Óscar Romero: "El Atlético Onubense no es un equipo, es una familia"

El defensa del filial recreativista está "disfrutando al máximo" de su estancia en Huelva y aspira a jugar en el primer equipo

Abel Gómez, con un once tipo muy definido: ¿Quiénes son los más utilizados?

Óscar Romero posa para Huelva Información.
Óscar Romero posa para Huelva Información. / Alberto Domínguez
Álvaro Rodríguez

13 de abril 2024 - 05:00

La brillante temporada del Atlético Onubense está teniendo varios protagonistas claves. Más allá de Kuiki, el entrenador y alma mater del equipo, jugadores como Paolo Romero, Álex Santos, Pablo Évora, Juan Almeida o Matías Peralta han estado buena parte de la temporada en dinámica de primer equipo. Muchos de ellos, como Óscar Romero, aspiran a formar parte de la primera plantilla del Recreativo de Huelva en un futuro.

Nacido en Sevilla en el año 2004, Óscar se define a sí mismo como "una persona humilde, un poco también tímido en mi propia intimidad, pero me gusta mucho estar con mis amigos, me gusta salir, pasarlo bien y muy familiar. Futbolísticamente soy trabajador, que va bien por arriba, duro. También soy inteligente tácticamente".

El sevillano llegó este mismo verano a la disciplina recreativista. Tras probar en un entrenamiento en el mes de agosto, "Kuiki me dijo que quería contar conmigo, que íbamos a hacer un equipo muy interesante en el Atlético Onubense, que el club estaba creciendo mucho e iba a ser un año muy bonito", cuenta a Huelva Información.

Sus inicios en el mundo del fútbol se remontan a una edad muy temprana, con siete años en el equipo de su pueblo, el Benacazón. "Allí jugué los dos primeros años. Me fichó el Sevilla en benjamines y cuando terminé volví al Benacazón. Después de tres temporadas jugué otras dos en el Tomares, y luego el año de la pandemia volví a ir al Sevilla. Cortaron a mitad de temporada y ya después me fui a jugar a Coria otras dos temporadas. Allí ascendimos a División de Honor en juveniles y el último año de juvenil me llamó el Albacete", expone.

No obstante, no tuvo suerte en el club manchego, viéndose lastrado por las lesiones que no le permitieron tener continuidad: "Primero fueron los isquiotibiales y luego me rompí el gemelo. Empecé bien las dos primeras jornadas y en la tercera me lesioné, en el primer partido que regresé me volví a romper".

Ya en Huelva, admite que a él en ningún momento le hablaron de la palabra ascenso: "Yo creo que ninguno a principios de pretemporada nos lo imaginábamos, pero vimos que íbamos teniendo buenos resultados contra equipos de categoría superior y tanto nosotros como el cuerpo técnico nos dimos cuenta que teníamos un buen equipo para lograr el ascenso. Empezamos bien, luego vinieron rachas malas. Nosotros seguíamos creyendo en el trabajo que hacíamos día a día y lo veíamos en los entrenamientos que podíamos hacer cosas bonitas este año".

Una de las claves por el buen rendimiento del equipo es el ambiente que se respira. Óscar reconoce que "seguro es el mejor vestuario en el que he estado. No es un equipo, es una familia. Al final yo creo que esa es la clave para hacer las cosas que estamos haciendo. No solo en el vestuario con los jugadores, también el cuerpo técnico son personas muy cercanas a nosotros, nos ponen las cosas muy fáciles. De vez en cuando nos riñen porque al ser tan buen grupo algunas veces pecamos y nos gusta mucho el cachondeo pero después a la hora de la verdad donde hay que trabajar aparte de ser grandes personas y amigos que nos hemos hecho hay grandes futbolistas, que al final es la clave", relata entre risas.

El central está siendo uno de los futbolistas más destacados. A título individual, es indiscutible para su entrenador y ha aportado la nada desdeñable cifra de tres goles en liga, lo que le sitúa entre los máximos goleadores de la plantilla pese a ser defensa: "Me he sentido muy a gusto desde primera hora y Kuiki tiene mucho que ver en la mejoría que he ido teniendo con el paso de los partido. Yo estoy contento por ello, trabajo duro todos los días porque si vine aquí al filial del Recre era porque quería ser futbolista y llegar a debutar en el primer equipo y creo que estoy en el camino correcto", confiesa.

Como todo canterano, y más siendo su posición, se fija en los pasos de Rubén Serrano, un futbolista de la casa que se ha ganado el derecho a formar parte de la primera plantilla a base de trabajo: "Es el referente máximo que tiene el primer equipo para todos los canteranos que soñamos con algún día jugar en el Nuevo Colombino. Aparte es una persona muy humilde y trabajador aparte de ser un gran futbolista. Es un espejo donde mirarse", manifesta.

Por último, disfruta cada día que pasa entrenando con el primer equipo siempre y cuando Abel requiere de sus servicios. En un alarde de madurez impropio de su edad, finaliza diciendo que "para mí estar allí y poder aprender de ellos las veces que he ido es un lujo. Siempre he intentado eso, aprender lo máximo y disfrutarlo porque no todos los días se tiene esa oportunidad y trabajando para que puedan venir más".

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