El sector de la chirla calcula que solo podrá faenar veinte días más
Golfo de Cádiz
Los mariscadores aseguran que la ampliación del cupo de captura en 200 toneladas no les permitirá trabajar hasta el 30 de abril cuando comienza la parada biológica anual
Huelva/Las embarcaciones de draga hidráulica apenas si podrán faenar otros veinte días a pesar de que se ha ampliado el cupo de captura de chirla en 200 toneladas. El sector considera que con esa cantidad no podrá seguir faenando hasta el 30 de abril cuando comienza la parada biológica para la regeneración del caladero del Golfo de Cádiz.
Los mariscadores aseguran que a primeros de mes agotaron las 1.100 toneladas asignadas inicialmente y que por tanto ahora consumen ya la cuota incrementada. Los cálculos que realizan se basan en el número de embarcaciones y los kilos que pueden mariscar a diario al mes, por lo que según sus previsiones a mediados de abril, como máximo, deberán amarrar los barcos a puerto.
El sector acogió con satisfacción la ampliación del cupo pero conforme pasan los días cada vez tienen menos posibilidades de poder hacerse a la mar.
La Junta de Andalucía prorrogó el período de cuatro meses dado de captura el pasado octubre al sector, al no haber agotado la cuota máxima impuestas para garantizar la regeneración del caladero.
Pese a que la autorización para faenar finalizó el 31 de enero, Pesca firmó una resolución para modificar la de 24 de septiembre de 2018 que establecía dicho plazo y tope de capturas, en el sentido de supeditar el cierre del caladero al momento en el que se alcance el volumen de toneladas establecido.
Entonces, el volumen de capturas se situaba en la actualidad entre 800 y 900 toneladas por lo que quedaba aún y un margen de consumo de algo más de 200.
Mientras se consumía este remanente el sector solicitó al Instituto Español de Oceanografía (IEO) un nuevo estudio sobre la situación del caladero al objeto de que pudiera autorizarse la actividad hasta el momento de la parada biológica anual.
Los chirleros volvieron a la actividad el pasado 1 de octubre después de ochos meses de parada obligada al decretar la Junta de Andalucía su cierre ante el estado que presentaba el recurso.
La clausura se determinó tras las recomendaciones de los informes de seguimiento del Instituto Español de Oceanografía y después de que las medidas adoptadas no lograran evitar una nueva disminución acusada de la chirla en las aguas del Golfo de Cádiz, por lo que la única solución fue la paralización de la actividad.
El cierre afectó a 96 embarcaciones y 291 tripulantes de los puertos de Isla Cristina, Punta Umbría y Ayamonte, y Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz.
Para paliar los efectos del cierre del caladero, la Administración autonómica puso en marcha unas ayudas para armadores y tripulantes afectados, que el sector calificó de escasas. Esto permitió un apoyo económico a 70 familias durante este periodo de inactividad.
Hasta el 2 de octubre no regresaron los barcos a la mar, con unas condiciones impuestas por la Junta que los mariscadores rechazaron inicialmente. Previamente habían presentado un plan de viabilidad. Éste incluía la variación de la talla comercial de la chirla y su reducción de los 25 milímetros actuales a 24 o, en su defecto, una tolerancia importante entre 25 y 24 milímetros, así como el establecimiento de un horario de entrada y salida a puerto sin limitaciones.
Finalmente se estableció una captura total no superior a 1.100 toneladas hasta el 1 de febrero de 2019, atendiendo a los estudios realizados por el Instituto Español de Oceanografía.
Los resultados de los últimos informes científicos constataban la recuperación lenta pero progresiva del caladero” y con esos parámetros, los límites de la captura se han mantenido.
Los armadores y los marineros han dejado claro que son los primeros interesados en la sostenibilidad del caladero.
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