Análisis
Joaquín Aurioles
Trump y la desdolarización
Parece paradógico, pero no lo es.
El día de San Valentín, celebrado por los amantes como Día de los Enamorados coincide con otra efémeride que tiene muchos motivos para ser contada.
El 14 de febrero también es el Día Mundial de las Cardiopatías Congénitas (CC), precisamente haciendo coinicidir con un día en el que todo el mundo está pendiente del corazón, pero no para aprovechar el filón comercial, sino para concienciar sobre esta dolencia, y divulgar qué son exactamente, la importancia de su detección temprana y hasta dónde se pueden prevenir.
En ese sentido, los médicos también aprovechan la fecha para transmitir esperanza a pacientes y familiares de niños afectados; dado que existen numerosos tratamientos para solucionar o mejorar la calidad de vida de los pequeños.
Para dar con el tratamiento, es importante consultar con un cardiólogo ante la aparición de alguno de los síntomas, dado que no todas se detectan con facilidad; y es que los datos ponene de manifiesto, que tan solo en España, estas enfermedades afectan a 10 nuevas familias cada día.
Uno de los principales avances se encuentra en la detección intrauterina con métodos no invasivos y, en algunos casos, ya se puede intervenir operar dentro del vientre de la madre.
No obstante, mientras el feto permanece en el útero, no achaca las lesiones del corazón porque es la madre quien suministra la sangre y los nutrientes.
Por tanto, el esfuerzo ha de hacerse más en esa detección precoz para tenerlo todo listo cuando el bebé comience a respirar por sí mismo.
Esto depende de los tipos de cardiopatías congénitas, de su severidad y de si aparece una aislada o se presentan varias malformaciones de manera simultánea.
En numerosas ocasiones, si un bebé nace con una CC y no recibe la atención adecuada de manera temprana, favorece que el corazón vaya adquiriendo nuevas lesiones debidas al sobreesfuerzo necesario para compensar su propio defecto estructural y el de las válvulas cardíacas o el de los grandes vasos que comunican con él.
La reconocida pediatra Lucía Galán (Oviedo, 1978), conocida como Lucía, mi pediatra, por su trayectoria profesionales y su contenido divulgativo en redes sociales, advierte que más del 50% de los niños pueden sufrir alguna vez en la vida lo que se conoce un como un soplo en el corazón.
En ese sentido, Sánchez recomienda seguir las indicaciones del pediatra del pequeño, que derivará al cardiólogo en el caso para asegurar el diagnóstico.
Por su parte, cabe destacar que hay varios factores que se han de tener en cuenta a la hora de prevenir, y prestar atención a las señales y herencias genéticas famiilares.
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