Si caminito del Colombino...

Huelva/Llegó el día. Después de tantos embolados, como diría Zenit, el recreativismo vuelve a prepararse para levitar, para caminar sobre las aguas y para tocar el cielo con las manos. Atrás ha quedado aquel encierro en un zulo lleno de telearañas y miserias, con una única puerta que desembocaba en un precipicio doble, el de la liquidación de la entidad y el del descenso a Tercera División.

El escenario no es inédito, y ahí reside la diferencia entre el Decano y el resto de clubes de España. Porque les venderán que en Huelva solo hay madridistas y culés, que de Niebla hacia el Condado solo hay béticos y sevillistas, pero busquen en el panorama nacional a una afición capaz de llenar un estadio de más de 20.000 localidades con la guillotina del descenso a Tercera División arañando el cuello y se darán cuenta que la grandeza del Decano es tan grande como su historia. El recreativista ya convirtió el entierro en resurrección, por lo que no se merecía menos que una ocasión como la de hoy. Ver al Recre campeonar es un sueño, casi utópico hace un par de años.

La batalla por la supervivencia siempre contó con la hinchada albiazul como ejército, pero hay que rendir honor a los guerreros caídos en la batalla, a los que el desgaste terminó apartando del camino. Desde el saber estar de Jesús Vázquez a la entrega sin reservas del campeón de Europa Núñez. Del latigazo de Miguelito ante la Balona al gol de Rubén Mesa con el alma ante el Granada B. De las lágrimas cargadas de tensión y sentimientos de Pavón tras el partido ante el San Fernando a aquellas que se derramaron el 30 de junio de 2016 en aquel local de la Plaza de las Monjas reservado para la campaña de salvación. No ha llovido tanto, aunque ahora sea la emoción la que invada cada rincón. Conviene no olvidar de dónde se viene, pero es obligado que se disfrute del momento, con independencia del resultado, porque todos y cada uno de los que conforman la plantilla, el cuerpo técnico, la dirección deportiva y el consejo de administración se lo merecen.

La fiesta cuenta con todos los ingredientes para ser total. De un lado, un equipo capaz de sostener la fatiga, mental y física, para plantarse en la última parada antes de los play offcon una racha de 21 partidos sin perder. ¡21! Una bestialidad descomunal que será valorada cuando el paso del tiempo deje enjuiciar con justicia tan tremendo hito. Del otro, un Villanovense que, por mucho que quiera conectarse, llega herido de muerte, con un descenso consumado, con bajas importantes y con poco más que la honra y la profesionalidad en juego. Y en medio un Nuevo Colombino que lucirá lleno hasta la bandera, como en aquellas tardes en Primera. Bastará un punto para acceder a la promoción de ascenso de los elegidos. Solo cuatro equipos de los 80 que componen la Segunda División B lucharán por ascender en una eliminatoria, con el 50% de opciones de éxito, y uno de ellos será el Recre, siempre y cuando logre puntuar.

Salmerón ha convocado a todos los disponibles, a sus 20 titulares. Así lo transmitido y así lo ha evidenciado con sus alineaciones. La unión servirá para volver a mirar de frente y a los ojos al Dios de la derrota para volver a decirle: “Hoy no”.

Seguramente sea partidista pensar que hay pocas aficiones que se merezcan una recompensa como la que puede tener hoy la del Recreativo, pero los que lo han vivido saben de sobra que forma parte de la justicia divina de Temis. Así, que, paisano, si caminito del Nuevo Colombino el corazón te palpita es porque mil cosas bonitas van a pasarte esta tarde.