Vacunas en adultos, blindando la cultura de la prevención
Desayuno informativo 'Vacunación en el adulto vulnerable'
Ante el envejecimiento de la población y el aumento de patologías crónicas, la inmunización en adultos vulnerables se ha convertido en una prioridad para los sistemas de salud
Expertos y representantes de pacientes abogan por mejorar la accesibilidad, la formación y la equidad
Existe una inercia en la percepción social que empuja a vincular los programas de vacunación con población pediátrica. La vacunación en el adulto, especialmente aquellos con patologías crónicas o condiciones de riesgo, ha ganado protagonismo en los últimos años debido a factores sociodemográficos, al desarrollo de más innovación y, también, al impacto de la pandemia por Covid-19. Grupo Joly, con la colaboración de GSK, organizó recientemente un encuentro para analizar algunas claves en este ámbito, donde se evidenció que la vacunación en el adulto vulnerable requiere de una estrategia integral que incluya formación para profesionales e información para la población, equidad en el acceso y una mejor coordinación entre los distintos niveles del sistema sanitario. Los participantes coincidieron en que las vacunas son una inversión clave en salud pública y que, para maximizar su impacto, es crucial el trabajo conjunto entre administración, profesionales sanitarios, industria farmacéutica y asociaciones de pacientes.
El Dr. David Moreno, director del Plan Estratégico de Vacunaciones de Andalucía (ANDAVAC), destacó que hace apenas cinco años las opciones de vacunación para adultos eran limitadas, con la gripe como principal protagonista. “El Covid-19 puso de manifiesto la importancia de la vacunación en el adulto, un sector hasta entonces infrarepresentado, y ahora hemos realizado importantes avances en vacunación conjunta de gripe y Covid”, afirmó.
Avances en el calendario
En los últimos años, se ha avanzado hacia calendarios vacunales más robustos que incluyen varias vacunas para adultos, como neumococo y herpes zóster, a las que se ha dado un impulso y con una creciente aceptación social. De ahí, Moreno subrayó que el desafío actual radica en integrar de una forma equitativa esas vacunas en los programas de salud, asegurando la sostenibilidad presupuestaria y la formación de los profesionales sanitarios.
En este contexto, el calendario de vacunaciones de Andalucía, alineado al calendario aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, incluye las siguientes vacunas en población mayor de 60 años: neumococo, difteria–tétanos, Covid, gripe estacional y herpes zóster. Además, los adultos mayores de 18 años con algún factor de riesgo cuentan con un calendario específico según su condición.
Asimismo, subrayó la necesidad de diseñar estrategias digitales que lleguen a toda la población, “incluyendo a quienes tienen menos acceso a la tecnología”, y de utilizar recordatorios vía SMS y jornadas o espacios de vacunación sin cita previa. “Hemos enviado más de un millón de SMS a mayores de 60 años no vacunados. Es una forma sencilla de recordarles la importancia de protegerse”, explicó Moreno.
Por su parte, la Dra. Raquel Alfaro, médico de familia en el Centro de Salud La Milagrosa de Jerez de la Frontera, enfatizó la importancia del papel de la atención primaria en reforzar las campañas de vacunación. “Aunque el adulto ha comenzado a aceptar la vacunación como algo necesario, todavía existe una gran falta de información sobre las vacunas disponibles, más allá de las tradicionales de gripe o **tétanos”, explicó. Alfaro también destacó la presión asistencial en los centros de salud como una barrera para una captación más activa de pacientes vulnerables. “Nos faltan manos y tiempo, pero cada vez que un paciente entra en consulta, es una oportunidad de oro para actualizar su calendario vacunal”.
Además, agregó que es crucial mejorar la coordinación entre niveles asistenciales, incluyendo la comunicación con especialistas hospitalarios, quienes a menudo no recomiendan vacunación a pacientes en tratamientos biológicos o inmunosupresores. “Si no lo recomiendan desde el hospital, nosotros en primaria tenemos que trabajar el doble para convencer al paciente”, lamentó.
Equidad
Antonio Manfredi, vocal de Acción Psoriasis; y Marcos Martínez, gerente del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), aportaron la visión de los pacientes y sus colectivos. Manfredi quiso hacer hincapié en las desigualdades existentes en la accesibilidad a las vacunas. “El código postal sigue determinando la calidad de la atención sanitaria que recibe un paciente en España y eso también se aplica al acceso a los programas de vacunación y la información que se recibe”, sostuvo. Pese a ello, y siendo consciente de los avances conseguidos, destacó que “queda camino por recorrer”.
El portavoz de Acción Psoriasis también puso sobre la mesa la necesidad de mejorar la comunicación entre los profesionales sanitarios y los pacientes, destacando el papel clave de la enfermería como elemento de enlace. “Los enfermeros son los que realmente hacen que las vacunas lleguen a la población; deberíamos darles un papel más protagonista”, señaló. Manfredi también abogó por mejorar las vías de participación en el diseño de las estrategias e incluir a las asociaciones de pacientes en las mesas de decisión, donde puedan aportar una perspectiva cercana y favorecer las buenas prácticas orientadas a las necesidades reales de los pacientes. “Nosotros conocemos mejor que nadie las barreras que enfrentamos; es hora de que nos escuchen desde el principio”, afirmó.
Marcos Martínez, en representación de los pacientes oncológicos, abordó los retos específicos de este colectivo. “Los pacientes con cáncer a menudo se encuentran en una tierra de nadie en cuanto a vacunación, con falta de información y formación tanto para ellos como para sus médicos”.
Información para grupos de riesgo
Marcos Martínez destacó los datos reveladores de un estudio reciente realizado por GEPAC sobre el conocimiento y la aceptación de la vacunación entre pacientes oncológicos. Según el informe, casi el 50% de los pacientes encuestados desconocían que podían vacunarse de forma gratuita contra enfermedades como el neumococo o el herpes zóster, a pesar de pertenecer a grupos de alto riesgo. Sin embargo, cuando recibieron información clara sobre la importancia de estas vacunas, el 96% de los pacientes afirmaron estar dispuestos a vacunarse. “Esto demuestra que la falta de información sigue siendo nuestra principal barrera. Cuando los pacientes entienden el impacto de las vacunas en su calidad de vida, la mayoría toma la decisión de vacunarse”, afirmó Martínez.
Asimismo, destacó la necesidad de crear calendarios vacunales específicos para estos pacientes y garantizar una formación continua para los profesionales de oncología y medicina familiar. “Sin formación adecuada, incluso los mejores programas quedan en papel mojado”, afirmó. Martínez subrayó que las asociaciones de pacientes pueden actuar como altavoces clave para educar y sensibilizar tanto a pacientes como a sus familiares. “Cuando una familia entiende la importancia de una vacuna, el paciente la recibe. Esa educación es fundamental”, concluyó.
Todos los ponentes coincidieron en la necesidad de mejorar los esfuerzos para aumentar las tasas de vacunación entre los propios profesionales sanitarios para así predicar con el ejemplo. En ese ámbito, la formación continuada del profesional sanitario es crucial para asegurar que médicos, enfermeros y otros profesionales de la salud estén actualizados con las últimas recomendaciones y prácticas en vacunación.
Objetivos ambiciosos pero alcanzables para 2025
El Dr. David Moreno destacó que el Ministerio de Sanidad ha planteado objetivos ambiciosos para 2025 en relación con la cobertura vacunal en adultos, enfocándose en vacunas como la de la gripe, neumococo, herpes zóster y tétanos-difteria. Señaló que, aunque estos objetivos son técnicamente alcanzables, presentan retos significativos, particularmente el 75% de cobertura vacunal para la gripe en mayores de 65 años, un estándar alineado con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Moreno enfatizó que algunas comunidades autónomas y regiones rurales con poblaciones mayores y mayor conciencia sanitaria ya alcanzan cifras cercanas, pero las áreas urbanas y costeras enfrentan mayores dificultades debido a diferencias socioculturales y demográficas. En cuanto al neumococo, resaltó que Andalucía lidera con coberturas del 80% en ciertos grupos etarios, pero advirtió que ampliar este éxito a cohortes más amplias requerirá un esfuerzo sostenido. Sobre el herpes zóster, una vacuna más reciente, el objetivo del 50% se percibe como alcanzable a mediano plazo, mientras que en tétanos-difteria, la meta del 75% enfrenta retos adicionales por la percepción de bajo riesgo entre los pacientes.
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