Pinto de Benjumea, Rocío Márquez, Jeromo Segura y, ahora, Jesús Cobarcho

Huelva/En el principio existía la mina, y la mina estaba junto al hombre, y la galería era dolor. El sufrimiento estaba inherente al hombre. Por medio de él se hizo el cante, y sin el no se hizo nada de cuanto se ha hecho. En el cante estaba la mina, y la mina era el sufrimiento del minero. Y el cante brilló en la oscuridad, y la galería lo recibió. Surgió así un certamen, que se llamó Festival Internacional del Cante de las Minas.

Y así, la minera se hizo arte y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, una gloria que, en esta sexagésimo tercera edición, ha saboreado el onubense Jesús Corbacho Vázquez, quien se ha alzado con el máximo galardón del Cante de Las Minas: la Lámpara Minera. El premio, dotado con 15.000 euros, fue entregado por el alcalde de La Unión y el presidente de las Fundación Cante de las Minas, Joaquín Zapata.

Corbacho, que ya había obtenido en el año 2008 el primer Premio por Malagueñas del certamen murciano, sumó, en esta edición, al preciado galardón unionense otro premio en la categoría de Bulerías. La suerte estaba aliada con Jesús, en su gran noche, en la que cantó: minera, taranta, malagueña y guajira. Por último, Corbacho quiso dedicar esta Lámpara al guitarrista sevillano, Miguel Pérez, quien fallecía de manera repentina el pasado mes de enero. También quiso acordarse de su paisano Jeromo Segura, último onubense en ganar la Lámpara Minera en el año 2013 y, es que con la de anoche, Huelva conquista su cuarto galardón en tierras murcianas. Primero seria Idelfonso Pinto de Benjumea en 1990, dieciocho años más tarde fue el turno de Rocío Márquez, el tercer cantaor en dejar su firma sobre las tablas de la Catedral del Cante sería el mencionado Segura y, en este 2024, se suma a ellos Jesús Corbacho Vázquez.

Quien no corrió la misma suerte que su paisano fue María Canea, la sanjuanera tuvo que ver como la japonesa Junko Hagiwara se hacía con el premio Desplante, dotado con 6.000 euros. Una decisión que pareció no gustar a los centenares de espectadores que se congregaban en el Antiguo Mercado Público de La Unión. De hecho, durante la entrega del galardón tímidos silbidos se apoderaron del silencio que imperó tras conocerse la decisión del jurado.

El siguiente premio en importancia, el Bordón en guitarra, dotado con 6.000 euros, lo consiguió el guitarrista Jonatán Giménez, de Madrid. Y el galardón Filón al mejor instrumentista, que concede 6.000 euros, fue para el violonchelista José Luis López Hernández.

Los siguientes galardonados fueron el sevillano Iván Carpio que obtuvo el premio en la modalidad de Cantes Bajoandaluces, dotado con 3.000 euros y en Fandangos, mientras que su paisana Anabel de Vico se hacía con la modalidad de Cartageneras. El almeriense Andrés Amador Giménez logró el galardón por Murcianas y, por último, el linarense Francisco José Heredia venció por Tarantas.

La concesión de los distintos premios ha recaído en el jurado formado por la periodista japonesa Kyoko Shikaze, el productor de flamenco, José Manuel Gamboa, el crítico. Manuel Bohórquez y el flamencólogo Francisco paredes. En la presidencia ha repetido la bailaora Blanca del Rey, así como Salvador Alcaraz como secretario.

De esta manera, la Catedral del Cante apaga sus luces hasta el año que viene. La sexagésimo cuarta edición aún no tiene fecha programada, pero seguro que vuelve a demostrar la capacidad del certamen unionense para seguir forjando talentos y representar a nivel mundial al género.