La crisis y la sequía dispararán el precio del litro de aceite de oliva
Olibeas calcula una caída de la producción de entre el 60 y el 70% esta campaña por la falta de lluvias
Los agricultores se enfrentan a un año para olvidar “con pérdidas aseguradas”
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Los productores de aceitunas de Huelva se enfrentan a la campaña más dura que se recuerda. Periodos de sequía, por más que la actual sea dura y acumule ya tres años con un déficit importante de precipitaciones, ya hubo anteriormente. Todos recuerdan especialmente temporadas en los 90 en los que la lluvia apenas hizo acto de presencia. Fueron años difíciles que no hicieron el daño actual. Esta campaña va a ser “la más dura que recuerdo”, sostiene un agricultor, porque a esas dificultades naturales propias del tiempo se añade una grave crisis económica agravada por la guerra en Ucrania y sus derivaciones. Márgenes de beneficio reducidos y escasez del producto forman la tormenta perfecta. Lo van a pagar agricultores y consumidores. La consecuencia inmediata es una campaña condenada a las pérdidas económicas en el sector y un aceite con precios desconocidos hasta la fecha.
En la Cooperativa San Bartolomé de Beas no recuerdan un año así. El principal recolector de la provincia afronta una campaña con una reducción de la producción que rondará “el 70%”. Su gerente, José Anselmo Cruz no recuerda “un año tan malo porque cuando tuvimos sequía anteriormente no nos encontramos además con tantos problemas”. En el caso de la marca de referencia provincial “vamos a recoger una media de entre el 60-70% menos que el año pasado que ya fue malo porque arrastramos años de pocas lluvias”. Ni siquiera “la mejor calidad” que espera del aceite va a compensar las cuentas como podría suceder en una campaña normal por esto mismo. En otros puntos del Condado donde la mayoría de los olivares son pequeñas propiedades para consumo propio y cuyo excedente se comercializa mediante cooperativas el escenario no es mejor. "Vamos a sacar poco más que el aceite para casa y con eso no cubrimos los gastos. Este año el aceite para nosotros va a ser más caro que comprado", lamenta Diego.
Los productores de la provincia, que en su inmensa mayoría son cooperativistas agrupados en sus pueblos con explotaciones medianas y familiares, se enfrentan a una temporada en la que “vamos a tener pérdidas porque es imposible cubrir los costes”. Y es ahí donde surgen el otro gran agravante. El agricultor tiene que hacer frente a un gasoil disparado, insumos, fitosanitarios y la mano de obra. Unos costes que no se trasladan al precio final.
La situación es compartida en todas las regiones productoras tanto de España como del arco mediterráneo. Los sobrecostes y la inflación son similares en todos los países, así como la sequía en España, Italia o Grecia. La cadena llega al consumidor. La tormenta perfecta que supone la falta aceituna por la sequía unida a los elevados costes de producción provocará que el litro se dispare durante este invierno “hasta los seis euros en el aceite envasado y los cinco en el de granel”. En el caso de Olibeas “casi todo se venderá envasado porque la producción será tan pequeña que prácticamente tendremos para cubrir nuestro mercado propio”. No descarta incluso que “en algunos sitios pueda hasta escasear el aceite”. Este año Beas “prácticamente no vamos a vender aceite a granel”. Esto reduce además el margen de beneficio para el cooperativista. En la diferencia de un euro el litro entre uno y otro hay que incluir los costes del envasado, etiquetado o el IVA, por lo que al final el precio no compensa el encarecimiento que supone la manipulación directa por parte de la Cooperativa. Ni siquiera estos precios desconocidos hasta ahora permitirán respirar a los productores.
En Beas estas son semanas de muchísima actividad. Otoño es tiempo de tractores cargados de aceitunas en dirección al molino, agricultores que madrugan y tertulias a primera hora de la tarde en las espera para llevar la cosecha del día a la almazara. Es así desde mediados de octubre hasta enero habitualmente. Este 2022 la previsión de la Cooperativa San Bartolomé es que tenga que cortar la campaña “a primeros de diciembre, porque estará todo recogido”. Una campaña corta, condicionada además por las altas temperaturas.
La coyuntura es compleja no solo en Huelva. El ministro de Agricultura, Luis Planas, reconoció hace unos días que el mercado debe hacer un esfuerzo para que el producto no se convierta en “selectivo o gourmet”, ante el escenario de altos precios al que se enfrenta e hizo un llamamiento para “evitar que los precios se desborden”. En la base de la cadena que es el agricultor el escenario no puede ser más oscuro.
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