El cultivo del caqui se afianza con 9 millones de kilos de producción

Cartaya posee 600 de las 800 hectáreas dedicadas al fruto · La plantación consume 6.000 metros cúbicos por hectárea y año · El cultivo no requiere pesticidas y es muy apreciado en Europa

Una cuadrilla se afana en la clasificación de caquis en la planta cartayera de Antoluz.
Una cuadrilla se afana en la clasificación de caquis en la planta cartayera de Antoluz.
Jordi Landero / Cartaya

Cartaya, 24 de octubre 2010 - 05:01

Cartaya se ha convertido en los últimos años en una verdadera potencia en cuanto a la producción de caquis gracias, entre otros, a empresarios como Antonio Luis González Rodríguez, que a sus 46 años, es hoy por hoy, al frente de su empresa Agrícola Antoluz, el máximo productor del mundo a título individual de la variedad rojo brillante, una de las más interesantes para su comercialización y consumo en duro (o pérsimon).

Y es que Agrícola Antoluz producirá este año, una vez finalice en diciembre la recién iniciada campaña otoñal de recolección de este anaranjado fruto que aspira a convertirse en el nuevo oro del campo onubense, unos 5 millones de kilos del total de 9 previstos para toda la provincia en 2010. No obstante, por provincias, Valencia y Castellón son aún con diferencia las mayores productoras de España con unos 90 millones de kilos de caqui al año, frente a las segundas, Huelva y Sevilla, con unos 10 millones de kilos: 9 en la primera y 1 en la segunda.

Estos datos convierten a este empresario cartayero en el productor del 50% de los caquis que este año se van a producir entre ambas provincias andaluzas. Cifra que Agrícola Antoluz aspira a ir aumentando en un 30% anual durante las próximas campañas, ya que como detalla, "de las 215 hectáreas plantadas de caquis con que cuento actualmente, algunas se encuentran ya a pleno rendimiento teniendo en cuenta la edad de los árboles, mientras que otras son aún plantaciones jóvenes que irán tendiendo a producir cada año más kilos de fruta a medida que los árboles vayan adquiriendo madurez productiva".

Según el propietario de Agrícola Antoluz, a las 215 hectáreas que actualmente dedica al caqui y que reparte entre un total de 21 fincas por todo el término municipal de Cartaya, tiene previsto sumar el año que viene otras 100, que actualmente están en proceso de preparación y que incrementarán aún más su producción en el futuro ya que este árbol frutal comienza a ser productivo a los dos años de ser plantado.

Según los datos aportados por Agrícola Antoluz, Huelva cuenta para la presente campaña con un total de 800 hectáreas plantadas de caquis, de las cuales 600 se encuentran en Cartaya, ya que por detrás de Agrícola Antoluz hay empresarios como Rocío y Antonio Medina, ambos pertenecientes al conocido grupo sevillano Medina, con 47 hectáreas la primera y una producción anual de 1.269.000 kilos de la variedad Sharoni, y con otras 50 hectáreas el segundo y una producción de 1.200.000 kilos al año de rojo brillante; o la cooperativa agraria hortofrutícola de Cartaya, de la que 13 socios han apostado ya firmemente por el rojo brillante con un total de 44 hectáreas plantadas y 1.188.000 kilos de producción al año.

Según fuentes de dicha cooperativa, otros 6 socios se encuentran ya preparando un total de 15 hectáreas más para el cultivo de este producto de cara a la campaña del año que viene.

Antonio Luis González tiene muy claro que el caqui es ya una verdadera alternativa a la fresa o los cítricos en la costa onubense a tenor de su propia experiencia empresarial. Y es que el propietario de Agrícola Antoluz se inició en el mundo de la agricultura hace 25 años plantando fresas. Tras una década se cambió a los cítricos, los cuales también abandonó cuando se dio cuenta de que "todos estábamos haciendo prácticamente lo mismo".

Fue en 1996 cuando se decantó definitivamente por el caqui rojo brillante por ser una fruta "a la que entonces nadie se dedicaba por esta zona y de la que curiosamente empecé plantando tan sólo 4 hectáreas simplemente por el hecho de que me gustaban personalmente para comer". A partir de 1997 comienza a ampliar sus plantaciones hasta ser actualmente la empresa española productora de caqui que cuenta con un mayor número de hectáreas en producción propia.

Según destaca el propio González, al principio el caqui se comercializaba y consumía en blando, aunque poco después comenzó su producción y comercialización en duro gracias a la implantación de un tratamiento para eliminar su elevada astringencia y que se basa en su recolección antes de alcanzar el grado óptimo de madurez para ser almacenado durante unas 24 horas en una cámara especial en la que la fruta es tratada con CO2. Fue entonces cuando este empresario cartayero se dio cuenta de que se trataba de un producto, especialmente el rojo brillante, "variedad de la que fui pionero y con la que sigo actualmente", que podía convertirse en una verdadera alternativa a las producciones más extendidas.

Para los productores de kaki de la provincia de Huelva, las ventajas del cultivo y comercialización de esta fruta son principalmente su dureza y excelente conservación, que facilitan enormemente su transporte; su creciente demanda por parte de los mercados europeos, sobre todo Portugal, Alemania, Francia, Italia, y cada vez más España; y que su cultivo no está aún tan extendido como los cítricos o la fresa.

La costa onubense cuenta con otras ventajas como sobre todo una climatología macada por la ausencia de heladas y de temperaturas extremas, la disposición de agua en abundancia ya que su cultivo requiere unos 6.000 metros cúbicos de agua por hectárea y año, y buena calidad del suelo.

Este empresario cartayero ha sabido rentabilizar aún más sus producciones de caquis convirtiéndose en el único que realiza el ciclo completo: desde la obtención de plantas en sus viveros hasta la comercialización directa de sus producciones en los mercados europeos, pasando por el cultivo y el proceso completo de manipulado de la fruta, incluido el tratamiento para eliminar la astringencia.

Para aumentar el valor añadido de sus productos en Europa es imprescindible una gestión social y medioambientalmente responsable. Se trata de un cultivo respetuoso con el entorno que no requiere tratamientos a base de pesticidas. Desde Antoluz aseguran que "no se usan herbicidas ni fungicidas ya que tan sólo por poner un ejemplo, luchamos de forma biológica contra la mosca mediterránea de la fruta o ceratitis capitata". "Y es que mis clientes europeos -prosigue- son muy exigentes y desde los grandes distribuidores hasta el consumidor final demandan el máximo respeto medioambiental".

Agrícola Antoluz ha sido una de las primeras empresas españolas en obtener certificados de protocolo de calidad y seguridad alimentaria como Globalgap, TNC o Leaf, exclusivos de la cadena de supermercados británica Waitrose, con la que trabaja desde el año pasado en un intenso programa de suministro de caqui.

stats