Las puertas del cielo se abren junto a la Virgen del Rocío

Año jubilar mariano

El obispo, José Vilaplana, cumplió anoche con el rito religioso de golpear tres veces con su báculo en las puertas de la ermita. La Patrona almonteña recibe por primera vez la concesión papal del Jubileo.

Monseñor José Vilaplana oficia, acompañado de los sacerdotes concelebrantes, la misa de apertura del Año Jubilar Mariano.
Monseñor José Vilaplana oficia, acompañado de los sacerdotes concelebrantes, la misa de apertura del Año Jubilar Mariano.
Carlos López / Almonte

15 de agosto 2012 - 01:00

La Virgen del Rocío fue ayer encumbrada y reconocida por la Santa Sede como puerta del cielo, senda hacia la salvación y redentora de los pecados. La Reina de Almonte será el faro de este Año Jubilar Mariano, único en toda Europa en este 2012, hasta el próximo 8 de septiembre de 2013, tiempo durante el que los católicos podrán lograr la anhelada indulgencia plenaria.

Antes de que las agujas del reloj marcaran las doce en punto e hiciesen caer una nueva hoja del calendario, el obispo de Huelva, José Vilaplana, fue el encargado de inaugurar este Jubileo con un acto que comenzó en la explanada, con las puertas del templo cerradas. Junto a él estuvieron los miembros de la Junta de gobierno de la Hermandad Matriz, encabezada por su presidente Juan Ignacio Reales. Para cumplir con el rito religioso, el obispo golpeó tres veces con su báculo la puerta principal de la ermita en el nombre de la Trinidad Santa y después de que el secretario canciller leyera el decreto papal. Las corales de la Virgen del Valle de Hinojos y de Santa María de la Rábida de Huelva entonaron el Veni cerator durante el ritual religioso.

Estiman que a lo largo del Año Jubilar lleguen millones de fieles al templo marismeño y a la recién restaurada parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en el núcleo matriz de Almonte, donde será trasladada la Pastora el domingo para que permanezca los próximos 9 meses. Este traslado se celebra cada siete años.

Es la primera vez en la historia de la cristiandad que un Papa, en este caso Benedicto XVI, concede un Año Jubilar a una imagen que permanecerá en dos puntos geográficos o templos religiosos diferentes (des de el domingo y hasta mayo de 2013 en Almonte y entre este mes y septiembre de 2013 en El Rocío), ya que este periodo de gracia se concede a quienes acudan en peregrinación al escenario que, en cada momento, cobije la imagen mariana.

La Hermandad Matriz ha trabajado contrarreloj en estos meses. Su presidente, Juan Ignacio Reales, destacó que se ha abierto un periodo en el calendario cristiano donde se cumplirá la letanía de que "Ella es la puerta del cielo. A través de su visita se logrará la indulgencia de los pecadores". Igualmente, incidió, "es una ocasión para mejorar nuestra vida como rocieros" a la par que erigirnos en "mejores hijos de María y seguidores de Jesucristo". En síntesis, apostilló, "ser solidarios con las necesidades de nuestro tiempo". En esta sintonía se pronunció el párroco de Almonte, José García, quien afirmó que el Año Jubilar "representa un regalo muy especial" de la institución eclesiástica al Bicentenario de El Rocío Chico. Un tiempo que ha de ser interpretado como "de misericordia" y de expiación interior. En cuanto al movimiento de peregrinos, García prefiere no medir esta cita espiritual desde un punto de vista cuantitativo, aunque augura "un importante movimiento mariano proveniente de las filiales, asociaciones y grupos movidos por ganar el jubileo".

No en vano, apostilló que El Rocío se abre al mundo, lo que puede implicar un impulso parecido al que representó en su día la visita del Papa Juan Pablo II. "Su Santidad universalizó la devoción a la patrona almonteña", ya que muchos feligreses de fuera de Andalucía "conocían únicamente la información que les llegaba a través del papel cuché", algo que tergiversaba el verdadero sentimiento de devoción que mueve al pueblo de Almonte.

Con motivo de esta recepción de visitantes, la hermandad ha confeccionado diplomas que acrediten y les sirva a los peregrinos como recuerdo de su visita a los templos almonteños, así como una guía donde se les informa de los cultos, fechas de interés y origen de la devoción a la Reina de las Marismas.

El presidente de la Matriz reconoció que para la organización de todos los cultos tanto él como los miembros de la Junta de Gobierno han tenido que renunciar a las vacaciones para preparar la confluencia de tres eventos como el Bicentenario, el Traslado y el Jubileo. Algo extrapolable al trabajo desarrollado por el Ayuntamiento de Almonte en la coordinación del Plan Venida y el diseño de los dispositivos de seguridad. La petición a la Santa Sede fue solicitada conjuntamente por el presidente de la Matriz y el párroco, e impulsada y avalada por el obispo de Huelva. Esta concesión de Benedicto XVI se hizo pública en el mejor escenario posible: frente a los miles de devotos que presenciaba la misa de Pentecostés.

La Patrona almonteña disfrutaba por primera vez de esta singular distinción desde que se iniciara su devoción en el siglo XIII. Aun por concretar y como medio de corresponder este gesto del Santo padre, la Hermandad Matriz tiene programado llevar a cabo una peregrinación a Roma.

La ermita de El Rocío es uno de los lugares donde más confesiones se realizan en el mundo. Un escenario de expiación de culpas y donde encontrar el perdón de Dios. En consonancia, esta bendición en forma de jubileo es un reconocimiento explícito a esa fe que mueve la Pastora y que, en ocasiones, queda eclipsado y ensordecido por el interés mediático en una Romería, donde los cantes conforman las plegarias más bellas que jamás se han dedicado a María.

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