Diego Manuel Vázquez Capelo: guía cultural que derrocha onubensismo

Gente de Aquí y Allá

El divulgador, a través de su empresa Platalea, da a conocer la historia y la naturaleza de Huelva con un sello muy especial y muestra que aquellos que dicen que "Huelva no tiene nada" están muy equivocados

Diego Manuel Vázquez.
Diego Manuel Vázquez. / M. G.

Huelva/Una mañana fresquita, pero soleada, de invierno estaba yo en la Plaza de la Iglesia de Moguer con mi estación total levantando un plano topográfico de tan bonito lugar, donde tanto jugué de niño, porque se iba a remodelar este emblemático espacio, cuando, de pronto, vi al mismísimo Juan Ramón Jiménez atravesando la plaza con un grupo de personas y me quedé sorprendido porque era igual. Y cuando lo oí hablar me di cuenta de que se trataba de mi amigo Diego, que estaba haciendo de guía en una visita al pueblo.

Hace solo unos meses me invitaron a dar una conferencia con motivo del centenario de la inauguración del Centro de Instrucción Comercial, más conocido como “el Comercial”. Y allí estaba Diego para presentarme, vestido a la moda de hace un siglo, representando al presidente de aquel entonces, don José de la Corte Gutiérrez, que a la vez era alcalde de Huelva, tras el fallecimiento de don Antonio Mora Claros. Y es que Diego Manuel es, ante todo, un artista, además de una persona muy culta.

Nació en Huelva en 1972 y le pusieron ese nombre compuesto por sus dos abuelos, el paterno y el materno. Ya desde pequeño apuntaba maneras, porque uno de sus maestros, Baudelio Alonso, con quien me une una gran amistad, me cuenta que en el patio del colegio se dedicaba a coger animalitos para cuidarlos, por lo que ya se veía su amor a la naturaleza. Por eso, cuando terminó el bachiller, se fue a Sevilla a estudiar Ciencias Biológicas, aunque no llegó a terminar. Ya en Huelva se hizo ingeniero técnico forestal en la Escuela Politécnica de La Rábida, donde por cierto, fue delegado de alumnos y la Universidad de Huelva le concedió una medalla por su ejemplar trabajo durante esos años. Su primer empleo fue haciendo de guía en la Isla de Saltés, bonito trabajo con el que disfrutó mucho durante unos años. Él le tiene mucho aprecio y cariño a su maestro Baudelio, igual que también recuerda con gran estima a su profesora Maribel González de Canales, hermana de mis amigos de la infancia Fernando y Alejandro. Me dice que fueron dos profesores que le marcaron mucho.

Más tarde creó su propia empresa, Platalea, con la que, junto a un grupo de magníficas profesionales como son Jessica O ‘Kelly, Ana y otras colaboradoras, te enseñan lugares de nuestra provincia llenos de encanto por su historia y por su naturaleza.

Yo, a pesar de conocerme bien la provincia y haber visitado lugares recónditos de nuestra tierra, me suelo apuntar junto a Camino, mi esposa, a las excursiones que ellos organizan. Así, de esta forma, conocí la muralla tartésica que está en el interior de una propiedad privada junto a la iglesia de San Pedro y que es determinante para poder decir con rotundidad que Huelva es la ciudad más antigua de Occidente. He recorrido con ellos las calles de Ayamonte, Lepe, Campofrío, Moguer, el barrio Reina Victoria de Huelva o el Molino del Pintao. También hemos entrado en el interior del monumento a Colón de la Punta del Sebo y otros muchos lugares que, a pesar de haberlos visitado anteriormente, me gusta repetir con ellos porque siempre aprendo algo nuevo. A Diego también lo he visto disfrazado de Cristóbal Colón, incluso fui con él al lugar donde se supone que estuvo el auténtico puerto de Palos.

Él siempre luchó desde pequeño con todos los que le decían que Huelva no tiene historia ni nada de interés. Yo mismo presencié, en una ocasión, cómo unos forasteros le preguntaban a una señora qué era lo que podían visitar de Huelva y este les dijo “nada, aquí en Huelva no hay nada, lo único es que se vayan ustedes a La Rábida, que allí están las tres carabelas de Colón”. Y ante esto yo no me pude aguantar y tuve que intervenir. Pues bien, por eso Diego pone tanto tesón en enseñar Huelva, sobre todo a la propia gente de Huelva, para que no ocurra más el hecho que yo mismo viví.

En definitiva, que como dije en el encabezamiento de esta breve biografía, Diego es un divulgador, un guía cultural que derrocha onubensismo y que quiere a Huelva por encima de todo. Y eso se le nota cada vez que habla, explicando cosas de nuestra vieja Onuba.

Gente como Diego es lo que necesita esta tierra. Por tanto, amigo, te felicito y te doy las gracias en mi nombre y en el de todos los huelvanos de corazón.

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