La afición del Recreativo demuestra su fe hasta el final
El Nuevo Colombino contó con la presencia de más de 18.500 recreativistas en su última cita
El gol de Paris enmudeció momentáneamente a la afición, que animó hasta la despedida
Huelva/Una afición de categoría. El recreativismo es ese sentimiento que parece no agotarse ni cuando la alegría es menor en el ámbito deportivo, por eso el del Recreativo frente al Mirandés pareció un partido de Primera División, en un ambiente inigualable y a la altura de las grandes ocasiones.
La cita era a las 19:00, pero los onubenses comenzaron su previa a principios de semana, cuando las taquillas se abrieron con el objetivo de llenar el Nuevo Colombino para demostrar, una vez más, que los colores estaban por encima de cualquier resultado. Huelva reaccionó con el Recreativo, y al feudo del Decano acudieron más de 18.500 voces en un domingo en el que primaba la alegría sin excusas.
El estadio fue ese jugador número doce, el que no actúa en el campo pero lo hace en la grada e incluso fuera de ella. Por eso la ciudad acompañó a los suyos desde temprano con un recibimiento en el que se respiraba confianza. A los aledaños del Nuevo Colombino acudieron poco a poco familias, grupos de amigos y aficionados de todas las edades cuya similitud no residió únicamente en los colores de una camiseta, sino también en la positividad, los nervios y las ganas de celebrar. Las largas colas para acceder al interior se convirtieron en un camino de charlas, suposiciones y fe entre los recreativistas, que ocuparon sus asientos mientras esperaban el comienzo de una nueva final. Una final con tintes blancos y azules en la grada.
Minutos antes del inicio, la voz que anunció las alineaciones se multiplicó por miles, que aplaudían cada nombre y coreaban a los suyos juntos a ese Decano de mi alma, sinónimo de himno para una nueva demostración de creencia. Esa fue la máxima del resto del encuentro, el aliento en cada ocasión, en cada cántico y en cada muestra de expresión para apoyar al Recreativo.
Ni los fallos ni las ocasiones que se quedaban escasas ni el acercamiento del rival fueron motivo de silencio para los recreativistas, que reaccionaron con la mayor de las fuerzas posibles a través de aplausos interminables y canciones que se enlazaban minuto a minuto y que desató la locura en el minuto 64, cuando Caye Quintana regaló a la afición un gol más que deseado.
El tanto anotado por el onubense se convirtió en un punto de inflexión, en una locura cuyo único protagonista fue el Recreativo y que se congeló en el minuto 92, cuando Paris anotó a favor del Mirandés y arrebató el sueño a toda una afición. Una afición que, aun así, se recompuso para volver a cantar a los suyos, a decirles que ahí estaban pese a la caída y a entonar, de una forma más simbólica que nunca, el “volveremos a Segunda, volveremos otra vez”, que resonó en el Nuevo Colombino como colofón a toda una temporada de sueños.
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