La escasez de castaña por la sequía merma los ingresos de productores y 'apañaoras' en la Sierra de Aracena
Este año se prevé una producción entre un 50 y un 60 por ciento inferior a lo habitual
Las cooperativas castañeras de Huelva trabajan en la comercialización conjunta y la fusión de procesos de transformación
Huelva/Plaza del Álamo. Castaño del Robledo. Día típicamente otoñal. Una fina lluvia se cierne sobre la comarca. En la bodeguita Castaño, donde el cartel anunciador del establecimiento comparte espacio con las banderas del Ayuntamiento, la conversación entre los parroquianos, en la que también participa la propietaria del bar, no puede ser otra que la 'excepcional' llovizna de la mañana -a pesar de ser otoño-, sobre la falta generalizada de precipitaciones y las graves consecuencias de la sequía en la campaña de la castaña.
Una problemática que algunos de ellos sufre en sus carnes como propietarios de pequeños castañares. Nos presentamos y pedimos permiso para preguntar. Acceden sin problema, aunque prefieren no identificarse porque "nosotros no somos una excepción, la situación es muy similar para todos los castañicultores de la comarca".
Quien parece el mayor del grupo relata que tiene una pequeña finca de unas tres o cuatro hectáreas, donde habitualmente recolecta entre 2.000 y 3.000 kilos de castañas, y que este año apenas ha podido coger unos 300, lo que le ha supuesto dejar de ingresar entre 2.000 y 3.000 euros. Además, añade, "para esa cantidad no hemos tenido ni que contratar 'apañaoras' -recolectoras- porque las hemos podido coger entre mi hijo y yo".
"Prácticamente en todas las campañas suele haber algún problema…, de producción, de precios, de comercialización… -prosigue-, pero no se recuerda un año tan malo como este", para concluir afirmando que "la falta de agua por la sequía, derivada del cambio climático, ha hecho que este año haya poca castaña, muy pequeña y con un porcentaje de hasta el 30 por ciento mala".
Según datos de la Junta de Andalucía, el castañar del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche ocupa unas 5.000 hectáreas, repartidas entre 14 municipios: Alájar, Almonaster la Real, Aracena, Castaño del Robledo, Cortegana, Cortelazor, Fuenteheridos, Galaroza, Jabugo, Linares de la Sierra, Los Marines, La Nava y Valdelarco, siendo los principales productores Fuenteheridos, Castaño del Robledo y Los Marines.
En este último municipio, la conversación es muy similar en la plaza del Ayuntamiento, donde otro pequeño productor, en este caso mucho más joven que el anterior, asegura que este año apenas ha podido 'apañar' 400 kilos en su pequeña parcela de dos hectáreas, frente a los 3.500 que recolecta en una campaña media, que pueden llegar hasta los 6.000 en una buena. Un hecho que, en buena medida, responde a que "hemos dejado mucha fruta en el campo por su pequeño tamaño, ya que no merece la pena recogerla para lo que te pagan por ella".
Huelva Información ha hablado con los alcaldes de los tres principales municipios productores: Jorge Fernández (Castaño del Robledo), Israel Arias (Los Marines) y José Luis Pérez Tapias (Fuenteheridos), y todos coinciden en destacar la "extremadamente mala" campaña de este año, así como en describir las consecuencias que ello tiene para sus municipios.
En primer lugar destacan que, mientras en las localidades productoras "antes se vivía del castañar", desde hace ya varios años, por la bajada de la rentabilidad, la actividad ha pasado a ser un "complemento" en los ingresos de muchas familias, ya sea como propietarias de fincas, o como 'apañaoras', hasta el punto de que "hay propietarios que incluso están abandonando sus castañares", como señala Jorge Fernández.
Pero al mismo tiempo todos añaden que dicho complemento es "muy importante" para muchas familias. Tanto castañicultoras, a las que además les supone un coste el mantenimiento del castañar; como 'apañaoras', que van a perder este año miles de jornales, además de las peonadas necesarias para poder acceder después al subsidio agrario.
Según fuentes del sector, y así también lo corroboran algunos de los alcaldes de la zona, los datos no son en este sentido baladíes, calculándose para la presente campaña una producción entre un 50 y un 60 por ciento inferior a lo habitual, a lo que añaden que la recolección de la castaña temprana ha sido "casi nula", y la tardía está siendo "muy mala" o "extremadamente mala", según los casos.
Además, todos coinciden en indicar que se percibe cierta "tristeza en el ambiente" de los municipios productores por la pérdida de actividad en un sector tradicional y muy arraigado culturalmente en todas las localidades de la comarca.
Así, los próximos días 19 y 20 de noviembre Castaño del Robledo celebrará una nueva edición de su tradicional Feria de la Castaña, que según su alcalde, "paradójicamente va a estar marcada por la escasez del producto principal objeto del evento". Idéntica situación se da en Fuenteheridos, cuya Feria de la Castaña se celebrará entre los días 3 y 6 de diciembre, y que según su primer edil "vamos a mantener pese a la situación".
El alcalde de Los Marines, Israel Arias, añade a todo lo anterior que la situación "repercute en negativo en el pueblo", donde según añade "pocos recuerdan un año tan malo como este". "Por ejemplo –precisa- un hombre de 82 años me contaba hace unos días que no recordaba un año con tan poca y mala castaña como este".
Finalmente el primer edil de Fuenteheridos, José Luis Pérez Tapias, cuyo municipio produce aproximadamente el 10% de la castaña de la comarca, afirma que las consecuencias de la mala campaña son para su pueblo, en primer lugar sociales por afectar a la rentabilidad del castañar, al empleo y a la pérdida de jornales y peonadas; medioambientales por contribuir al deterioro del frágil ecosistema del castañar; y paisajísticos, culturales y turísticos al ser el castañar un recurso que, por su singular belleza, atrae cada año a miles de visitantes a una comarca que cuenta con una población de alrededor de 270.000 castaños, cuya edad media oscila entre 350 y 400 años, aunque algunos ejemplares se acercan o superan el milenio.
Finalmente todos los alcaldes hacen hincapié en la necesidad de que se desarrolle el Plan Estratégico del Castañar, que según afirman algunos, se encuentra actualmente "paralizado" por la Junta.
Nueva edición de la campaña 'Por un castañar vivo'
En un nuevo intento por poner en valor al sector de la castaña, la Asociación de Empresarios de Galaroza y la Plataforma en Defensa del Castañar han renovado recientemente la campaña 'Por un castañar vivo' que pretende sensibilizar a las instituciones y a los turistas para que protejan esta forma de vida.
Según han indicado ambas entidades, las escasas lluvias, las altas temperaturas o las plagas en la arboleda auguran "una cosecha inferior a la habitual". A ello se le suma la presencia "cada vez más generalizada de personas que cogen castañas de fincas privadas, "mermando los kilos recolectados y agravando la falta de rentabilidad de las explotaciones". Un problema que "agudiza la situación de extrema gravedad que atraviesa este cultivo".
Por ello, la Asociación de Empresarios, Comerciantes y Autónomos de Galaroza ha lanzado una nueva edición de dicha campaña, con el principal objetivo de concienciar a la ciudadana sobre las aportaciones del universo del castañar al Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, así como a mejorar los resultados de la campaña.
La iniciativa, que llega a su cuarta edición, lleva por nombre 'Por un castañar vivo', y como las anteriores, incluye exposiciones fotográficas, boletines informativos o reuniones con instituciones como la Subdelegación del Gobierno en Huelva.
Este año se ha sumado a la campaña la Plataforma Onubense de Defensa del Castañar, de la que la asociación cachonera forma parte, para "ampliar aún más el radio de acción y el impacto de la campaña".
El centro de la iniciativa está compuesto por imágenes divulgadas a través de redes sociales y otros canales de comunicación, con el objetivo de sensibilizar a vecinos y visitantes sobre la "importancia" que tiene el castañar para municipios como Galaroza, Fuenteheridos, Castaño del Robledo, Cortegana o Los Marines. Las imágenes definen varios aspectos del cultivo y van acompañadas de textos explicativos.
"La finalidad última es proteger el comercio de numerosos pueblos de la zona, que venden castañas y otros frutos de otoño, y los ingresos de los cosecheros, que a veces no cubren los gastos que precisa la explotación de las fincas. Al mismo tiempo, se pretende disuadir a aquellos turistas que paran en la carretera, se adentran en las fincas y llegan a producir hasta destrozos en alambradas o en el propio arbolado", subrayan desde ambas entidades.
En este sentido, tanto empresarios como la Plataforma han alertado de cada año la Guardia Civil incauta "miles de kilos de fruto a ladrones que crean un grave perjuicio al sector" ya que el castañar aporta a la provincia de Huelva empleo, desarrollo económico, turismo, cultura y sostenibilidad, constituyendo "un pilar fundamental para muchos pueblos"
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