El parqué
Álvaro Romero
Tono alcista
Festejo de feria
Cortegana/Un torero sevillano de distinguido apellido torero, un Vázquez, se hizo torero frente a una corrida de importantes hechuras como la que los herederos de Osborne mandaron ayer a Cortegana. Ese día dónde los vestidos toreros de alternativa se visten de blanco y oro, ese día repito, fueron Curro Díaz y Miguel Ángel Perera los que se llevaron arriba, con solvencia y maestría, una tarde para la historia del coso Serrano .
Reminiscencias de barrio de San Bernardo; historia de Pepe luises y Manolo; y cartuchos de pescao. La tradición sevillana en pos de ese apellido tan torero cómo el de los Vázquez . La culminación a una carrera novilleril de un discurrir suave que ayer , lejos de escenarios ostentosos vino a encontrar refugio en ese rincón precioso de la serranía onubense .
Comenzó con buen pie la andadura torera de Manolo Vázquez estuvo muy entonado y digno el torero sevillano con el toro que abrió plaza de nombre Anotado marcado con el número 62 y perteneciente, como el resto de la corrida, al hierro de los herederos de Osborne.
Faena muy entonada del sevillano, quien se manejó con gracia y apresto en su toreo entendiendo la suavidad que trajo ya de salida ese toro de la alternativa. Enjaretó con clase los trastos el joven torero que afianzó su labor en una faena de temple y ligazón; cruzando y obligando al de Osborne a embestir. Nobleza tuvo el toro y buena colocación el torero que sin violencia de ningún tipo se acopló a esta primera lidia de su carrera. Bonito toreo al natural llevando embebido en la franela a un animal que le dejó colocarse y afianzar su tarde para ligar los muletazos. Faena de enjundia por ambos pitones que deparó en manos del joven torero las dos primeras orejas de la tarde. Legítimo sin duda ese triunfo con el que Manolo Vázquez soltó presión y dejaba las espadas en alto para cuando llegase ese sexto que abrocharía la tarde. Toro muy rematado por todos los sitios, exigente y qué pidió papeles a un torero que lógicamente aún no los tiene. Solventó este nuevo Vázquez esa papeleta con dignidad tras el brindis a su madre sumando además el sevillano otra oreja para su esportón y yéndose a hombros de los capitalistas por la Puerta Grande junto a sus dos compañeros.
A Curro Díaz le duró la 'amabilidad y cortesía' el tiempo de ceder los trastos y enseñó a los que llegan, y a los que están, la competencia más real. Más tarde frente a un toro que tenía un pitón izquierdo de espanto bordó una faena de mucho oficio y gusto. La escribió Curro frente a ese toro desabrido de embestida con lidia. Toro con teclas donde emplear oficio y decisión por ambas manos sin amilanarse ante esa guadaña que por el izquierdo lucía el toro sin llegar a emplearse, aunque eso no pareció importar al torero que le cortó a éste segundo las dos orejas. Curro volvió de nuevo en el cuarto, un toro venido a menos pero al que el de Linares desengañó con suavidad y confianza. Labor de maestro, la suya. Le dio sitio, lo tanteó con la muleta a media altura y cuando el de Osborne se confió, el de Linares le bajó la mano e hizo bello y templado el toreo. Despacito. Otra estocada desprendida le dejó a Curro otras dos orejas para su esportón.
Visto como llegaba la tarde Perera fue a por lo suyo. La competencia no estaba para treguas y el torero no se dio un respiro. De principio a fin Pereda mandó sobre el toro con suavidad, sin tiranteces de ningún tipo y con el aplomo que le deja ese oficio y veteranía que el extremeño va luciendo por los ruedos. Lució el animal porque tuvo enfrente a un torero que sacó lo mejor que tenía ese fondo de raza. Por los dos pitones estuvo Perera en torero en ese toreo poderoso que saca agua de pozos de bajo nivel.
El quinto fue el toro de la corrida. Un ensabanado precioso de hechuras, musculado y con todas las intenciones de embestir hasta el final. Perera lo vio y fue a por él de principio a fin toda su faena tuvo esa enjundia que al poder de un torero le complementa la bravura de un toro. Bravo de verdad este de Osborne. Un dije de toro con el que Perera iba fundamentando la gran faena de la tarde. Bella por los cuatro costados. Un disfrute ver ese toreo lento y entregado del torero. Mas como dijo aquel, la felicidad no es completa y en uno de los últimos lances de la Lidia el toro se partió la mano; Ahí acabó todo ese importante acto que estaba ocurriendo en la tarde y hubo que apuntillar las esperanzas y al toro.
La tarde pues se resume con el triunfo ilusionante de un nuevo nombre en el escalafón de matadores y la contundente lección de oficio y torería qué tanto Curro como Perera dejaron escrita ayer en Cortegana, testigo ayer de una excelente tarde de toros.
Se lidiaron seis toros de José Luis Osborne de muy buena presentación y juegos desigual. Con cierta clase en la muleta algunos de ellos pero justos de fondo. Por encima de sus hermanos destacaron por nobleza el primero de la tarde y ese quinto en manos de Perera.
ACTUANTES:
Curro Díaz: dos orejas; dos orejas
Miguel Ángel Perera: dos orejas y saludos.
Manolo Vázquez: dos orejas y oreja.
INCIDENCIAS:
Lleno en los tendidos en tarde de nubes y buena temperatura. Al finalizar el festejo los tres espadas salieron a hombros
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