La mayor presencia de medusas en las playas de Huelva es totalmente normal según los expertos
Además, se trata de especies no peligrosas debido a la escasa toxicidad de su veneno
Los socorristas de las playas de Huelva detectan un aumento de medusas en zonas de baño
Huelva/Tras la reciente constatación por parte de responsables de vigilancia y socorrismo de distintas playas de Huelva de un ligero incremento en las últimas semanas en cuanto a la presencia de medusas en las zonas de baño del litoral onubense, y por tanto de un aumento de atenciones en los puestos de socorro a bañistas afectados por picadura de estos animales, biólogos marinos han indicado que dicho fenómeno podría responder al ligero aumento de la temperatura del agua del mar que se viene registrando en los últimos años.
No obstante, también coinciden en señalar que, por el momento, no hay motivos para la preocupación ya que el mayor número de medusas en las playas no está siendo muy significativo, y porque los ejemplares constatados no son especies peligrosas.
Algunos expertos consultados por esta redacción han precisado que muchas de estas medusas pertenecen a la especie Rhizostoma Pulmo, más conocida comúnmente como agua mala, cuya umbrela tiene una medida de entre 60 y 100 centímetros de diámetro, siendo la toxicidad de su veneno considerada media, y por tanto no peligrosa. Las costas de Huelva, añaden, forman parte del hábitat de este tipo de medusa, cuyo aumento "podría responder al aumento de la temperatura media del agua".
Por su parte, el biólogo marino Gabriel Gómez, que también ha restado importancia al fenómeno, ha señalado a esta redacción que, según que medusas, se trata de animales "con natación más o menos limitada" que "se dejan llevar por las corrientes marinas", y que "solo las más robustas y con algo más de musculatura tienen capacidad para impulsarse con una mayor autoridad por la costa".
Igualmente añade que una de las especies con mayor presencia en el litoral onubense es la Catostylus tagi, que suele ser marrón y medir hasta un metro de diámetro, la cual "es totalmente normal" que haya más en esta época del año porque "sobre todo en los meses de julio y agosto suelen acercarse a la costa para entrar normalmente formando enjambres en las desembocaduras de los ríos y rías, con objeto de reproducirse". Por tanto, añade, "ese es su comportamiento habitual", y además prácticamente no es tóxica.
La Catostylus tagi es una especie de medusa de partes más cálidas del Océano Atlántico Oriental y, desde la década de 2000 también se ha detectado en el Mar Mediterráneo, siendo el único miembro de la familia Catostylidae que se encuentra en Europa.
Por otra parte su picadura causa un ligero dolor y una erupción leve en la piel, por lo que no representa una amenaza grave.
RECOMENDACIONES ANTE LA PICADURA DE UNA MEDUSA
La principal recomendación en caso de picadura de una medusa es, en primer lugar, acudir al puesto de socorrismo más cercano con el objeto de recibir la atención más adecuada según cada caso. Así lo indica Maribel Gómez, coordinadora de Playas y técnica de Protección Civil del Ayuntamiento de Punta Umbría, quien añade que, en dichos lugares la atención la realiza personal formado, que lo primero que hacen es una limpieza de la zona afectada con agua salada o suero fisiológico "a toques y en ningún caso restregando", con el objeto de aliviar el picor, a lo que añade que "nunca debe usarse agua dulce, vinagre u otros productos no adecuados".
Posteriormente se aplica una solución yodada con alcohol al 70 por ciento que tiene como finalidad neutralizar el efecto del veneno; y finalmente aplicar una pomada antihistamínica -tipo Fenergan-, con el objeto de "aportar frescor" a la zona afectada.
Por otra parte, concluye, los socorristas valoran caso a caso y, si la zona afectada es muy extensa, si se trata de menores, o si se sospecha sobre la existencia de alguna alergia, se envía a la persona afectada al centro de salud más cercano para que reciba una atención más precisa y acorde con su caso.
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