Javier Bolaño encaja un precioso pregón taurino en la noche zalameña

Zalamea/Sigo echando de menos ese Paseo Redondo, pleno de pregones. Soy un nostálgico, lo reconozco, sí. Anoche aún más escuchando ese pregón, precioso y preciso, de Francisco Javier Bolaños con tantas cosas dentro, tanta Zalamea dentro y tantas voces tan cercanas y queridas en el recuerdo de noches pregoneras pegadas al alma y al sentimiento.

Innovador el despeje de plaza de ese acto que había llenado la caseta municipal. Paseíllo de criaturillas en brazos de sus madres subiendo al escenario. Fue el tendido joven más joven de toda la historia que conozco. Presentación en sociedad y bautismo taurino. Alguno se quedará seguro con el tiempo como aficionado y aficionada. Ahí queda.

Después, el pregón. Impecable en su puesta en escena, Belén Serrano. A lo justo y necesario para que el patio de cuadrillas estuviese en orden. En ese papel imprescindible que necesita un acto para que salga bien y ella se lo dio.  

Marianela Castilla dejó prendidos en el aire de la noche zalameña muchos recuerdos en su presentación. Entiendo que al pregonero y supongo que a quienes desde esa atalaya del periodismo taurino que ejerció, y ejerció bien, es capaz de transmitir como excelente escritora  y notable oradora. Entre esos mimbres que ejerce la amistad y asolera el tiempo, lo preciso de un tiempo justo de actuación no pudo tapar el cariño, la justicia y la verdad que la presentadora del pregonero le echó a la salsa de una noche que se encaminó siempre bonita a lo que debía ser elogio de un amigo cercano en afición y amor a Zalamea .

Dijo muchas cosas importantes Javier en su pregón. Importantes y profundas para entender el por qué su pregón perfuma de recuerdos de buen aficionado y zalameño a esta feria 2024. Nada de andarse en esperas. A pesar de que de esperas sabe y bien y a fe que fue un detalle traerse al comentario a su cuadrilla. Los Morante, Curro y compañía de sus ratos camperos. Sus pajaros de perdiz compañeros que recuerdan aficiones. Tantas como las de niño, queriendo ser lo que ayer sintió: torero sobre las tablas de ese escenario lleno de sensaciones y palabras; de recuerdos y realidades que ‘el bisnieto de Restituto’  quiso reconstruir desde la emoción que indudablemente da sentirse pregonero de una afición como la de Zalamea.

Compromiso de aficionado y realidad de taurino joven sin caer en tópicos raritos ni justificar penas. Lo de Javier Bolaño fue un canto alegre a su feria. A esa que comienza ya esperando los seis toros de míticas ganaderías llegando al Coso de Los Arrepentidos. Un contrasentido de nombre justamente donde nadie se arrepiente de estar.

El resto del tema protocolario lo pusieron en la noche las palabras de elogio y compromiso de Eduardo Serrano como presidente de la Peña, el empuje y buenos deseos del alcalde Zalameño Diego Rodríguez para con sus gentes junto a la presencia del empresario Thierry Cazaubon, el concejal de festejos, Antonio Conejo, la concejala de juventud, el presidente de la plaza, Domingo Castilla y el matador de toros onubense e integrante del cartel, Alejandro Conquero.