Los vecinos de El Judío denuncian el abandono de una finca de reses bravas

Los animales, casi un centenar, carecen de refugio, comida y agua · Conviven en un lodazal con los restos de otras reses que ya han muerto de inanición

La finca donde están las reses bravas es un auténtico lodazal a causa de las últimas lluvias.
Redacción / Huelva

26 de enero 2010 - 05:01

Vecinos de la aldea El Judío, del término municipal de Gibraleón, han denunciado al Seprona de la Guardia Civil el abandono de casi un centenar de reses bravas en una finca, algunas de las cuales ya han muerto de hambre. Los vecinos de las parcelas adyacentes temen que pueda producirse un problema de salud pública.

Las imágenes que se ven en la finca son dantescas: unas noventa cabezas de ganado bravo hacinadas en una parcela de unos 3.000 metros cuadrados, sin comida, agua, cobijo alguno y en un lodazal tras las últimas lluvias caídas. Así lo ha puesto de manifiesto el colectivo vecinal que se queja del olor nauseabundo que proviene de la finca, a pesar de estar en pleno invierno.

La situación de abandono de los animales ha provocado ya la muerte de seis de ellos, cuyo restos no han sido retirados y permanecen en el lugar junto al resto de las reses famélicas, algunas las cuales apenas si se mantienen en pie.

El ganado muerto ha sido devorado en parte por perros y las alimañas que rondan por el entorno, mientras que reses bravas en ocasiones se comen sus propios excrementos al carecer de alimento.

Estos hechos "tan lamentables" vienen paciendo los propietarios de las fincas colindantes que han puesto en conocimiento en varias ocasiones de la Guardia Civil, veterinarios y Policía Nacional Adscrita a la Junta de Andalucía, y que han podido comprobar in situ.

Los vecinos aseguran que las denuncias se han ido amontonando en los despechos de los distintos cuerpos de seguridad del Estado y de sanidad animal, sin que hasta el momento se haya remediado la situación que se prolonga desde hace ya tiempo.

Los propietarios de las parcelas adyacentes temen que lo que es un problema de sanidad animal se convierta en otro de salud pública, ya que la podredumbre y defecaciones de los animales junto con el agua caída en las últimas semanas pueden llegar al subsuelo contaminando las aguas subterráneas, según los vecinos. Hay que tener en cuenta que existe un pozo en el lugar donde se encuentran los animales abandonados y que existen otros en las fincas de los alrededores.

Además, afirman que el hecho que animales como perros coman los restos de las reses muertas supone un peligro añadido, por cuanto pueden transmitir enfermedades a las personas.

En cualquier caso, no entienden cómo los responsables de salud animal no ponen remedio de una vez a este problema, que "se repite desde hace años". Hace unos meses la Junta de Andalucía llevó a cabo una intervención en esta ganadería y procedió a retirar algunas reses bravas pero el resto han quedado totalmente abandonadas y sin ningún control sanitario.

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