La segregación de Mazagón, entre el dinero y el urbanismo
El expediente que impulsa Avema toca la línea de flotación de Moguer al cercenar su término, privarle de 7 millones de euros en impuestos y controlar los proyectos de Cuesta de la Barca y Castillo de la Luz
Puede que en un tiempo cercano, quizás antes de las próximas elecciones municipales de 2011, asistamos a la investidura de un nuevo alcalde en la provincia de Huelva. Tal posibilidad no emanaría de una moción de censura o una compra política al uso sino de la aprobación, o no, del expediente de segregación de Mazagón que la autoridad territorial de la Junta de Andalucía tiene sobre la mesa y que le obliga a pronunciarse antes de cuatro meses.
La Alcaldía estaría formada por 8 concejales de los independentistas de la Asociación de Vecinos de Mazagón (Avema), dos ediles del Partido Independiente de Mazagón (de ideología palerma) y solo uno del Partido Popular, grupo que ahora gobierna con mayoría absoluta consolidada el pueblo matriz de Moguer y que pasaría un mal trago con la investidura de Francisco Martínez. Eso teniendo en cuenta los resultados de los últimos comicios municipales en la plaza díscola, que dieron a Avema 1.500 votos, 300 al PIM y un centenar al PP moguereño.
El expediente de segregación que propone Avema asestaría un durísimo golpe a Moguer, un pueblo que vería adelgazar su término hasta límites que sus habitantes ni se imaginan. Y también a Palos de la Frontera, aunque en mucha menor medida.
Por eso lo que para Avema es un sueño, para el alcalde de Moguer, Juan José Volante, y para todo el Ayuntamiento (PP, PSOE más el extramunicipal PA) es una pesadilla. Si la Junta acepta el expediente secesionista que alumbraría el pueblo número ochenta de Huelva, dotado con 7.039 hectáreas, unas 5.000 viviendas y Código Postal número 21130, la ciudad del Nobel perdería su salida al mar, la pertenencia al Parque Nacional de Doñana al trasvasar su espacio protegido a la nueva entidad, el 92,4% de las plazas hoteleras existentes o en construcción, el 100% de los cámpings y campamentos juveniles y el 93,4% del suelo urbanizable del que dispone. La lista de bajas moguereñas incluirían los más de siete millones de euros en concepto de IBI y Circulación de vehículos que capta en la localidad costera y su influencia en el desarrollo de los proyectos turístico previstos, entre ellos el de Cuesta de la Barca y Castillo de la Luz, emblemas del poder político provincial donde se agitan banderas y temores de toda índole y ahora envueltos en la guerra del ladrillo que libran PP y PSOE.
La sangría no acaba aquí. Mazagón se haría con otro bocado exquisito: las tierras agrícolas más pujantes de la zona, el Avitorejo y Malvinas. El desajuste en Moguer sería tremendo y así se reconoce en el pliego de alegaciones de ambas partes.
El órdago a la grande del grupo que dirige Francisco Martínez se ve desde Moguer como una gran y seria amenaza para su continuidad como pueblo principal de Huelva, cuna de uno de los lobbys políticos decimonónicos más activos que incluso llegó a competir con Huelva por la capitalidad de la provincia en tiempos de los 'intrigantes' masones.
La Alcaldía moguereña no ha dudado en contratar a uno de los mejores equipos de abogados para enfrentarse a todo un 'ejército' vecinal perfectamente organizado. El bufete de Alfonso Pérez Moreno, el mismo que desactivó la 'bomba' independentista de La Redondela para beneficio de la antigua Higuerita, hoy Isla Cristina, se encarga de doblegar unas razones en parte defendidas por la mismísima Universidad de Huelva, intelectual aliada de Avema en la batalla política y administrativa.
Al margen del histórico "abandono" que denuncian los vecinos como germen de su reivindicación, las claves del proceso emancipador están en cuatro puntos cardinales. Para ser independiente, Mazagón debe demostrar que supera los 4.000 habitantes. Sería el concepto técnico de población suficiente y vinculada, encontrarse a más de 7,5 kilómetros del núcleo matriz (Moguer y Palos); contar con viabilidad económica y voluntad popular. O lo que es lo mismo, que la mitad más uno de sus habitantes certifiquen su veraz y ante notario intención de vivir independientes.
Sobre estos cuatro conceptos sobrevuela la decisión de la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía.
Es obvio que las partes discrepan. Moguer niega en sus alegaciones todas y cada una de estas cuestiones y según el alcalde Juan José Volante "Mazagón no cumple los requisitos". Desde el bando vecinal, Francisco Martínez lo tiene claro: "Somos distantes y distintos".
Ante el desencuentro que se produce entre las partes: Avema, Moguer y Palos, la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía deberá emitir una resolución que será vinculante para todos y traerá la paz o una revolución provincial en cuatro meses. Y todo ello sin contar con los posteriores recursos del perdedor o perdedores, que los habrá.
Lo han anunciado tanto Juan José Volante como Carmelo Romero. Y eso que el alcalde palermo reconoce que Mazagón tiene un alto coste económico, ya que requiere más inversiones municipales que beneficios obtiene la Cuna del Descubrimiento de sus tierras y de sus apenas 500 habitantes.
El alcalde de Palos cree que la segregación de Mazagón llegará algún día por "propia madurez" pero ahora no es momento para esta aventura. Para Romero, "un simple intento del PSOE de acaparar poder urbanístico y hacer de su capa un sayo, al no ser capaces de ganar en las urnas la Alcaldía moguereña". Según Romero, esa derrota se traduce en el bloqueo de los grandes proyectos turísticos y en el "manejo" de los cabecillas de Avema, todos vinculados al entorno socialista.
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