Una manga de viento causa estragos en distintos puntos de la costa occidental

Especialmente cuantiosos han sido los daños a en varias explotaciones agrícolas de la zona de Valdeflores, en el término de Cartaya, así como en el casco urbano de Ayamonte

David Díaz, uno de los agricultores de Cartaya más afectados, retira plásticos derribados sobre sus plantaciones
David Díaz, uno de los agricultores de Cartaya más afectados, retira plásticos derribados sobre sus plantaciones / Jordi Landero
Jordi Landero

07 de noviembre 2020 - 06:06

Costa Occidental/Cuando todo parecía indicar que empezaba a remitir la intensidad de los sucesivos temporales que recorren estos días la provincia de Huelva, de repente, y casi sin avisar, una manga de viento huracanado causó ayer auténticos estragos en varios puntos de la costa occidental, especialmente al norte del término municipal de Cartaya y en el casco urbano de Ayamonte.

El fenómeno meteorológico, que según testigos presenciales entró desde el océano por las costas de Isla Cristina y Ayamonte aproximadamente a las 15:00 horas, arrasó todo lo que se interpuso en su camino, sobre todo mobiliario urbano, árboles, muros, invernaderos agrícolas y alguna que otra techumbre.

"Fue como si, de repente, se hubiese hecho de noche", coincidieron en señalar a Huelva Información vecinos y agricultores de las zonas más afectadas, los cuales bien entrada la tarde de ayer aún no salían de su asombro dada la fuerza del viento y la intensidad del aguacero y aparato eléctrico que trajo consigo el fenómeno, a pesar de que su duración se redujo a apenas unos pocos minutos.

Los peores daños se registraron al noroeste del término de Cartaya, concretamente en numerosas fincas agrícolas de la zona de Valdeflores. Allí la fuerza del viento arrasó plásticos y plantaciones de frutos rojos, cítricos y caquis, y retorció estructuras de invernaderos.

Invernaderos arrasados en la zona de Valdeflores, en Cataya
Invernaderos arrasados en la zona de Valdeflores, en Cataya / Jordi Landero

David Díaz Rodríguez, uno de los agricultores cartayeros más afectados, relató a este rotativo que el fenómeno arrasó solo en su finca más de tres hectáreas de plantaciones de fresa, arándano y frambuesa, además de levantar la techumbre de una cuadra y de llevarse todo lo que se interpuso en su camino. Una cuadrilla de trabajadores se afanó durante toda la tarde en retirar los plásticos que habían quedado tendidos sobre las plantas "para evitar más daños a éstas", a lo que añadió que otra de sus parcelas arrasadas estaba "totalmente preparada para ser mañana plantada de frambuesas".

"Empezamos bien la campaña", se lamentó resignado. "Pero así es el campo, e intentaremos sobreponernos lo antes posible de este duro golpe", añadió con moderado optimismo.

En la misma zona, pero más al norte y ya junto al pinar del Campo Común de Arriba de Cartaya, la manga de viento derribó árboles y el muro perimetral de una casa de campo cuya propietaria relató a este diario que "el viento llegó de repente y parecía que todo se venía abajo". "Hasta pude escuchar como numerosos objetos impactaban contra las paredes y el techo de mi casa", añadió aún asustada.

Trabajadores de una finca se afanan en Cartaya en la reparación de invernaderos destrozados
Trabajadores de una finca se afanan en Cartaya en la reparación de invernaderos destrozados / Jordi Landero

En Ayamonte la manga huracanada de viento se cebó sobre todo con el mobiliario urbano y las terrazas del paseo de la Ribera, donde operarios municipales trabajaron durante toda la tarde reparando los daños.

Según informó el Ayuntamiento de la localidad, las fuertes rachas de viento provocaron caídas de árboles, cortes de carretera, y daños en vehículos y en el mobiliario urbano. El dispositivo municipal desplegado estuvo integrado por efectivos de la Policía Local y personal de Obras, Servicios y Jardinería del Ayuntamiento, que contaron con el apoyo de voluntarios de Protección Civil, con el objeto de "restablecer la normalidad lo antes posible".

Los efectos de la manga de viento se dejaron notar también en puntos del Andévalo y la Sierra, como es el caso de Rosal de la Frontera, donde según su Ayuntamiento "varios espacios de nuestro pueblo y alrededores han sentido la fuerza del temporal de viento, agua, granizo y tormentas", el cual ha dejado a su paso "árboles, tejados y paredes derribadas o destrozadas", así como "caminos y carreteras cortados y anegados".

La manga de viento también  ha derribado muros en casas de campo de Cartaya
La manga de viento también ha derribado muros en casas de campo de Cartaya / Jordi Landero

"El camino de las depuradoras está cortado por árboles caídos y se recomienda no ir a las naves hasta que no se sometan a una revisión. Una de ellas ha perdido un frontal, que ha caído hacia adentro", concluyó el Consistorio rosaleño, que pidió a los vecinos extremar la precaución.

Por su parte emergencias 112 Andalucía gestionó desde poco antes de las 15:30 horas de ayer viernes una decena de incidencias relacionadas con el viento en la provincia.

La más destacable fue la ocurrida sobre las 16:10 horas en la carretera N-431 a su paso por Lepe, donde se produjo el desprendimiento de un árbol sobre una furgoneta en marcha, por lo que un hombre de 28 años ha tenido que ser atendido en el lugar.

Además, el 112 ha indicado que el viento produjo caída de ramas de árboles en vías de distintos puntos de la provincia como Lepe, Cartaya, Cortegana, Santa Bárbara de Casa y Villanueva de los Castillejos, donde un alertante avisó de la caída de un cable de alta tensión.

Por otro lado, un retén del Plan Infoca trabajó en el troceado y retirada de árboles caídos en la calzada en la carretera A-495 en Santa Bárbara de Casa para restablecer la circulación en la vía.

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