La Diócesis de Huelva invita a la práctica del ayuno y la abstinencia
El Papa Francisco explica que son renuncias que “nos permiten encarnar una fe sincera, una esperanza viva y una caridad operante”
Huelva/La Diócesis de Huelva se hace eco en su web del mensaje del Papa Francisco para esta Cuaresma, en el que señala que el ayuno y la abstinencia, junto a la oración y la limosna, son “condición y expresión de nuestra conversión”. Son prácticas, señala el Sumo Pontífice, que “nos permiten encarnar una fe sincera, una esperanza viva y una caridad operante”.
La diócesis indica que “la Iglesia invita a realizar de un modo especial durante el tiempo de Cuaresma” el ayuno y la abstinencia, “las [prácticas] más olvidadas por el pueblo católico”. Hoy Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo se deben guardar, ambas, y la abstinencia es obligatoria los viernes durante el transcurso de la Cuaresma.
Como explica la diócesis, se trata de renuncias que tienen un sentido, que debe entenderse “para vivirlo correctamente”. Este sentido reside en la necesidad de comprender que se realizan como penitencia, que no es si no un “estímulo a la conversión y un medio para acercarse adecuadamente a la celebración del momento central del año litúrgico, la conmemoración del Misterio Pascual: la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”.
La Conferencia Episcopal estableció las normas en 1986 en las que explicaba que en el periodo cuaresmal “el pueblo cristiano se prepara para celebrar la Pascua y renovar su propia participación en este misterio”.
En este tiempo, por tanto, “se recomienda vivamente a todos los fieles cultivar el espíritu penitencial, no sólo interna e individualmente, sino también externa y socialmente”. En este sentido, se señalan algunas actividades como pueda ser desarrollar iniciativas de caridad con los necesitados a través de las parroquias o de Cáritas.
En su referencia al Miércoles de Ceniza como punto de inicio del periodo cuaresmal, apunta que junto al Viernes Santo, son días de ayuno y abstinencia. “Los otros viernes de Cuaresma son también días de abstinencia, que consiste en no tomar carne, según antigua práctica del pueblo cristiano.
Es además aconsejable y merecedor de alabanza que, para manifestar el espíritu de penitencia propio de la Cuaresma, se priven los fieles de gastos superfluos tales como manjares o bebidas costosos, espectáculos y diversiones”, señala el decreto de la Conferencia Episcopal. La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido 14 años. La ley del ayuno a todos los mayores de edad hasta que hayan cumplido los 59 años.
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