el hecho de que esta cata se haya realizado en Huelva antes que en Valencia, es "todo un privilegio" y pone de relieve que el futuro de los cítricos en nuestra provincia pasa por la mandarina ya que Huelva "tiene unas condiciones muy apropiadas para la producción de naranjas de segunda temporada
De la decena de variedades catadas ayer por los productores onubenses "hay que ver cuáles son las que mejor se adaptan en producción y calidad a las condiciones de Huelva para buscar los huecos que actualmente existen en el mercado, y apostar por ellos primando en la calidad de la fruta".
Por su microclima, Huelva se adapta perfectamente a las variedades extratempranas, donde demostradamente es la mejor zona de producción de todo el arco mediterráneo ya que es la primera en salir al mercado, y por ello los citricultores piensan que también Huelva reúne condiciones excepcionales para las variedades tardías.
Hay que tener en cuenta en este sentido que, según ACPH, la mandarina tardía supone ahora entre el 20 y el 25% de la producción de este fruto en Huelva, siendo un porcentaje similar el de la extratemprana y el resto temprana o se produce en la fecha habitual, así como que este tipo de variedades son las más rentables para los agricultores por su escasez en los mercados.
Otra de las ventajas que para los citricultores onubenses va a tener la implantación de estas nuevas variedades va a estar en la notable reducción de los royalties que están obligados a pagar a los obtentores de las actuales variedades. Y es que según coincidieron en señalar tanto Reyes como Llatser, los obtentores de las nuevas variedades protegidas serían tanto Avasa como el IVIA, lo cual permitiría pasar de los entre 10 y 60 euros que actualmente pagan al año por planta, a los entre 2 y 3 euros que pagarían por éstas, según las primeras estimaciones.
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