El 40% del corcho quemado sigue sin retirarse cinco años después

Los propietarios afectados estudian constituirse en asociación para reclamar a la Administración, vía judicial, que cumpla su compromiso · Los vecinos exigen la limpieza y regeneración del monte

Una de las fincas donde está pendiente de retirar el corcho quemado.
Una de las fincas donde está pendiente de retirar el corcho quemado.
Y. Sánchez / Huelva

28 de febrero 2010 - 05:01

Cinco años y medio después del incendio de Minas de Riotinto, en julio de 2004, los vecinos del pueblo de Berrocal hacen balance de las actuaciones que ha hecho la administración. De los trece municipios que se vieron implicados en el incendio, Berrocal y El Madroño fueron los que resultaron más afectados. Los vecinos de Berrocal hacen duras críticas a cómo se han llevado a cabo los trabajos de recuperación de los terrenos incendiados. En la primera administración que se quejan es en el Ayuntamiento, que vuelve a ponerse al frente de sus demandas. Los vecinos están pensando en constituir una asociación para reclamar vía judicial la lista de promesas que hizo en su día la Junta de Andalucía. En este paso, el Ayuntamiento no se quedará atrás. El concejal de Medio Ambiente de Berrocal, Ignacio Romero, asegura que lo que más indigna a los vecinos es ver cómo se han gastado decenas de millones de euros y "no se han logrado los resultados esperados; da la sensación de que se ha tirado el dinero".

Tras el incendio, una de las principales preocupaciones de los vecinos era la limpieza de los campos para iniciar su recuperación y restauración cuanto antes; siempre respetando el ciclo vegetativo. Ahora, se encuentran con que la primera fase del plan de actuación (quinquenal), la de limpieza y reforestación, "no es que no haya terminado, sino que va muy atrasada y dicen que llegará hasta donde llegue". A estas alturas, el 40% del corcho quemado sigue en los árboles, una actuación preferente e imprescindible para que el árbol se recupere y que, a juicio de los vecinos, debería haber comenzado a los dos años del incendio. Romero señala que algunas fincas se han quedado a la mitad, sólo han retirado la mitad del corcho quemado. Por eso critica que todo responde a "una pésima planificación del trabajo en la provincia de Huelva porque en Sevilla, sabemos, que se han cumplido los objetivos". El concejal explica que, en el verano de 2008, comenzaron a sacar el corcho pero lo hicieron tarde, a finales de julio (la saca debe hacerse entre mediados de junio y mediados de agosto). "Qué hacemos ahora con el corcho quemado que sigue en los árboles", se pregunta el concejal, "si con el trabajo de este verano (2009) apenas se ha llegado a retirar el 60% del corcho que debería estar fuera desde hace tiempo".

Otra de las actuaciones preferentes para los vecinos era el desmonte alrededor de los árboles y la selección de brotes para favorecer la regeneración vegetativa natural. Un trabajo que tampoco se ha terminado. Esto ha creado agravios comparativos entre los vecinos, "unas fincas están en perfecto estado mientras que otras se han quedado tal cual porque, al hacer el descorche, no se hicieron ruedas y vereas alrededor del árbol o se hicieron mal o se olvidaron de la selección de brotes", asegura el concejal.

Muchos propietarios están preocupados porque "no se ha limpiado el monte tal y como se les prometió; la gran cantidad de brotes que han salido en estos años están frenando la recuperación de las especies y aumenta el riesgo de un nuevo incidente".

Romero valora que el plan técnico en el que colaboraron los propietarios detallando las actuaciones "ha servido de poco. Ya advertimos en su día que era mejor un plan integral en lugar de finca por finca".

Las primeras repoblaciones, que se hicieron hace dos años, en unas 400 hectáreas, se han perdido "porque las plantas eran de mala calidad y no salieron adelante; nada tienen que ver con las que se han utilizado después, algo, que está a la vista de todos", señala.

En las fincas quedan todavía alcornoques afectados por las llamas. Los propietarios pidieron que se eliminaran pero los técnicos decidieron que el procedimiento correcto debía ser quemarlos para evitar plagas. "Después de más de 5 años, ahí siguen, con o sin plagas, pero en el campo", lamenta el concejal de Medio Ambiente.

La repoblación de especies en las fincas privadas comenzó a finales del mes de enero. Para el concejal de Medio Ambiente, "otra vez tarde, pues el trabajo no se podrá prolongar más allá del mes de febrero y quedan pendientes nada menos que 3.500 hectáreas". A estas alturas, duda mucho que se pueda terminar el trabajo.

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