Ilusión hasta el último minuto
Recreativo
La afición del Recreativo de Huelva volvió a estar presente en una tarde en la que lo más importante fue la historia del Trofeo Colombino
Huelva/Un baile de luces y una tradición marcada. Huelva respiró fútbol en una tarde de miércoles en la que el Trofeo Colombino se convirtió en una cita marcada para muchos onubenses. El paseo hacia el Nuevo Colombino y las ganas minutos antes de que comenzase a rodar el balón fueron los ingredientes principales para una jornada donde predominaron las camisetas albiazules.
La importancia de lo simbólico se dejó entrever en el valor del Trofeo Colombino. Si bien el pasado domingo el feudo recreativista recibió una buena entrada por parte de la afición, en esta ocasión, el estadio contó con menos público de lo habitual, aunque igual de entregado que en cada encuentro.
La afición coreó los nombres del once inicial, aplaudió y esperó a un momento que ya se ha vuelto habitual. El Decano de mi Alma resonó en el Nuevo Colombino y, conscientes de la importancia que tenía el hecho de volver a ver la Carabela de Plata, hicieron de sus cánticos una sola voz.
Los aplausos, el barullo en cada jugada y los gritos de ánimo fueron la banda sonora del choque, en el que la fuerza no faltó en la grada y la sincronización tampoco. En la mitad del primer tiempo, un baile de luces se adueñó del estadio. Las linternas de los móviles se encendieron y al mismo tiempo, el público entró en una sintonía casi perfecta con la que comenzaron nuevamente los cánticos.
Las ganas no cesaron. Ni en la fuerza del Osasuna ni en los desaciertos del Recreativo, que además, lució sobre el verde la primera equipación del pasado año. La afición siempre fue a más e incluso repitió ese juego de luces de grada a grada con la ilusión de estar una vez más en casa. Una ilusión que ni siquiera empañó el gol de Adrián en el minuto 79, ni cuando el rival alzó el Trofeo Colombino.
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