El ferry del Guadiana: la milla que une dos países
Casi 100.000 personas cruzan anualmente en barco la frontera entre Ayamonte y Vila Real de Santo António, viviendo una experiencia única en Andalucía
Capturan en aguas de Mazagón una enorme lampuga al curricán
Huelva/Hasta 2.159.942 personas cruzaron en 1990 el río Guadiana, entre Ayamonte y Vila Real de Santo António, a bordo del servicio de transbordadores que une ambas orillas. Al siguiente año, la entrada en servicio del Puente Internacional supuso un antes y un después en la historia de dicho transporte fluvial y, por ejemplo, en 1996 la cifra de personas que hicieron uso del mismo se redujo a 171.005 pasajeros.
Desde entonces todo ha cambiado mucho y, especialmente por el aumento de vehículos particulares, esa cifra se ha ido reduciendo paulatinamente hasta rozar en la actualidad los 100.000 pasajeros anuales de media los años previos a la pandemia. Una vez superado este desafortunado paréntesis, la media de viajeros se ha ido recuperando, hasta llegar actualmente a los datos prepandemia.
Juan Valenzuela, uno de los actuales socios de Transporte Fluvial del Guadiana, la empresa española que, junto con la portuguesa Transporte do Río Guadiana, se hacen cargo del servicio, afirma que, quienes actualmente siguen cruzando en ferry de una a otra orilla, son ya prácticamente todos turistas, bien nacionales españoles o lusos, bien extranjeros.
Y es que, aunque cruzar en coche por el Puente Internacional es indudablemente mucho más rápido y cómodo, muchos visitantes eligen la opción del barco por ser uno de los principales atractivos turísticos de la zona.
Según Valenzuela la travesía en barco supone para el visitante vivir una "sensación mucho más intensa a la hora de cruzar la frontera", así como "toda una experiencia". En los apenas quince minutos que se tarda en recorrer por el Guadiana la milla que separa Ayamonte de Vila Real de Santo António, añade, se atraviesa una frontera y, por tanto, se cambia de país; se cambia de idioma; de uso horario; de arquitectura, de paisaje, y hasta de costumbres, idiosincrasia y forma de vivir y ver la vida de los habitantes de una y otra orilla del río, a pesar de tratarse de dos países vecinos y europeos.
Quien cruza en ferry, prosigue Valenzuela, aprovecha para pasar un rato, o el día completo, en el "país de enfrente". En el caso de quien pasa de España a Portugal, muchos aprovechan para dar un paseo por el bonito casco histórico de Vila Real, donde pueden tomar un buen café portugués de alguna de las mil y una formas que lo preparan en el país vecino: bica, Galão, pingado, café au lait…, son solo algunas de ellas. O, como ha sido costumbre, para comprar toallas, juegos de cama, pastéis de belem o mantequilla, entre otros productos lusos. Y por supuesto, también para disfrutar de la rica y variada gastronomía portuguesa en algunos de los numerosos restaurantes de la localidad. Quienes hacen el viaje a la inversa, descubren en Ayamonte uno de los municipios con más encanto de Andalucía.
Juan Valenzuela conoce a la perfección el servicio. No en vano lleva ya más de 30 años al frente del mismo con su embarcación, el Virgen de los Milagros. A pesar de ello, nos cuenta su historia a bordo del Campino, el ferry portugués en el que, por cuestiones de logística, hemos hecho la travesía en ambos sentidos con el objeto de vivir en primera persona la experiencia antes descrita. Un plácido paseo que realizamos junto con otros 70 u 80 viajeros, tres vehículos y dos perros.
En el recorrido, con el río como un espejo, en medio de una envidiable meteorología y con un fado sonando al fondo, los pasajeros no paran de hacerse selfies –que, nos guste o no, es actualmente la forma más común de inmortalizar los momentos importantes-. Primero con Ayamonte al fondo, después con Vila Real. Muchos también con el impresionante Puente Internacional. Y la mayoría con la desembocadura del Guadiana como escenario, justo en medio del río, dejando así constancia gráfica de haber estado justo en la línea divisoria entre ambos países.
Mientras tanto, nos cuenta que, antes de la apertura en agosto de 1991 del Puente Internacional, el servicio de transbordadores lo llevaba una empresa que surgió muchos años antes de la fusión entre propietarios de pequeñas embarcaciones dedicadas al transbordo de pasajeros de una a otra orilla. Dicha empresa desapareció precisamente ese año, retomando el servicio una sociedad constituida por varios extrabajadores de la misma, entre ellos su padre, quienes terminaron constituyendo la actual Transporte Fluvial del Guadiana.
El servicio lo prestan hoy en día un buque portugués y otro español, cada uno de una empresa distinta, "pero que trabajamos de forma totalmente conjunta y coordinada con el objeto de ofrecer el mejor servicio a nuestros clientes", incide Valenzuela.
Igualmente añade que, a bordo del ferry, pueden viajar, además de personas, vehículos como turismos, motocicletas, bicicletas y furgonetas de carga o campers de pequeño tamaño. "Lo que no podemos embarcar –añade- son camiones, caravanas o autocaravanas, por los problemas derivados de su excesivo tamaño". También se permite viajar a mascotas, especialmente perros, siempre que vayan debidamente asegurados y sujetos con correa para evitar incidentes, no siendo por ahora obligatorio el uso de transportín.
Sobre el tipo de viajero, Valenzuela detalla que en Semana Santa, Navidad y verano, es mayoritariamente nacional español o portugués, y algunos de otros países europeos; y que desde mediados de septiembre empiezan a llegar extranjeros, sobre todo procedentes del norte del continente, especialmente noruegos, finlandeses, suecos, alemanes u holandeses…, "que buscan aquí las bondades de nuestro clima". A ellos su suma, desde el 15 de septiembre, los grupos de mayores de los viajes del Imserso que se alojan en hoteles de Ayamonte. Finalmente, señala que "por motivos laborales, o para visitar a familiares y amigos a uno u otro lado de la frontera, cada vez son menos las personas de la zona que hacen uso del ferry".
A BORDO DEL FERRY HAN CRUZADO LA FRONTERA BURROS, CABALLOS, TRACTORES Y HASTA LOS REYES MAGOS
Treinta años dan para mucho. Incluidas numerosas anécdotas, entre las que Valenzuela destaca que a bordo de su ferry han cruzado la frontera desde un hombre con tres burros hasta un tractor, pasando por cuatro jinetes a caballo. También "hemos tenido el privilegio" de transportar a los Reyes Magos de Ayamonte en su tradicional visita anual a Vila Real, ya que en Portugal no es costumbre celebrar dicha fiesta; o a la Patrona de Ayamonte, la Virgen de las Angustias, que con motivo hace ya varios años de una efemérides, cruzó la frontera para visitar el país vecino.
Recuerda también que "asiduamente cruzan muchas personas que están realizando grandes viajes por el mundo en bicicleta, en motocicleta o en todo tipo de extraños vehículos"; así como peregrinos que hacen el Camino de Santiago por España o por Portugal, los cuales "incluso cuando sacan el ticket de embarque nos piden que les sellemos algún documento que acredite su paso por la frontera".
Finalmente, asegura que el servicio solo se ha visto interrumpido en todos estos años solo en dos ocasiones: recientemente por la pandemia; y hace bastante más tiempo durante un día por un gran temporal que asoló la zona.
LA DIVERSIFICACIÓN DEL SERVICIO COMO COMPLEMENTO
Como complemento a la actividad tradicional de transbordo regular de pasajeros entre España y Portugal en ferry, la empresa que dirige Valenzuela ha incorporado en los últimos años a sus servicios varios cruceros turísticos por el Guadiana, para lo que tuvieron que adquirir una nueva embarcación. En palabras de Valenzuela se trata de servicios que "están funcionando cada vez mejor", siendo la mejor muestra de ello que, "hasta finales de octubre, tenemos la agenda prácticamente completa para los tres cruceros que ofrecemos".
El primero se hace algunos viernes y todos los sábados y domingos de la temporada estival, y se trata de una excursión de un día completo que zarpa desde el puerto de Ayamonte y que remonta el Guadiana hasta el municipio luso de Alcoutím, donde se desembarca para almorzar comida típica portuguesa en un restaurante. El viaje incluye animación, bebidas a bordo y aperitivos a base de productos onubenses como gambas o jamón.
La segunda opción es el crucero Eurociudad del Guadiana, donde los miércoles, durante 90 minutos, se navega por el río visitando los tres municipios que integran dicha entidad transfronteriza: Ayamonte, Castro Marím y Vila Real de Santo António. Igualmente incluye bebidas a bordo.
La tercera y última opción se llama Guadiana Sunset, se realiza los viernes, dura también 90 minutos, y se centra en el disfrute de un magnífico atardecer aguas arriba del Puente Internacional. En este caso, a las bebidas a bordo se une música relajante para hacer más romántico el momento.
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