Mejorar nuestra relación emocional con la comida, clave contra la obesidad

Nutrición

Los factores sociales y psicológicos también influyen en la forma en que nos alimentamos

Esa conexión, a menudo invisible, es esencial para promover un nuevo paradigma clínico

Federico Luis Moya, Francisco Pajuelo, Santos Solano y Dr. Albert Lecub en la rueda de prensa por el Día Mundial de la Obesidad. / M.G.

10 de marzo 2025 - 08:11

Una de las claves de los nuevos medicamentos para combatir la obesidad tiene que ver con el hambre. Con mejorar la sensación de saciedad para que la persona tenga menos hambre y por tanto consuma menos calorías. La cuestión está en que cada vez tenemos más claro que el “hambre” no es algo tan sencillo. Porque hay un hambre homeostática que es la que responde a la necesidad de recibir energía, sí, pero también hay un hambre emocional. Una que todos conocemos. Esa sensación de tapar emociones, nervios, estrés o tristeza con alimentos poco sanos. Esa tarrina de helado de chocolate cuando tenemos un mal de amores. Esa comida chatarra que nos hemos ganado después de una dura semana.

Esta relación entre comida y gestión emocional es de hecho otro gran problema social, que inculcamos desde la más tierna infancia, cuando acostumbramos a los niños a pasar las rabietas o los llantos ofreciendo un caramelo o un bollito ultraprocesado.

Una relación, la de las emociones y la obesidad, que además es un arma de doble filo. No obstante, se sabe que las personas con obesidad tienen un 55% más riesgo de desarrollar depresión, pero a su vez, las personas con depresión tienen un 58% más de riesgo de tener obesidad. Del mismo modo, la obesidad incrementa en un 30% el riesgo de desarrollar un trastorno de ansiedad y en un 40% síntomas de ansiedad.

Con la idea de incidir en la importancia de abordar la parte relacionada con el contexto social, emocional y en definitiva de visibilizar el hilo invisible entre obesidad y salud mental, la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), la Asociación de Personas que viven con obesidad (ANPO) y Novo Nordisk se han sumado al lema ‘Changing System, Healthier Lives’ de la Federación Mundial de Obesidad.

Así, tal y como explicaba Francisco Pajuelo, director médico de Novo Nordisk, “en los últimos tiempos hemos hablado mucho de obesidad, pero ahora tenemos que hablar menos de la enfermedad y más de las personas”. Con esta idea, Santos Solano, psicólogo sanitario de la Sociedad Española de Obesidad, relataba supuestos de personas con obesidad, que pasaban por perfiles como un niño de bajo nivel socioeconómico cuyos padres, ante la falta de recursos y la culpa, no abordaban bien el problema, una persona en fase de duelo que caía en la obesidad por ese hambre emocional, una adolescente a la que el estigma de la obesidad la hacía aislarse más o una mujer en la que la obesidad se ligaba directamente con el conocido trastorno por atracón, recordando que ocurre en cerca de 3 de cada 10 personas con obesidad.

Ante estos ejemplos, que trataban de ilustrar la cantidad de factores que influyen en el manejo de la obesidad, más allá de la voluntad individual, Albert Lecube, jefe de Endocrinología y Nutrición en el Hospital Universitario Arnau de Vilanova (Lleida) y parte de la junta directiva de SEEDO, incidía en el mensaje de que “debemos dejar de reducir la obesidad a la necesidad de hacer dieta y ejercicio, saber qué nos impulsa a comer es tan importante como saber qué comemos”. Por ello, pedía hacer una reflexión social sobre la obviedad de que si las cifras de obesidadse han duplicado en adultos y se han cuadruplicado en niños es porque algo en el sistema ha fallado, porque el mensaje de come menos y muévete más no ha sido suficiente.

Factores determinantes no alimentarios

El doctor Albert Lecube subraya que cuando hay apoyo psicológico la persona es capaz de perder un 40% más de peso y que se sabe que en hasta un 50% de los casos de obesidad hay una relación emocional con la comida. “Muchos factores influyen en el acúmulo de tejido adiposo, no solo la dieta, no solo el ejercicio, también la edad, el sueño, la microbiota, si esa persona es de metabolismo lento, factores prenatales, contaminación y disruptores endocrinos, la estigmatización que perpetúa la relación emocional con la comida, la salud mental en general y todo tipo de determinantes socioeconómicos”. Por todo ello, el mensaje final era la necesidad de cambiar el paradigma de la obesidad, centrándose en el abordaje multidisciplinar y en los casos singulares de cada uno de los ocho millones de españoles que luchan contra la obesidad cada día.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último