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El proyecto de almacenamiento de gas y gasoducto asociado que convertiría el subsuelo de Doñana en un depósito estratégico de gas natural ha puesto en alerta a las organizaciones internacionales. La larga lista de acreditaciones medioambientales del Parque Nacional de Doñana, encabezadas por su clasificación como Patrimonio Mundial y su inclusión en la Lista Ramsar, implica la supervisión de todos aquellos proyectos que puedan afectar a los valores ambientales de Doñana y así se recoge en los diversos convenios internacionales suscritos por España. Sin embargo, ni la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que gestiona el Centro de Patrimonio Mundial de la Unesco, ni la Convención Ramsar de Humedales de Importancia Internacional tenían constancia de la propuesta de Petroleum Oil and Gas España. Ello a pesar de que el proyecto inició su tramitación administrativa en el año 2006.
Así lo han transmitido responsables de ambos organismos a representantes de la organización ecologista WWF. Según explica Eva Hernández, responsable de Aguas Continentales, ha sido la entidad ecologista la que ha dado a conocer el proyecto a ambas entidades durante reuniones celebradas en los últimos días. Y a los encargados de dos de las acreditaciones mundiales más importantes no les ha agradado el desconocimiento del proyecto. Tanto es así que la Convención Ramsar se dirigirá formalmente al Estado español (la parte contratante) y a la Junta de Andalucía (gestora del espacio natural) para reclamar información sobre una propuesta que "les preocupa mucho", asegura Hernández. Además pedirán explicaciones de por qué se ha incumplido el artículo 3.2 de la Convención, que establece que cada firmante del acuerdo no sólo está obligado a informarse de los cambios en las condiciones ecológicas de los humedales "que se hayan producido o puedan producirse" como consecuencia del desarrollo tecnológico, de la contaminación o de cualquier otra intervención del hombre, sino que también tiene la obligación de comunicar "sin demora" esas modificaciones a la organización Ramsar.
Pero la Convención no es el único ni el mayor organismo internacional preocupado por el proyecto. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) está elaborando un informe sobre el estado del Parque Nacional y su adecuación a los parámetros marcados por la Unesco para que el parque siga siendo Patrimonio Mundial. Ese estudio recogerá las amenazas y posibles problemas del bien protegido y entre ellos se incluirá el proyecto de gasoducto bajo Doñana.
El resultado de ese informe, que se presentará en la reunión del Comité de Patrimonio Mundial en Camboya el próximo mes de junio, no es baladí. En ese encuentro se analizará la situación del Parque y si éste cumple los requisitos para mantenerse dentro de la lista de bienes protegidos o pasa a la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro, para bochorno del Estado español. Para ello, el informe analizará si se ha actuado ante la serie de potenciales amenazas detectadas tras una visita de la Misión Ramsar de Asesoramiento y la Unesco en 2011: el oleoducto de la refinería Balboa, la sobreexplotación de los acuíferos del Parque, el dragado del Guadalquivir, la depuración de aguas residuales o la expansión de la refinería La Rábida. A ellos añadía los efectos acumulativos de los proyectos de infraestructuras del entorno del Parque. El próximo informe incluirá también un análisis sobre la afección del proyecto de depósito subterráneo y gasoducto.
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