La saca del corcho, una actividad singular que regresa cada año al alcornocal onubense

La campaña de descorche se inició el pasado 1 de junio, para prolongarse hasta el próximo 1 de septiembre, periodo en el que se espera que los alcornocales de la provincia de Huelva produzcan más de 1,4 millones de kilos de corcho

El municipio que más corcho produce en la provincia de Huelva es Valverde del Camino, al que siguen por este orden Berrocal, Almonaster la Real y Cortegana

El corcho, vida, economía y naturaleza para la Sierra

Un descorchador en plena faena en una dehesa de Berrocal
Un descorchador en plena faena en una dehesa de Berrocal / Jordi Landero

Huelva/Mes de junio. Amanece en una dehesa onubense al tiempo que una ligera y fresca brisa acaricia las pequeñas hojas de los alcornoques. Mientras tanto, una cuadrilla formada por casi una decena de descorchadores se introduce en lo más profundo del bosque dispuestos a aprovechar el frescor de las primeras horas de la mañana en un mes de junio inusualmente fresco en relación con los anteriores, con el principal objetivo de iniciar una nueva y durísima jornada de descorche, cuya temporada arrancó oficialmente el pasado día 1 de junio, para concluir el próximo 1 de septiembre.

También conocidos como 'hachas' o 'jachas' en su propio argot, se les identifica claramente y, junto con su inseparable hacha, portan otros utensilios básicos para esta tradicional labor como cuchillos, escaleras, piedras de afilar o 'jurgas', un palo largo y puntiagudo que sirve para ayudar a despegar la corteza cuando ésta se resiste a desprenderse del tronco.

Estamos en una dehesa del segundo municipio onubense donde habitualmente más corcho se produce cada año: Berrocal. Y la cuadrilla de descorchadores pertenece a la Cooperativa Corchera San José de dicha localidad, descorchando las fincas de aquellos socios que así se lo requieren.

Dicha entidad mercantil la integran 290 socios, en su inmensa mayoría pequeños propietarios de fincas que explotan este recurso de forma artesanal y como complemento a sus economías domésticas. Entre todos suman una masa forestal con una superficie superior a las 6.000 hectáreas, la mayoría de alcornoques, siendo actualmente la única empresa de carácter cooperativo dedicada en exclusiva a este producto no solo en Huelva, como en toda Andalucía.

Descorchadores de la Cooperativa Corchera San José de Berrocal
Descorchadores de la Cooperativa Corchera San José de Berrocal / Jordi Landero

En la provincia de Huelva, según los datos facilitados a esta redacción por la Delegación Territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta en Huelva, se produjeron 1.389.152 kilos de corcho en 2023 -último año del que se tienen registros por estar en estos momentos en plena campaña del 2024-.

De ellos, un total de 240.070 kilos fueron de corcho  'bornizo' -como se conoce al que se obtiene en la primera 'pela' del alcornoque-, mientras que el resto, 1.149.082 kilos, fueron del corcho extraído en las siguientes 'pelas', conocido como de 'reproducción', que a su vez se clasifica en 'segundero' si procede de la segunda, de 'refino' si se obtiene en la tercera, 'trefino' en la cuarta y de 'clase' en la quinta y sucesivas.

Estas cifras, aunque suelen variar ligeramente de un año para otro ya que el alcornoque se descorcha en intervalos de entre 9 y 11 años, son muy similares a la que resultarán tras la actual campaña de descorche, a la que habría que sumar el aprovechamiento -en 2024- de los 80.000 kilos de corcho previstos extraer por la Junta a través de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía (AMAYA), que tiene encomendada la gestión de montes públicos como el de Santa Clara-El Vínculo (Aroche) a través del Plan de Gestión Integral (PGI) de El Mustio.

La superficie de la provincia onubense donde el año pasado se extrajeron los 1,4 millones de kilos de corcho fue de 30.587,77 hectáreas.

Por municipios, y siempre según los datos relativos a la campaña de descorche 2023 facilitados a Huelva Información por la Junta, la localidad onubense donde más kilos de corcho se produjeron fue Valverde del Camino, con 268.914 kilos; seguida en orden decreciente por Berrocal (206.129 kilos); Almonaster la Real (153.827); Cortegana (140.752); y Huelva (119.758).

Ya por debajo de los 100.000 kilos están, también en orden decreciente, Beas (86.600); Rosal de la Frontera (83.731); Aroche (77.540); Gibraleón (52.750); Paterna del Campo (31.200); Niebla (22.100); Villanueva de los Castillejos (14.760); Zalamea la Real (13.900); San Bartolomé de la Torre (13.150); Trigueros (11.500); El Campillo (11.365); Calañas (11.250); Santa Bárbara de Casa (7.960); Villablanca (6.690); La Granada de Riotinto (6.075); Lucena del Puerto (4.050); Cartaya (3.820); El Almendro (3.400); Campofrío (2.025); Alosno y Escacena del Campo (2.000 cada municipio); Moguer (1.800); El Cerro de Andévalo (1.550); Santa Ana la Real (1.400); Bonares (1.200); Paymogo (730); Aracena (500) y Zufre (325,05).

BERROCAL: UN 70% MENOS DE PRODUCCIÓN TRAS EL GRAN INCENDIO DE 2004

De no ser por el devastador incendio que en 2004 arrasó casi 30.000 hectáreas de terreno en 13 municipios de las zonas centrales de las provincias de Huelva y Sevilla, llevándose la peor parte Berrocal, ésta pequeña localidad seguiría siendo, sin duda, la mayor productora onubense de corcho.

No en vano dicho fuego, que se inició el 27 de julio de 2004 y que fue sofocado el 4 de agosto siguiente, calcinó 6.300 de las 12.400 hectáreas totales del término municipal de Berrocal -o lo que es lo mismo, el 50% del término-, reduciéndose desde entonces en un 70% la producción corchera en el mismo, que el año antes del incendio fue de 270.000 kilos.

Un productor descarga en la Cooperativa de Berrocal una carga de corcho bornizo recién extraido del alcornoque
Un productor descarga en la Cooperativa de Berrocal una carga de corcho bornizo recién extraido del alcornoque / Jordi Landero

Así lo han manifestado a esta redacción María Martínez y Amaya Sus, vicepresidenta y secretaria, respectivamente, de la Cooperativa Corchera San José de dicha localidad, quienes también han precisado que sus socios extrajeron el año pasado 27.000 kilos de corcho, siendo ésta a su juicio una "campaña excepcional por baja producción debido sobre todo a la sequía". En 2022 la Cooperativa produjo 54.000 kilos, "siendo un año regular"; y en 2019 un total de 87.000 kilos, que "es la media anual de producción de la entidad".

A los efectos del incendio se han unido en los últimos años, han proseguido, el problema de la seca, que está causando "estragos" en la producción de corcho, y que se deriva del "abandono" al que según ellas está sometido el sector forestal por parte de las administraciones.

De la misma forma se ha manifestado a este diario el alcalde de Berrocal, Ángel Luis Romero Romero, para quien el corcho "siempre ha sido en este municipio un importante complemento para la economía de las familias y siempre hemos sido un pueblo rico gracias al corcho, pero "tras el desolador incendio del año 2003 y por los graves efectos de la seca del encinar, actualmente ha perdido mucha importancia".

Otro problema que afecta al sector, prosigue, es la "falta de relevo generacional" ya que la mayoría de propietarios de pequeñas explotaciones son personas mayores que trabajan directamente sus fincas y que conocen el manejo del corcho, cuyos hijos ya viven fuera y no quieren dedicarse al campo.

Tanto el primer edil, como las responsables de la Cooperativa Corchera San José, también coinciden en destacar que otro problema viene dado porque la de descorchador "es una profesión muy especializada y cada vez cuesta más encontrar profesionales cualificados y que conozcan el territorio".

En este sentido, añaden María Martínez y Amaya Sus, esta campaña "tenemos ocho descorchadores cualificados, prácticamente todos del pueblo, los cuales además de labores de descorche, también realizan fuera de campaña trabajos de desbroce en el monte para facilitar el acceso al mismo y para reducir los riesgos de incendios forestales.

Todas estas cuestiones, a las que según el alcalde de Berrocal se une los efectos del cambio climático, derivan en un problema con "dos vertientes, la socioeconómica y la medioambiental".

Descorchar un alcornoque es una tarea muy cualificada
Descorchar un alcornoque es una tarea muy cualificada / Jordi Landero

"Se trata de una problemática grave -añade Romero- que se inició entre finales de la década de los 90 del siglo pasado y principios de los 2000, y que cuanto más tiempo pasa tiene menos solución, por lo que pienso que las administraciones deberían implicarse mucho más en buscar soluciones". "Y es que al final -concluye- todo conduce al paulatino vaciamiento de nuestros pueblos y al cada vez mayor abandono del campo".

LA JUNTA FORMA DESCORCHADORES EN AROCHE

La Delegación Territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta en Huelva clausuró el pasado mes de junio la II Escuela de Corcheros, en la que se formaron un total de siete alumnos durante 10 días en el monte público Santa Clara-El Vínculo, en el término municipal de Aroche, dentro del Paraje Natural Sierra Pelada y Rivera del Aserrador.

Estos nuevos corcheros han procedido de los municipios serranos onubenses de Aroche, Cortegana y Rosal de la Frontera, y han recibido formación de la mano de un corchero experto y de un técnico en prevención de riesgos laborales.

Esta Escuela, según informó la Junta, está orientada a aprendices y aborda contenidos teóricos sobre el alcornoque, el alcornocal y sus hábitats, el sector del corcho y las herramientas a utilizar, entre otros contenidos. El objetivo es que los jóvenes alumnos adquieran habilidades prácticas para realizar los trabajos de descorche, desembosque y pesadas de corcho obtenido al desprender la corteza del tronco y ramas del alcornoque (Quercus suber).

En palabras del delegado territorial en Huelva de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, Pedro Yórquez, "de nuevo podemos calificar de exitoso este curso intensivo, por el aprovechamiento de los alumnos y porque se trata de una acción real de desarrollo sostenible, generación de empleo en las zonas rurales, y promoción de los oficios relacionados con los montes".

Un descorchador en una dehesa onubense
Un descorchador en una dehesa onubense / Jordi Landero

Yórquez añadió que la iniciativa "tiene un impacto positivo real en los territorios y en el sector, ya que permite incorporar a la actividad a jóvenes del territorio". "Sin ellas -prosiguió- tendrían gran dificultad para adquirir el exigente aprendizaje en una actividad en la que se precisa un elevado rendimiento. Se busca, por tanto, el relevo generacional y el asentamiento de juventud en nuestros pueblos gracias a este oficio ancestral".

LA IMPORTANCIA Y LA TRADICIÓN DEL ALCORNOCAL ONUBENSE

El alcornocal onubense, uno de los más importantes de la Península, ofrece un gran pilar ambiental para el territorio, además de preservar la fauna y flora mediterránea propia de estas tierras, y de proporcionar un relevante nicho de riqueza y empleo.

La extracción de la corteza de los alcornoques supone un titánico esfuerzo por parte de los profesionales que se dedican a ello. Las altas temperaturas favorecen el despegue de la corteza del árbol, pero por el contrario endurecen las condiciones de trabajo de los profesionales, que inician su jornada antes de las seis de la madrugada, y que normalmente soportan altas temperaturas en las manchas de alcornocal, situadas a veces en lugares bastante inaccesibles.

El descorche supone un esfuerzo titánico
El descorche supone un esfuerzo titánico / Jordi Landero

El descorche es todo un ritual que continúa practicándose como hace siglos. El hacha es la herramienta principal, y junto a la destreza del operario se convierte en pilar fundamental de la tarea. El momento decisivo de la saca es la precisión en el corte, aprendido por los hombres que se dedican a ello a lo largo de los años. El estudio previo del árbol y la catalogación de la piel se considera ‘trazar’ el árbol; luego, la delicadeza en el golpe y, sobre todo, el giro de muñeca para despegar la corteza hacen el resto, demostrando una maestría que sólo está al alcance de unos pocos, que se resisten a abandonar este viejo oficio a pesar de su dureza.

La subida a las ramas más altas exige cuidado y destreza, aunque no menor que cuando se trata de descorchar el tronco del alcornoque que no tiene ramas para aprovechar.

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