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El coche en el que desaparecieron el pasado miércoles el abuelo y su nieto en Manzanilla está intacto. Tras ser investigado por la Guardia Civil, trasladaron el vehículo al lugar de residencia del ya difunto Antonio Blanco, donde se encuentra en estos momentos estacionado.
Tal y como confirma la autopsia, la muerte de Antonio se debió a causas naturales relacionadas con su diabetes. Por ello, en el interior del coche no se han encontrado restos de sustancias químicas ni de pastillas, como señaló en un primer momento la madre del pequeño Daniel, haciendo referencia a que "el abuelo había tratado de quitarse la vida con pastillas".
Las pesquisas indican que el hombre sufrió "un desvanecimiento" como consecuencia de la diabetes que sufría. En este sentido hay restos de insulina en el coche. Cristóbal Carrillo, el alcalde de la localidad, descarta que el abuelo quisiera hacerle daño alguno a su nieto: "Era la luz en medio de su depresión. Un vecino ejemplar". Se desorientó y su enfermedad lo llevó a ese terrible final.
A las 17:00 el pueblo de Manzanilla le dará el último adiós a Antonio Blanco, y poco después será incinerado. Un vecino ejemplar que se encontraba en estado depresivo desde hacía unos años debido a los problemas físicos de salud que le impedían trabajar. Para el abuelo, su nieto Daniel era un pilar. Lo acontecido, aseguran desde el pueblo, no ha sido más que un terrible y desafortunado incidente provocado por las circunstancias, pero en ningún caso, intencionado por la víctima.
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