Gente de aquí y allá: Carmen Ciria Santos, dulce poeta y exquisita literata
Catedrática de la Lengua, ha impartido clases en el instituto La Rábida, del que fue directora
Gente de aquí y allá: Eugenio Toro Sánchez, presidente de la Real Sociedad Colombina
Conocí a Carmen cuando ingresé como miembro de la Academia Iberoamericana de La Rábida, a la que ella ya pertenecía. Sin embargo, su nombre ya me era conocido porque fue profesora de Lengua y Literatura de mi hijo Javier en el Instituto La Rábida del Conquero, centro señero de Huelva que siempre se ha preciado de tener un magnífico claustro de profesores. Además, el nombre de Carmen Ciria ya me era conocido porque tanto ella como yo escribimos asiduamente en la revista literaria Montemayor, de Moguer. También ella ha sido colaboradora de El fantasma de la glorieta y de otros muchos cuadernos y libros de poesía. Y además, ha divulgado la obra de Juan Ramón Jiménez, del cual yo también soy un ferviente lector. Carmen Ciria Santos, por esta inmensa labor, ha recibido multitud de premios.
Ella nació en plena mitad del siglo XX, en la bonita ciudad de calles medievales de Soria. Hija de Domingo y Encarnación, su padre era funcionario del Ayuntamiento soriano y su madre, ama de casa, como era normal en aquella época. Desde pequeñita estudió, hasta terminar el bachillerato, en el Colegio de Las Escolapias de su ciudad natal, hasta que se fue a estudiar la carrera a la Universidad de Zaragoza, donde se licenció en Filosofía y Letras, especializándose en Lenguas Románicas.
Una vez finalizados sus estudios y, ya licenciada, empezó a trabajar impartiendo clases el Instituto Isabel la Católica de Madrid, donde estuvo hasta el año 1975, cuando llegó a Huelva, donde vivió recién casada con mi buen amigo, el profesor universitario José Luis Gozálvez Escobar, con quien por cierto coincidí en el campus de La Rábida y que también escribió varios libros de investigación. Por ejemplo, recuerdo uno muy bonito e interesante sobre la formación de la provincia de Huelva. Carmen ha tenido dos hijos que, según me cuenta, son tan inteligentes como su padre, que lamentablemente falleció antes de que le tocase.
Una vez en Huelva, preparó y aprobó las oposiciones a profesora de instituto y sacó plaza en el ya mencionado La Rábida, que es donde ha trabajado siempre y le ha dado aún más prestigio del que ya tenía. Según me contaba mi hijo cuando aún era un jovencito estudiante de bachiller, Carmen imprimió modernidad al centro, no solo en su comportamiento, pues iba con el pelo teñido con llamativos colores, sino también en su forma tan peculiar de enseñar. No en vano llegó a ser catedrática de Lengua, vicedirectora y directora.
En la actualidad se entretiene cantando en un coro, el Orfeón y Escolanía de Huelva; y dando conferencias y recitales de poesía. El otro día, sin ir más lejos, asistí a un acto de nuestra academia en el que se rindió homenaje al ilustre Manuel Sánchez Tello, que también impartió sus enseñanzas en el instituto más antiguo de la ciudad y que, además, es un insigne poeta que dedicó maravillosos sonetos a muchos de sus amigos, entre ellos a mí; y que quedaron recogidos en un libro que tituló Sonetos y Poemas, un ramillete de sentimientos. Pues bien , en ese acto de homenaje a mi amigo y compañero Manolo, recitaron poemas y sonetos un elenco de magníficos poetas de Huelva como Melchor Lecumberri, Augusto Thassio, Pepe Baena, Ramón Llanes y alguno más, entre ellos Carmen Ciria, a quien, con solo oírla, se ponían los bellos de punta.
Carmen ha leído sus poesías en diferentes foros y ciudades como Málaga, Sevilla, Madrid, Huelva o Nueva York, destacando siempre por su dulce lectura y belleza y obteniendo muchos galardones y premios.
Nuestra poetisa, onubense ya, es una persona muy amable y que se ha ganado la amistad y cariño de todas las personas que la han conocido, entre las cuales me encuentro.
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