Moguer inaugura la estatua del navegante Pedro Alonso Niño, uno de los artífices del encuentro entre dos mundos

Moguer/Moguer continua celebrando sus jornadas Moguer, América y Yo. Ayer sábado se realizó la inauguración junto al monasterio colombino de una estatua del navegante moguereño Pedro Alonso Niño, piloto de la flotilla descubridora y uno de los principales artifices del encuentro entre dos mundos, y a continuación se realizó la entrega de la “Carabela Niña”, una distinción con la que el Ayuntamiento de Moguer reconoce la aportación de personas y entidades que contribuyen a poner en valor la estrecha relación de la ciudad del poeta con el continente amerícano, al historiador Diego Ropero.

El alcalde Gustavo Cuéllar impuso a un emocionado Diego Ropero este galardón en un abarrotado teatro Felipe Godinez en un solemne acto al que puso colofón el espectáculo de Manuel Lombo, Piano y Arte.

Las jornadas Moguer, América y Yo con las que se conmemora el 522 aniversario del regreso de la Niña a su pueblo, y el cumplimiento del voto colombino de Santa Clara, continúan hoy con la rememoracion de aquel episodio en la iglesia conventual donde el genovés pasó la noche en vela y oración para dar gracias por el feliz regreso del viaje descubridor.

El acto, con la participación de la Real Sociedad Colombina Onubense, se celebra a partir de las 17.30 con un concierto-oración a cargo de la gran cantaora María Ángeles Cruzado.

Un galardón merecido

Si el pasado año era José Mª Segovia el homenajeado, en esta ocasión, el reconocimiento institucional se realizó al prestigioso investigador y archivero moguereño Diego Ropero-Regidor.

Este Licenciado en Geografía e Historia en la especialidad de Historia de América por la Universidad de Sevilla, es autor de numerosas investigaciones de temática americanista, centrando muchos de sus trabajos en las relaciones de Moguer con el nuevo continente en la Edad Moderna y, especialmente, en su aportación material y humana a los preparativos y posterior desarrollo del viaje colombino en el que Moguer tuvo un extraordinario protagonismo.

Máster en Archivística, desde 1992 hasta su jubilación a finales de 2021, estuvo al frente del Archivo Histórico Municipal y la Biblioteca Iberoamericana, de los que fue artífice, y donde desempeñó una amplia y ardua labor cultural dirigida al fomento y difusión de su rico patrimonio histórico, documental, bibliográfico y arqueológico, trayectoria que ha convertido al Archivo de Moguer en uno de los más importantes de la provincia.