Paolo se echa el equipo a la espalda en el tramo decisivo de la temporada

El notable rendimiento de Paolo ya no es casualidad. El futbolista de Chucena se ha convertido, a sus 20 años recién cumplidos, en el estandarte de un Recreativo de Huelva que camina continuamente en el alambre y vuelve a estar a dos puntos de la salvación.

En una temporada que está siendo para olvidar, pocos son los futbolistas que están logrando destacar. El hecho de no haber podido encadenar dos victorias consecutivas en todo lo que va de curso y solo conseguir un triunfo a domicilio condena a los albiazules a pelear por la permanencia hasta el final.

Parte de esa salvación pasa por el Nuevo Colombino, donde Paolo Romero ha conseguido ganarse a la afición a base de entrega, pundonor y sacrificio. Pero no hace falta ni estar en Huelva para ver cómo la afición reconoce el trabajo del canterano. Del Estadio Jesús Navas salió ovacionado a pesar de la derrota por las más de mil personas llegadas desde tierras onubenses.

Absolutamente todas las jugadas de peligro nacieron de sus botas. Primero le ganó la espalda al defensa y se plantó ante Alberto Flores, pero su vaselina se marchó fuera. Acto seguido sirvió un balón en bandeja a Del Pozo, que con todo a favor la mandó fuera. Desviado también salió un remate que le cayó franco dentro del área tras un rechace de un defensa sevillista. La única ocasión reseñable también se la fabricó él, a pesar de estar ya exhausto por el esfuerzo físico realizado. Y es que si consigue mejorar la definición y ser más determinante en el área, el tiempo de Paolo en el Recreativo tiene fecha próxima de caducidad.

Con contrato hasta 2028, el Decano podría sacar una buena tajada en caso de alcanzar un traspaso por uno de los jugadores más prometedores que han salido de la cantera en los últimos años junto a Davinchi, si bien es cierto que el lateral izquierdo sí parece más próximo a salir de la entidad onubense en verano.

Paolo Romero ha pasado del ostracismo más absoluto en la primera vuelta, donde apenas disputó 125 minutos, a ser indiscutible para Iñigo Vélez, el técnico que más ha confiado en su potencial. De momento, el tiempo le está dando la razón.