La Umbría, la aldea onubense que se convierte en capital de las migas y la solidaridad

El dinero recaudado se destina a la Asociación contra el Alzheimer de Aracena

Los pueblos de la Sierra conservan la tradición de las migas

Preparación de las migas
Preparación de las migas / F. De la Osa
S.H.

07 de diciembre 2024 - 17:16

Todas las calles de la aldea onubense de La Umbría conducen este sábado al pabellón donde decenas de voluntarios reciben a miles de personas para participar en toda una tradición cuando llega diciembre: sus migas solidarias.

Hace 25 años, a un grupo de mujeres de la aldea se le ocurrió celebrar durante el puente de la Inmaculada una degustación de migas con fines solidarios, idea que ha llegado a desbordarse hasta el punto de que se han planteado "cerrar" la localidad ante la cantidad de coches que llegan para no perderse la fiesta.

Para que todo haya sido un éxito, ha estado más de un mes trabajando la Asociación de Mujeres El Pilar, alma de esta idea, que cada año evoluciona un poco más, como explica a Efe su presidenta Rosario Domínguez.

Más de un centenar de personas han participado en los preparativos para sacar adelante esta cita, que, como detalla Domínguez, recauda fondos este año para la Asociación contra el Alzheimer de Aracena y para un hombre de la comarca que necesita dinero para una operación que le puede devolver la vista.

Para que todo salga bien, días atrás se ha dejado todo ultimado y, "además de comprar el pan y tener todos los ingredientes listos, se ha preparado un plan de tráfico con la Policía Local y se organizan aparcamientos en todas las calles de la aldea", precisa.

Y es que desde que se abandona la carretera nacional 433 para tomar el desvío a La Umbría, las colas de vehículos son más que evidentes, y justo en la primera cale de la aldea ya hay un vigilante de seguridad que indica dónde hay que dejar el vehículo, para luego caminar un kilómetro más o menos hasta llegar a la zona donde se celebra la fiesta.

La receta, con matices, se hereda casi verbalmente entre quienes preparan este típico plato, con pan serrano al menos del día anterior, patatas, ajos, pimientos y mucha paciencia, con pocos secretos, entre ellos que cuando el pan ya se está ultimando no se puede dejar de mover en ningún momento.

Manuel García, voluntario de la asociación, solo puede contar a Efe durante unos segundos que el secreto "es hacer bien las medidas, saber cuántas patatas y ajos se van a tener, y hacer bien las cosas". Termina de explicarlo y sigue moviendo el pan para que no se pegue ni se queme.

En muchos casos se acompaña con sardinas asadas o chorizo, aunque esto queda ya al libre albedrío de los cocineros, que en el caso de La Umbría son una decena de hombres y mujeres, elaborando sin parar todos los ingredientes desde poco después de las diez de la mañana.

Desde la zona de los fogones, las migas van a una olla para ser servidas, al precio de 4 euros el plato, aunque la carta cuenta con comida variada típica de la comarca para que nadie se quede sin colaborar con la idea en caso de que su paladar, o su dieta, no tenga a las migas como una preferencia.

Y para que la fiesta sea completa se ponen a la venta dulces caseros elaborados por las mujeres de la asociación y voluntarias que ayudan en esta labor, en la que todo el mundo colabora en un perfecto engranaje para que nada falte.

Este año, en una jornada que se preveía de frío en la comarca, el sol ha querido unirse a la fiesta, y una buena parte de las visitas se han organizado en un enorme picnic en los campos alrededor del pabellón, donde hay decenas de papeleras y contenedores para que todo esté igual que antes cuando termine la fiesta solidaria. 

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