La afición del Recreativo lista para la próxima batalla
Recreativo Fuenlabrada | Afición
El Nuevo Colombino presenta un ambiente inigualable en busca de la gesta ante el Fuenlabrada
Pese al resultado en contra la afición ya prepara el próximo asalto para lograr el ascenso
El ambiente en las gradas del feudo albiazul hacía presagiar una tarde que pasaría a los libros de la historia, aunque el cierre de este capítulo tenga que esperar. Las ganas de hacer algo grande que se había vivido en la ciudad durante la mañana y las primeras horas de la tarde se trasladaron a cada rincón del Nuevo Colombino. El estadio vibraba, en la forma literal se su definición. Con el cartel de no hay billetes colgado en las taquillas desde hacía días en el templo albiazul fue una auténtica caldera durante todo el partido. Dio igual el resultado, dio igual el minuto. Las gargantas de los recreativistas no cesaron en su empeño de llevar a su equipo en volandas contagiando el animo de remontada y las ganas al terreno de juego.
Ya antes del partido se sabía que el ambiente iba a ser especial. Sonada fue la pitada a la plantilla del Fuenlabrada cuando sus jugadores saltaron a calentar, una pitada que se tornó en ovación cuando hicieron lo propio los jugadores del Recre. Los días previos al partido la consigna era que el primer gol lo debía de meter la grada. La hinchada albiazul volvió a sacar la garra y la fuerza minutos antes del inicio. El mosaico preparado por el club para la salida de los jugadores fue un auténtico espectáculo. El Nuevo Colombino volvió a vibrar, y a cantar con garra... "Decano de mi alma, yo te levantaré.
Al salto de los jugadores al terreno de juego le siguió un minuto de silencio por el reciente fallecimiento del futbolista José Antonio Reyes, que perdió la vida en la mañana del sábado en un accidente de tráfico. Aunque a muchos les costaba reconocer que este iba a ser un partido a contrarreloj antes del inicio del duelo se fue evidenciando conforme fueron pasando los minutos. Las gargantas de los 21.500 recreativistas no desistían pero los ánimos se iban impacientando. Aun así, ni un ápice de flaqueza, solo animar, y animar. El resultado no fue el que se esperaba, pero si en algo es experto el Abuelo es en saber levantarse en cada caída, y salir más reforzado que nunca y así lo demostró el recreativismo, una vez más tras el pitido final. Gargantas preparadas, volveremos en la próxima batalla.
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