El refugio de la cetrería
Medio ambiente Patrimonio de la Humanidad
El cetrero Pareja Obregón critica la poca atención que presta la Junta a este arte milenario · Cartaya y Gibraleón acogen dos importantes centros de aves rapaces
Unas 1.500 personas practican en España la cetrería, el arte de cazar o volar aves rapaces, declarado Patrimonio de la Humanidad "con la mala suerte" de ser nombrada como tal el mismo día que el flamenco, dijo a Efe Manuel Diego Pareja-Obregón, uno de los mas reconocidos cetreros españoles.
Pareja-Obregón tiene en su finca de Cartaya un centenar de aves de distintas especies, y él utiliza otra frase para definirla, la que acuñó Miguel Delibes: "La cetrería es una forma vocacional de esclavitud". "No concibo un día sin un halcón en el puño y sin salir por la mañana a volar mis pájaros", explicó este cetrero, que además es el único andaluz, y uno de los pocos de España, que ha escrito libros sobre esta materia de reyes. Pareja-Obregón entiende que los cetreros han pasado desapercibidos ante la declaración de este arte como Patrimonio de la Humanidad, y lamenta la escasa atención que les ha prestado la Junta de Andalucía, "que nos tendría que haber tenido más en cuenta, no sólo al flamenco".
Y es que, como él recuerda, hay vestigios de hace más de 3.000 años en Persia o Siria "donde ya se ve a personas que cazaban con halcones", de forma que se consiguió el respaldo de once países para conseguir la declaración final. Esta decisión se tomó el pasado 16 de noviembre, mediante una candidatura multinacional de Arabia Saudí, Bélgica, República Checa, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos, España, Francia, Marruecos, Mongolia, Qatar y Siria.
Manuel Diego Pareja-Obregón, que ostenta el título honorífico de Halconero de la Casa Real, entiende que "el cetrero nace, es un veneno y una pasión desde pequeñito", aunque también recuerda que era "un arte desconocido hasta hace poco", y en la Edad Media los secretos pasaban de padres a hijos.
"Cuando comencé me costó mucho enterarme de cómo se hacía, y cuando comencé a tener primeros éxitos pensé que sería bonito que otras personas que se aficionasen tuviesen un libro donde aprender", de forma que ha dirigido ya varias publicaciones en las que plasma sus conocimientos. Empezó con un monográfico sobre el azor, posteriormente un segundo sobre el gavilán, otro sobre las aves de presa y uno sobre el águila Harris, con prólogo de Juan Delibes.
En Huelva, la cetrería tiene muchos especialistas y no es difícil ver volar halcones y águilas en lugares relativamente extraños. Uno de esos sitios es el Polo Químico de Huelva. Allí Enagas aplica la cetrería para mantener limpias las instalaciones. El cetrero Juan Alejo vuela todos los días sus pájaros para mantener a raya a las aves que ensucian y ponen en peligro las tuberías y conducciones y provocan falsas alarmas de escapes de gas. El y Francisco Gómez Alejo mantienen en una finca una veintena de aves que se usan en distintas especialidades.
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