"De no ser por el viento, el poblado habría ardido"
Los vecinos relatan el miedo que sintieron al ver que el fuego se propagaba rápidamente.
Llegó a su casa, situada en el antiguo cuartel de la Guardia Civil, el pasado sábado procedente Barcelona, donde reside desde hace 50 años. El verano en Mina Concepción es una cita ineludible para Ornelia Serrano Vázquez, aunque éste será distinto para ella. Esta vecina, que el lunes pasaba la tarde "en la asociación, que es un colegio donde se va a coser un ratito", vio desde allí cómo las llamas estuvieron apunto de arrasar su casa. En el interior estaba su marido, por lo que se apresuró a avisarlo.
"Ha sido horroroso, mi casa todavía huele, aún estoy nerviosa y me tiemblan las piernas. Una de las chicas se levantó a hacer café y cuando miró al frente vio el humo detrás. Yo creía que el fuego iba a entrar en mi casa por las ventanas porque en un segundo se extendió", relató Ornelia. Su marido y otros dos vecinos usaron una goma para impedir que el fuego se adentrara en sus casas. Así estuvieron una hora, el tiempo que, según aseguró, tardaron en llegar los bomberos.
Un sobrino de la mujer, Fernando Giraldo Romero, preguntaba ayer a un agente de Medio Ambiente por el alcance del incendio. "He sido guarda de campo durante 30 años en Palma de Mallorca", aseguró. Fernando, que estaba en Huelva en la tarde del lunes, recibió una llamada de una sobrina de Barcelona avisándole de lo ocurrido.
Su huerto, una parcela ubicada en un lateral de la antigua casa cuartel en la que cultiva patatas, pepinos, calabacines, cebollas y habichuelas, ha sufrido daños y el vecino se lamentó del estado inservible en el que ha quedado su mula mecánica. La red de goteo también se ha quemado, mientras que la red general, que surte de agua del pantano a los vecinos para el riego de sus campos, también ha sufrido daños.
Durante una visita al edificio que alberga el bar, y que cuenta con garajes en la parte trasera y con un leñero que se libró del fuego, Fernando explicó que hace quince días el Ayuntamiento limpió los tres metros de acera del lateral de la casa cuartel, ubicada al lado del bar, lo cual impidió, según relató, que el lunes se quemara el cuartel. Y eso que "en dos minutos voló todo" y las llamas "cogieron una altura de dos metros".
En una vivienda situada en la parte baja del pueblo, José Antonio Sánchez e Inmaculada Andaluz recordaron que el año pasado por estas fechas también se declaró un incendio aunque en la parte de debajo de la mina. "Ya llevamos tres o cuatro incendios en cuatro años. Hay mucha suciedad y con cualquier descuido se lía", señaló José Antonio. Este vecino, que es bombero del Consorcio, estuvo a punto de ver cómo las llamas se adentraban en su casa.
"Le dije a mi chiquillo que fuera a ver de dónde salía el humo mientras me vestía. El viento y las piñas, que saltaban y originaban nuevos focos, hizo que la llamas se extendieran. Al ver que el fuego se propagaba hasta el centro, dimos aviso a coordinación para que sacara el helicóptero. Las llamas tomaron el pinar y no podíamos hacer nada. Vinieron dotaciones del parque de Jabugo, de Riotinto y los compañeros del Infoca", explicó.
En el interior del bar, José Rodríguez, otro de los vecinos desalojados, comentó que "si el viento no nos ayuda, la población habría ardido entera". Tanto él como Emilio Vázquez, Víctor Romero y José Manuel Ildefonso, conversaban sobre la necesidad de que el Ayuntamiento de Almonaster "limpie el terrero y acometa el arreglo del pantano". "Nos tienen un poquito abandonados. ", señalaron.
No hay comentarios