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CAFÉ DE REDACCIÓN / ‘La mujer es protagonista en la hematología y la farmacia hospitalaria andaluza’
La igualdad de género es una cuestión transversal que afecta a todas las organizaciones. El liderazgo de muchas profesionales en el ámbito clínico, y concretamente de la Hematología y la Farmacia Hospitalaria, ha ido rompiendo techos de cristal y equilibrando una balanza que aun asume retos y barreras que derribar. Prueba de ello son el ejemplo y testimonio de las cinco profesionales que participaron el pasado 20 de marzo en el coloquio ‘La mujer es protagonista en la Hematología y la Farmacia Hospitalaria andaluza’ organizado por Grupo Joly con la colaboración de Beigene. Su recorrido ha sido testigo y protagonista del desarrollo de políticas de igualdad de género, especialmente en el ámbito de la conciliación familiar, y su desempeño profesional es hoy día ejemplo vivo para las nuevas generaciones.
La doctora Regina García Delgado, jefa del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria, en Málaga, explicó que en su especialidad, “donde más del 80% de las profesionales son mujeres, llama la atención que en los cargos intermedios no lleguemos a la mitad”.
García alabó el rol de muchas mujeres que son y han sido referentes, como la presidenta de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia, María Victoria Mateos. Su ejemplo debe seguir extendiéndose. “Todavía debemos avanzar. Recientemente, en el congreso americano, al igual que en casi todas las reuniones internacionales, las mujeres son minoría”, explicó. La doctora García quiso resumir ese camino por recorrer afirmando que “esto es una maratón y ya llevamos 20 kilómetros corridos”.
Laila Abdel-Kader, especialista en Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla, comentó que la “farmacia era una de las carreras preferidas por las mujeres, lo que explica por qué el porcentaje de farmacéuticas es similar, e incluso ligeramente mayor, en comparación con otras especialidades". “Sin embargo, este hecho no se traduce en una correlación directa con la presencia en cargos intermedios o directivos. Es evidente que debería haber una distribución más equitativa en otros niveles jerárquicos”, expuso.
En su opinión, “hemos avanzado indudablemente, pero aún se requieren estrategias, políticas y acciones que promuevan el acceso de las mujeres a cargos intermedios y directivos”. “Se ha demostrado que las empresas son más eficientes cuando hay una presencia significativa de mujeres en estos puestos”, apostilló. Así, defendió que haya más liderazgo femenino en las instituciones sanitarias, “creo firmemente en que eso va a repercutir de manera muy positiva en la sociedad”.
La Dra. Alicia Rodríguez, jefa del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Virgen Macarena, de Sevilla, quiso hacer hincapié en “la evolución tan positiva que hemos protagonizado en los últimos años” y, por ello, “hay que seguir animando a las nuevas generaciones a seguir defendiendo sus derechos”.
Como muestra de esta evolución, “cuando yo empecé hace algo más de 20 años, en mi servicio éramos 15 médicos y de ellos, solo tres mujeres. Hoy día las cifras se han revertido y somos mayoría de mujeres”.
María Magdalena Alcalá quiso agradecer “el trabajo de muchas mujeres que en su momento rompieron barreras y sirvieron de ejemplo; y de muchas profesionales que hoy día nos siguen sirviendo de ejemplo a la hora de conciliar y compaginar la vida profesional y la familiar sin tener que renunciar a nada”. En este sentido, explicó que se han dado pasos importantes en conciliación que hay que seguir blindando.
“Todavía queda parte de esas educación que asumía que las mujeres son las que debemos llevar la carga de la casa y la familia. Por eso, a la hora de postularnos para cargos de responsabilidad éramos muchas veces nosotras mismas las que dudamos o nos echamos para atrás cuestionando si podremos conciliar familia y trabajo”, expuso. “Educar en la igualdad inició el camino que debemos seguir recorriendo”, añadió.
La Dra. María de las Aguas Robustillo, farmacéutica hospitalaria del área de Oncohematología del Hospital Universitario Virgen de Valme, en Sevilla, realizó un llamamiento a que “se siga luchando por la conciliación”, y pidió “mantener y mejorar las estrategias que han promovido la igualdad y han permitido llegar hasta aquí”.
Además, puso sobre la mesa la conexión existente entre estas dos especialidades. Para Robustillo, “las farmacia y la hematología son dos especialidades muy unidas, que suman y se complementan, basándose en una buena relación que debe seguir fomentándose”.
Las participantes coincidieron en la defensa de las estrategias de igualdad que se han ido implementando en los últimos años desde las administraciones públicas y reivindicaron más visibilidad para las Comisiones de Igualdad que existen en los hospitales.
Respecto a la conciliación, Regina García apeló a la corresponsabilidad como un elemento fundamental. “El papel de las parejas en aquellas familias que tienen hijos y personas a su cargo es primordial para que las mujeres, que siguen echándose a la espalda la mayor parte de cuidados y tareas del hogar, puedan conciliar mejor”. Para María de las Aguas, “las mujeres seguimos teniendo más presente que los hombres que, en la relación entre profesión y vida familiar, si apostamos por una vamos a descuidar la otra”.
La doctora Abdel-Kader ahonda en este aspecto, subrayando que existe un doble techo de cristal. Por un lado, “la mayor parte de las labores del hogar siguen recayendo en mujeres” y, por otro, “cuando hay cargos de responsabilidad se ofrece más a los hombres; quizás porque se piensa que todo aquello que va más allá de la jornada laboral, como las reuniones o los viajes de trabajo, son más asumibles por los hombres”.
Regina García extiende ese problema a la implicación en la gestión o en las labores de investigación: “si yo tengo que sacar tiempo fuera de mi jornada para preparar publicaciones o diseñar proyectos de investigación, para nosotras es más difícil”. De ahí la apelación a la corresponsabilidad en las cargas familiares.
De hecho, todo esto es muy visible en las peticiones de reducción de jornada para el cuidado de los hijos. “Es algo que hacen mayoritariamente las mujeres y en mucho menor grado los hombres, con el consiguiente perjuicio para nuestra vida profesional”, explica Regina García. “Hemos oído muchas veces que los cargos intermedios no deberían pedir reducciones de jornada. Eso no debería ser así”, añade.
Al respecto, la doctora Alcalá Peña destacó la idoneidad de la obligatoriedad de la baja por permiso de paternidad. Con ella, “el padre se queda en casa y entiende lo que es atender a una familia y se hace responsable de todo lo que conlleva”.
Respecto al protagonismo dentro de las sociedades científicas, la Dra. Robustillo cree que en los últimos años se ha ido revertiendo la tendencia. La carrera de farmacia es mayoritariamente femenina. Los datos del último curso indican que de 2.872 matriculados, 2.054 son mujeres. “Históricamente, desde los años ochenta, la presidencia de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria solo la había desempeñado una mujer. En los últimos años, las dos últimas presidencias han sido para mujeres”, explicó.
Existen todavía sesgos en la población que invisibilizan la labor profesional de las mujeres. El más antiguo, como recuerda Alicia Rodríguez, es no pensar, por inercia, que una mujer pueda ser médico. “Llegar a visitar a un paciente en planta y que me pregunten, ¿dónde está el doctor? Esto, afortunadamente, solo ocurre ya con gente muy mayor, pero cuando yo acabé la carrera y comencé la especialidad era la cosa más normal del mundo”, comenta Rodríguez. Por otro lado, María de las Aguas Robustillo explica que sí ha vivido no hace tantos años como algo frecuente que, yendo ella acompañada por un residente, se piense por inercia que si el residente es hombre, él es el especialista y se dirijan a él. Estas actitudes se extienden también a otras labores profesionales más allá de lo asistencial. Regina García constata que “afortunadamente, hace ya mucho tiempo que no tengo que aclarar que el doctor soy yo”, pero relata un episodio presentando un trabajo en un congreso internacional. “Vino alguien a decirme que yo, siendo madre y mujer, no estaba preparada para hacerlo y que necesitaba un hombre que ‘me pasara la mano por encima’ para poder llevar esta presentación adelante con éxito”, explica. “Y lo peor - apostilla - es que muchos de estos comentarios te los sueltan pensando que te están haciendo un favor”.
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