Otros clubes históricos rescatados por sus administraciones públicas

El Racing de Santander y el Real Murcia, recientemente, y anteriormente el Osasuna, los equipos valencianos o los vascos también recibieron ayudas

Revilla posa junto al indio Ali Syed cuando aterrizó en el Racing de Santander. / Huelva Información
Antonio Carrasco

27 de diciembre 2018 - 06:01

Desde el anuncio hace unos días del plan de rescate previsto por el Ayuntamiento para evitar la desaparición del Recre surgió el debate en el entorno albiazul y político sobre la excepcionalidad de la intervención pública para salvar un club que además de su valor como entidad deportiva es el único de España catalogado como Bien de Interés Cultural. La intervención municipal para evitar el colapso recreativista no es la primera ni será la última en el fútbol español. El caso albiazul se suma a la larga lista de clubes que en un momento dado o de forma constante han sido ayudados por sus administraciones locales. En algunos casos para evitar la caída definitiva, como es el ejemplo onubense actual, pero en otros para elevar sus aspiraciones deportivas. Hay precedentes de todos los signos políticos tanto en la LFP como en categorías fuera del paraguas normativo del fútbol profesional como la Segunda B.

Por cantidades, peso histórico en su entorno y dimensión social el caso recreativista podría semejarse al del Racing de Santander. Después de sobrevivir a numerosos vaivenes societarios y rozar la liquidación, la entidad cántabra regresó a manos regionales con una directiva local llena de exjugadores. El Sardinero sin embargo no espantó la guadaña económica. El Gobierno cántabro de Miguel Ángel Revilla, aliado con el PSOE en la presidencia, acudió al rescate. Planteó una inyección de hasta cuatro millones de euros en diferentes plazos a través de un plan 2017-2020 en partidas de un millón que evitase de nuevo la quiebra de la sociedad, su saneamiento y estabilización. Utilizó como justificación para ello argumentos familiares. “Es un sentimiento, y eso es importante para Cantabria que tengamos un equipo, y hemos hecho esa apuesta”, dijo en su día en declaraciones a Abc. El popular dirigente añadió que “ese dinero se puede recuperar con creces a medio plazo, porque yo no me imagino al Racing en Segunda B eternamente”. La aportación cántabra lleva como contrapartida el retorno mediante soportes publicitarios y cesión de la marca Racing para la promoción turística de la comunidad. Revilla avaló su decisión con un informe externo de la Universidad de Cantabria sobre el peso y el impacto económico del Racing en la región.

El Gobierno de Cantabría presentó un plan de rescate de 4 millones de euros para el Racing por su valor sentimental y económico

Hay casos mucho más cercanos. El Real Murcia comparte competición con el Decano y una crítica situación económica. Con enormes líos entre sus accionistas y un horizonte complicado, el ayuntamiento murciano del PP decidió intervenir para aliviar las cargas de la entidad pimentonera. El pasado 14 de diciembre se reunió su concejal Felipe Coello con la Plataforma de Ayuda al Real Murcia para sentar las bases de un acuerdo que reducirá en medio millón de euros anuales los gastos del club. Un alivio fundamental para la economía pimentonera. El compromiso en Murcia cuenta con el beneplácito de Ciudadanos, que asistió como colaborador a la reunión por medio de su concejal Mario Gómez, según la información publicada en La Verdad. El consistorio murciano se hará cargo de todos los gastos de mantenimiento del estadio (limpieza, seguridad, conservación, luz, agua...). Ese medio millón de euros anual que queda cubierto permitirá al Real Murcia “pagar a Hacienda y Seguridad Social”, señaló el portavoz de su plataforma, Gabriel Torregosa. Una historia familiar en Huelva. En Almería la situación es similar con el estadio Juegos del Mediterráneo, en el que la UD Almería sólo es responsable del mantenimiento del césped mientras el resto lo cubre el Ayuntamiento.

Cuatro millones para el Racing de su comunidad y 500.000 euros al año en gastos para el Murcia

Uno de los casos más claros de respaldo público a clubes de fútbol lo vivió la Comunidad Valenciana durante los gobiernos del PP. Tanto el Valencia como el Elche, el Hércules o el Levante han recibido importantes ayudas de decenas de millones de euros mediante avales no satisfechos. Algunas operaciones fueron recurridas por la Unión Europea, pero la mayoría se ejecutaron. Como consecuencia de ello, la Comunidad, ahora en manos del PSOE y Compromís, a través del Instituto Valenciano de Finanzas terminó convertida en accionista de varios de ellos al capitalizar las deudas o propietaria de estadios como el Rico Pérez de Alicante. El director del Instituto de Financias Valenciano, Manuel Illueca, reconoció en la Ser el pasado verano que sólo el Elche y el Hércules debían a la entidad “33 millones de euros de dinero líquido”.

Hay muchos casos más. La operación de Osasuna para resolver su problema con al hacienda foral fue evidente hace unos años. El portal Libre Mercado destaca que la Real Sociedad paga por el alquiler de Anoeta 120.000 euros menos al año de los que recomendó un informe independiente. La Diputación Foral también concedió ayudas por 11 millones de euros para diversas instalaciones deportivas. La construcción o reformas de estadios son otra fuente habitual de financiación pública para los clubes. El Nuevo San Mamés recibió importantes ayudas de las administraciones. Hay más. El Zaragoza recibió avales del ejecutivo regional por seis millones de euros. El Girona, que compite hoy en Primera, recibió el impulso necesario del Ayuntamiento y la Diputación Provincial mediante el patrocinio, ambos en manos de partidos nacionalistas catalanes.

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