Las víctimas del doble asesinato reclaman justicia en el sexto aniversario

Almonte/Seis años se cumplen hoy del asesinato de Miguel Ángel y María en su hogar de la avenida de los Reyes de Almonte. Para rendir tributo a su memoria y pedir que se les haga justicia se concentraron ayer en torno al piso donde les fue arrebatada la vida el 27 de abril de 2013 cientos de vecinos y familiares de las víctimas, que guardaron silencio durante unos minutos para recordarlos, roto solo por las intervenciones de la madre y abuela de las víctimas, María Espinosa, y por el hermano y tío de los desaparecidos, Aníbal Domínguez.

Este último inició su discurso recordando que "en esta misma casa, hace seis años, un criminal de sangre fría y que continúa disfrutando de la impunidad que le ha regalado la Justicia española, se ensañó de manera diabólica contra dos seres inocentes: un padre del que nadie ha hablado mal y de una hija que era y seguirá siendo un ser puro y angelical".

De su sobrina, que con solo ocho años se enfrentó al hombre que acuchillaba hasta la muerte a Miguel Ángel, recalcó que fue "la niña más valiente que jamás podrán conocer", pero también "la que más dolor haya podido sufrir, porque tuvo que verle la cara a la muerte dos veces: la primera cuando tuvo que contemplar cómo el asesino acababa con la vida del mejor padre que jamás María pudo tener, asestándole una puñalada tras otra hasta que su corazón no pudo más; y la segunda, cuando tuvo que hacer frente con su ingenuidad y debilidad a su verdugo, a ese asesino-criminal despiadado que no dudó en asestarle más de 100 cuchilladas".

En este sentido, incidió Domínguez en que en medio del terror "nunca se atisbó que tuviera intención alguna de escapar, de huir, sino de mantenerse al lado de su padre, de verse arrastrada a la muerte más asombrosa por no dejar solo al amor de su vida, a su padre, del que nunca se separó, al que siempre le daba su manita como soporte de su vida; es lo que siempre he manifestado: una verdadera e inquebrantable simbiosis de amor".

Para Aníbal Domínguez, en la avenida de los Reyes siempre "seguirá siendo abril de 2013", porque el doble crimen "tendrá que seguir estando presente en este escenario y en las calles de Almonte, mientras la impunidad consentida por parte de la Justicia española permita que su asesino siga deambulando por este pueblo".

Por ello tildó a la Justicia española de "ciega, sorda y verduga con las víctimas", que se reconocen agotadas tras el devenir de “estos seis años de auténtico calvario”. El hermano y tío de Miguel Ángel y María se preguntó que "¿quién puede luchar contra un sistema corrupto, maloliente, nauseabundo y que castiga a las verdaderas víctimas?", que para más inri ha condenado a los Domínguez Espinosa a abonar las costas judiciales que ha conllevado llevar el caso contra el absuelto, Francisco Javier Medina, hasta el Tribunal Supremo. "Es el colmo de los colmos, el mundo al revés", enfatizó.

Domínguez puso de manifiesto que dos derechos fundamentales básicos y constitucionales como la inviolabilidad del domicilio y el derecho a la vida "han sido ultrajados en nuestro caso", recalcando que "el Estado lo único que ha hecho es condenarnos a pagar unas costas por el mero hecho de recurrir judicialmente", cuando es el que "debe garantizar la seguridad ciudadana". No obstante, recordó, "seguimos adelante". Por ello han presentado un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional e "iremos hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos si hiciera falta".

Aníbal Domínguez criticó duramente al equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Almonte por su falta de apoyo y por la gestión de asuntos como el del cuchillo hallado en el Callejón de Los Granados: "Esta gentuza que rige los destinos de este pueblo no debiera ni un minuto más proseguir en los cargos públicos que ostenta", sentenció. Criticó en paralelo a parte del vecindario y agradeció el apoyo del exalcalde popular, José Antonio Domínguez Iglesias, al frente del Gobierno local en la fecha de los crímenes.

Por último dio las gracias a "esos corazones verdes -emblema de la causa 'Justicia por Miguel Ángel y María'- que se han partido la cara por una causa justa, por Miguel Ángel y María, por mis padres, por mí, gracias, siempre gracias y eternamente gracias; gente verdadera, de corazón, que han sentido pena por la mayor de las desgracias que una familia pueda sufrir y que ha sabido detectar donde había que arrimar el hombro!.